Actualizado: 28/03/2024 20:04
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La alianza cubano-argentina entre 1976 y 1983

¿Por qué un régimen comunista apoyó a una junta militar fervientemente anticomunista cuyo principal objetivo era eliminar la subversión de izquierda?

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Durante las desesperadas negociaciones que siguieron acerca del vocabulario de la resolución, Jerome Shestack, jefe de la delegación de Estados Unidos, se reunió con delegados cubanos para solicitar su apoyo. Shestack señaló la contradicción de la defensa cubana y soviética a la junta militar anticomunista, sin embargo la respuesta cubana, según Shestack, fueron "malas excusas". "Intenté ponerlos de nuestro lado, pero no, apoyaron a Argentina", recordó Shestack.

Shestack fue criticado por el Departamento de Estado por la reunión con la delegación cubana. Martínez se quejó ante Washington acerca de este "lobby" con Cuba, alarmando a los funcionarios de la oficina del Área de Repúblicas Americanas (ARA) del Departamento de Estado.

Entre los países no alineados, algunos reaccionaron a favor de la propuesta iraquí y otros lo hicieron neutral o desfavorablemente, pero la mayoría se interesaron en obtener un consenso. El gobierno cubano, en particular, estaba ansioso de impedir un quiebre en el bloque dada su posición como líder del movimiento y la constante crítica a su apoyo a la invasión soviética de Afganistán.

Para poder preservar una apariencia de unanimidad, Irak promovió que su resolución fuera adoptada sin un voto de relanzamiento del debate público, pero que "esos países que podrían abstenerse o votar 'no' en una votación general no dejarían su posición registrada si la medida se aprobaba sin voto", según señalan Kramer & Weissbrodt. A pesar de los esfuerzos argentinos de introducir enmiendas para debilitar la resolución, se llegó a un acuerdo débil, que resultó en la aprobación de la propuesta iraquí sin votación.

El Grupo de Trabajo sobre Desapariciones se estableció así para examinar las desapariciones forzosas o involuntarias. Consistía en cinco miembros de la Comisión que actuaban en sus propias capacidades, por un año. La delegación argentina fue obligada a consentir la creación de una investigación pública, aunque la investigación no se centró exclusivamente en este país.

El informe del Grupo, presentado en enero de 1981, confirmó desapariciones en 15 países. La Comisión extendió el Grupo de Trabajo por otros tres años, aunque Martínez ganó una concesión en la sesión de 1981 con una resolución que solicitaba que todas las comunicaciones individuales fueran entregadas en privado. La Subcomisión mantuvo el examen 1503 del caso argentino hasta agosto de 1983, cuando sacó a Argentina de la lista confidencial frente a la venidera transición democrática.

Explicación del apoyo cubano

La Habana y Buenos Aires cooperaron en la Comisión de Derechos Humanos a pesar de sus conspicuas diferencias ideológicas. ¿Por qué un régimen comunista apoyó a una junta militar fervientemente anticomunista cuyo principal objetivo era eliminar la subversión de izquierda?

La explicación más obvia es que ambos gobiernos violaban los derechos humanos de sus ciudadanos y, por ende, buscaban protegerse a sí mismos de las críticas y resistir cualquier expansión de los mecanismos de aplicación de la ONU. Este interés compartido fue seguramente una condición necesaria para la colaboración, pero no fue, en sí misma, causa suficiente. Durante este período, de hecho, el gobierno cubano corría poco riesgo de ser investigado dado su equilibrio de poder favorable dentro de la Comisión, que impidió el debate sobre Cuba hasta 1987.


Teniente general Leopoldo Fortunato Galtieri, quien presidió la junta militar argentina a principio de los ochentaFoto

Teniente general Leopoldo Fortunato Galtieri, quien presidió la junta militar argentina a principio de los ochenta. (BBC)

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Miriam Leiva, Ciudad de La Habana