Actualizado: 25/04/2024 19:17
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Colombia

Álvaro Uribe inicia un segundo mandato y reitera su disposición a negociar

El presidente pidió a los grupos ilegales armados 'hechos irreversibles' que demuestren determinación de conseguir la paz.

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Álvaro Uribe prestó juramento este lunes para un segundo período en la presidencia de Colombia en una ceremonia "blindada" para evitar ataques de los grupos ilegales armados, informó la AFP.

En su discurso, Uribe supeditó una eventual negociación de paz con los alzados en armas a "hechos irreversibles" de éstos que muestren su voluntad de dialogar y advirtió que no permitirá una "paz engañosa".

"Reitero nuestra voluntad de lograr la paz, para lo cual únicamente pedimos hechos. Hechos también irreversibles que expresen el designio de conseguirla", puntualizó Uribe, quien hace cuatro años —al asumir el primer mandato— había prometido derrotar militarmente a las organizaciones izquierdistas armadas.

Uribe, que se abstuvo en su discurso de aludir específicamente a cualquiera de los grupos armados, negoció en su primer gobierno la desmovilización de 31.000 paramilitares de ultraderecha y mantiene contactos con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), pero no ha conseguido ningún avance con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), la mayor de todas las organizaciones.

"No nos frena el miedo para negociar la paz. Confieso que me preocupa algo diferente: el riesgo de no llegar a la paz y retroceder en seguridad", dijo Uribe tras jurar ante la presidenta del Congreso, Dilia Francisca Toro.

El mandatario de derecha, de 54 años, tiene una popularidad del 60% en las encuestas, tras conseguir reducir los homicidios y secuestros a los niveles más bajos de las últimas dos décadas y contener a los grupos armados.

Durante el discurso y en una protesta silenciosa, congresistas de izquierda levantaron fotos de algunos de los 58 rehenes que las FARC proponen canjear por 500 de sus efectivos presos, entre ellos la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt.

La izquierda acusa al gobierno de olvidarse de la suerte de esos rehenes, que incluyen también a tres estadounidenses, policías, militares y políticos colombianos, e insisten en que Uribe pacte un canje humanitario.

El centro histórico de Bogotá fue acordonado y sólo se permitió ingresar a invitados y prensa, en medio de estrictos controles de unos 30.000 miembros del Ejército y la policía, apoyados por 17 helicópteros y tanques.

En la última semana el gobierno atribuyó a las FARC la explosión de tres coches bomba y ataques contra poblados que dejaron 21 militares y 8 civiles muertos.

A la ceremonia asistieron los presidentes de 11 países —entre ellos los de Chile, Perú, Ecuador, República Dominicana, Paraguay y las seis naciones de Centroamérica— pero fue notoria la ausencia de líderes de izquierda como Luiz Inacio Lula da Silva (Brasil) y Hugo Chávez (Venezuela), que se excusaron a última hora.

Esas "sillas vacías" suscitaron interpretaciones sobre el aislamiento del mejor aliado de Washington en la región.

"No es coincidencia (…) Evidencia la línea discordante de Uribe con la que se respira en el resto del continente", señaló Carlos Gaviria, presidente del Polo Democrático Independiente (PDI, izquierda).

"Uribe quería tener en su posesión a Fidel Castro y a George W. Bush para subrayar su papel en la región, el hecho de que no vengan (…) le debe hacer pensar que no esa tan clara esa posición de interlocutor privilegiado de la izquierda y la derecha", dijo Miguel Ceballos, decano de la escuela de relaciones internacionales de la Universidad Sergio Arboleda.

La delegación de cuba estuvo encabezada por el vicepresidente Carlos Lage.

Fidel Castro convalece de una operación a la que fue sometido por sangramiento intestinal y ha delegado provisionalmente el poder en su hermano Raúl y en otros seis miembros de su régimen, entre ellos Lage.