Actualizado: 01/05/2024 21:49
cubaencuentro.com cuba encuentro
| Internacional

Cumbre del G-8

Los más industrializados se reúnen con malos presagios para el clima y tensión entre EE UU y Rusia

Enviar Imprimir

La Cumbre del G-8 comenzó este miércoles en Heiligendamm, Alemania, sin esperanzas de alcanzar un acuerdo en cifras sobre el clima y en medio de reminiscencias de la Guerra Fría entre Estados Unidos y Rusia, informó la AFP.

En la calle, los militantes antiglobalización tenían en jaque a unos 16.000 policías que velan por la seguridad del pequeño balneario situado al borde del mar Báltico.

Según un portavoz policial, 8 agentes sufrieron heridas y 15 manifestantes fueron detenidos en unos enfrentamientos en los que la policía usó mangueras de agua para alejar a la multitud de la barrera de seguridad.

La reunión anual de los siete países más industrializados más Rusia empieza con mal pie para la canciller federal alemana, Angela Merkel, quien había depositado esperanzas en el logro de un compromiso sobre el cambio climático para limitar a 2 grados la subida de las temperaturas hasta 2050, lo que implicaría reducir a la mitad las emisiones de gases de efecto invernadero con relación a 1990.

Pero Estados Unidos, el país que más contamina en el mundo y que no ha ratificado el Protocolo de Kioto, ha transmitido mensajes contradictorios que echan por tierra estos ambiciosos objetivos y abren la puerta a un acuerdo modesto.

Al término de un almuerzo en Heiligendamm con Merkel, el presidente estadounidense, George W. Bush, expresó su deseo de "trabajar con (el G-8) sobre un acuerdo post-Kioto" para alcanzar "objetivos esenciales" como la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero".

Junto a él, Merkel aseguró que veía "bastantes posibilidades de alcanzar una posición común", pero habló de "señal fuerte", no de números.

Jim Connaughton, el principal asesor ambiental del presidente estadounidense, descartó en declaraciones a los periodistas en una de las salas de prensa de la Cumbre que los más industrializados del mundo se comprometan a limitar el calentamiento del planeta mediante objetivos precisos.

"Estados Unidos no ha concluido su propio proceso para decidir cuál debería ser la meta a largo plazo, así que en este momento no estamos preparados para adoptar esa propuesta", dijo Connaughton, informó EFE.

Bush aceptó la semana pasada por primera vez la idea de colocar un límite a las emisiones mundiales de gases que ocasionan el calentamiento global, pero quiere que esa meta se marque tan sólo después de 18 meses de conversaciones lideradas por su país y que impliquen a China, India, Brasil, México, Sudáfrica, entre otros países.

"Estados Unidos podría poner un límite a sus emisiones, junto con Europa, pero si los otros países importantes no forman parte de esa ecuación las industrias nuestras que usan mucha energía se trasladarán a esos otros países", explicó Connaughton.

Eso provocaría pérdidas económicas, problemas sociales y aumentaría las emisiones en los países receptores de las empresas, dijo.

El asesor de Bush afirmó que las negociaciones que propone la Casa Blanca, en las que participarían "entre 10 y 15" países, no funcionarían al margen de la ONU, que a finales de año comenzará el debate sobre un pacto que suceda al Protocolo de Kioto, que vence en 2012.

El presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, ha dicho no entender por qué se necesitan las negociaciones paralelas organizadas por Estados Unidos, cuando ya existe el foro de Naciones Unidas.

La meta de Merkel para esta Cumbre contaba con el apoyo de algunos de los países emergentes que asisten como invitados, como Brasil y México, y de los demás miembros del G-8, salvo Estados Unidos.

El ambiente de la Cumbre se anuncia además crispado en varios frentes.

El proyecto de Estados Unidos de extender su escudo antimisiles a la República Checa y Polonia ha enfurecido a Rusia, que reaccionó recientemente amenazando con apuntar sus misiles hacia Europa, lo que a su vez preocupó a los europeos.

Este miércoles, Bush tendió la mano a Vladimir Putin con este mensaje: ni Rusia es una amenaza para Europa, ni el escudo antimisiles estadounidense lo es para los rusos, y dijo piensa explicárselo personalmente al presidente ruso durante el encuentro que mantendrán el jueves.

Tanto el primer ministro británico, Tony Blair, como el presidente francés, Nicolas Sarkozy, tienen previsto también mantener conversaciones con el líder ruso.

Por otro lado, el clima y las negociaciones de la Ronda de Doha en el marco de la Organización Mundial del Comercio (OMC) para la liberalización del comercio serán abordados el jueves durante un encuentro entre las cinco economías emergentes invitadas a la cita del G-8: Brasil, México, China, India y Sudáfrica.

Otra de las cuestiones de interés en América Latina, el caso de la política franco-colombiana Ingrid Betancourt, rehén de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) desde 2002, llegará al G-8 de la mano de Sarkozy, quien pedirá apoyo para lograr su libertad.