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Líbano

Opositores encabezados por Hezbolá intentan derrocar al gobierno con una huelga general

Los enfrentamientos entre adversarios y seguidores de la mayoría parlamentaria han dejado varias decenas de heridos.

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Miles de libaneses se manifestaban este martes y bloqueaban las principales rutas de todo el país con neumáticos en llamas al comienzo de una huelga general convocada por la oposición para tratar de derrocar al gobierno, informó Reuters.

Manifestantes bloquearon la carretera que lleva al único aeropuerto internacional del Líbano y al puerto.

"El gobierno sólo entiende la fuerza y hoy es sólo una pequeña lección", dijo el manifestante Jamil Wahb a Reuters en un suburbio sureño de mayoría chiíta. "Nos quedaremos aquí hasta que se rindan", agregó.

Organizadores del grupo Hezbolá, respaldado por Siria, con máscaras negras, realizaban rondas en motocicleta y usaban "walkie-talkies".

Un líder cristiano dijo que las protestas se asemejaban a un intento de golpe de Estado.

La huelga agrava una campaña de la oposición, liderada por Hezbolá, para desalojar al gobierno pro-occidental, instalar una nueva unidad de administración y celebrar elecciones parlamentarias anticipadas.

El primer ministro Fouad Siniora hizo caso omiso a las demandas y en cambio anunció un plan de reforma económica antes de una conferencia de ayuda internacional que tendrá lugar el jueves en París, y que espera que recaude miles de millones de dólares para la economía del Líbano, afectada por las deudas.

Responsables dijeron que Siniora, quien tenía previsto salir hacia París este martes, estaba siguiendo el desarrollo de los acontecimientos desde su oficina en el centro de Beirut.

Algunas refriegas entre manifestantes y seguidores del gobierno se produjeron especialmente en áreas cristianas. Los enfrentamientos dejaron varias decenas de heridos. Soldados libaneses lanzaron disparos al aire para mantener alejada a la multitud en una carretera clave al norte de Beirut.

Líbano todavía está recuperándose de una guerra civil devastadora que transcurrió entre 1975 y 1990.

Las carreteras hacia el aeropuerto internacional de Beirut estaban bloqueadas y varias líneas aéreas internacionales y árabes suspendieron sus vuelos hacia el país.

Muchas tiendas, colegios y negocios estaban cerrados en Beirut, pero era difícil saber si era por el apoyo a la huelga o porque la gente no podía llegar a trabajar a causa de las barricadas.

Las fuerzas de seguridad libanesas hicieron esfuerzos esporádicos para abrir algunas carreteras, pero realizaron pocos progresos debido a las multitudes de manifestantes. No intervinieron en el bastión de Hezbolá, en el sur de la capital.

Seguidores del gobierno criticaron las protestas.

"Lo que está sucediendo es una revolución y un intento de golpe de Estado", dijo el líder cristiano Samir Gaegea al canal de televisión al-Jazeera. "Esto es terrorismo directo para paralizar el país", agregó.

Fuentes de la oposición afirmaron que las protestas durarán varios días.

"Nuestra campaña aumentará día a día", dijo Suleiman Franjieh, un líder cristiano opositor, a la estación de televisión al-Manar. "Mientras ellos no nos escuchen, no los dejaremos descansar", agregó.

La campaña de la oposición, que comenzó el 1 de diciembre con una protesta abierta en el centro de Beirut, elevó las tensiones entre los chiítas y los sunitas en el Líbano.

El gobierno está respaldado por el líder sunita Saad al-Hariri y la oposición incluye a los grupos chiítas Hezbolá y Amal. Los cristianos están repartidos en ambas partes.