Actualizado: 28/03/2024 20:04
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Las virtudes del coro

La Unión Europea y Estados Unidos frente al tema cubano.

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El mundo y la España franquista

Como el congresista Lincoln Díaz-Balart ha reclamado que se aplique a Cuba "la misma política que el mundo aplicó a la España franquista", discutamos esa experiencia.

Cuando se le cuestionó a De Gaulle por qué comerciaba con España, el presidente francés contestó que "las naranjas españolas no son fascistas". Europa no trató a la España fascista con normalidad, pero tampoco dejó que Franco se convirtiera en un obstáculo insalvable para la relación entre España y sus países vecinos.

Estados Unidos, correctamente, no se quedó detrás. Si Díaz-Balart quiere que Washington se inspire en las negociaciones con Franco sobre las bases de Torrejón y Rota, para un nuevo acuerdo sobre la base de Guantánamo con La Habana, debería ser más explícito.

Desde 1959, Estados Unidos contribuyó al plan de liberalización económica española a través de miles de becas Fullbright y el desarrollo de escuelas modernas de administración, algunas apoyadas por la Iglesia Católica. Estados Unidos no esperó a la muerte de Franco para promover la apertura en España. ¿Por qué el congresista Díaz-Balart no impulsa proyectos similares con Cuba?

La comunidad internacional ayudó a España a encontrar su futuro, más que a resolver las luchas fratricidas del pasado. Fue más importante crear puntos de compromiso para las nuevas generaciones que continuar obsesionados con el caudillo gallego. De lo que se trató fue de abrir España al mundo.

El pacto de La Moncloa requirió que los derrotados de la guerra civil asumieran que esa batalla estaba perdida. La aceptación del PSOE de esa realidad demandó mucho coraje, pero fue extraordinariamente sabia. Gracias a Dios y a Zapatero, Franco no tiene ya ni estatua.

Es esa experiencia la que inspira la política europea hacia Cuba. Los europeos viajan, conversan con la población, se casan con cubanos, desarrollan negocios, dialogan con funcionarios y emplean a un significativo número de trabajadores. Los gobiernos de España, Suecia, Alemania, Francia y Gran Bretaña han otorgado miles de becas de estudio y organizado entrenamientos que preparan a los cubanos para un futuro globalizado.

Para ir a Cuba y decir que allí no se puede interactuar con el pueblo, como lo repite sin cesar la derecha exiliada, hay que andar lejos de la realidad.

¿En qué ha influido Europa?

La aseveración de la académica norteamericana Susan Kaufman Purcell de que Europa tiene una política de compromiso incondicional con La Habana es una burda mentira. ¿En qué fuentes se basa para tal afirmación? Según David Ridgway, embajador británico en Cuba entre 1998 y 2001, la discusión sobre derechos humanos entre Europa y Cuba "fue continua y a todos los niveles".

La Posición Común Europea de 1996 condiciona el progreso en la cooperación y el ascenso de Cuba al Acuerdo de Cotonou a mejorías. En las empresas europeas en la Isla, los cubanos leen con asiduidad la prensa internacional, quebrando el secreto que por muchos años dio al gobierno control exclusivo sobre ciertas áreas de información y saber en el respeto por los derechos humanos. Desde el principio, Europa ha desarrollado un diálogo crítico con las autoridades a ese respecto.