Actualizado: 15/04/2024 23:17
cubaencuentro.com cuba encuentro
| Opinión

Opinión

Sombras y mezquindades

La crisis de 'Vitral': ¿Representan algunos el papel de Pilatos para no inquietar al César?

Enviar Imprimir

Hace poco, el presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular, Ricardo Alarcón, ante las preguntas de un reportero sobre la libertad de prensa en su país, se jactó de que su régimen respetaba la libertad de expresión, como quedaba demostrado por la existencia de la revista Vitral, publicación mensual del Centro de Formación Cívica y Religiosa del Obispado de Pinar del Río.

Conociendo a Alarcón como lo conozco, desde su época privilegiada como embajador ante Naciones Unidas, sé que nunca hace declaraciones improvisadas sino muy conformes a la política y los intereses del régimen que representa. Nunca ha tenido voz propia, pero medra dentro del monstruo y sabe bien lo que trama.

Alarcón sabía lo que se avecinaba para este ingente esfuerzo dirigido por Dagoberto Valdés, galardonado por el Premio Jan Karski al Valor y la Compasión 2004. Conocía las presiones para cerrar el Centro de Formación y la revista Vitral, o para neutralizar de una manera velada ambos esfuerzos, eliminando su gestión social, política, cultural y económica para circunscribirla a un esfuerzo pastoral inofensivo.

En efecto, la reciente decisión represiva de estos esfuerzos, tomada por la jerarquía eclesiástica cubana, permitió al régimen lavarse las manos. Valdés contaba con muchos valiosos colaboradores que hacían posibles tales ingentes esfuerzos. Algunos de ellos se vieron obligados a emigrar a España, ante amenazas y hostigamiento que acabaron por ser insoportables.

Se mantuvieron fieles a su misión hasta el final Virgilio Toledo López, responsable de la Consultoría Cívica que brindaba asesoramiento jurídico, psicológico, familiar, ético y cívico a los necesitados; María Caridad Gálvez Chiú (Karina), responsable del Grupo de Economistas que confeccionaron una propuesta de soluciones económicas racionales, titulada "Itinerario de Reflexión"; Margarita Gálvez, responsable del Grupo de Amigos del Hogar; y otros más que ostentaban cargos que demostraban su vocación de misioneros laicos.

Pecados contestatarios

Un equipo tan prestigioso y útil a la nación no podía ser desmantelado de un plumazo sin causar escándalo. Monseñor Jorge Serpa reaccionó, el 11 de abril, al escándalo provocado por esa acción con confusas declaraciones que esbozan una posibilidad de continuidad, pero con severas mordazas y limitaciones. Se puede leer entre líneas cuando dice: "He pedido mantener en la revista Vitral la verdad basada en el Evangelio y en la Doctrina Social de la Iglesia, sin caer en expresiones agresivas y contestatarias".

El obispo de Pinar del Río califica de "agresivas" las expresiones mesuradas y racionales de la revista o las gestiones de formación del Centro. Lo de "contestatarias" se refiere a la carencia de adulación y sometimiento en los planteamientos éticos, cívicos y religiosos que hacían estas dos discretas fuentes de libertad de expresión. Por tales "pecados" ha decidido —supuestamente bajo presión estatal— desmembrar el Centro y repartir o "redistribuir" (según sus propias palabras) su contenido.

No obstante, se queja de "las tergiversaciones de algunos medios de comunicación provocadas por la desafortunada información que se les hizo llegar". No precisa cuáles "tergiversaciones" ni qué "información". Sencillamente no se atreve a reconocer que ha claudicado ante los intereses de la dictadura, que es la gran responsable de este suceso y de todas las manifestaciones represivas que sufre el pueblo cubano.


« Anterior12Siguiente »