Actualizado: 23/04/2024 20:43
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Bosch, Terrorismo, Bombas

Efemérides de la Contrarrevolución Cubana

De la vieja costumbre en el exilio de no admitir cosas que pasaron, y de seguir metiendo forros historiográficos como si de verdad la historia absolviera, entre otros paquetes explosivos

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El 14 de agosto de 1963, el líder del Movimiento Insurreccional de Recuperación Revolucionaria (MIRR), Dr. Orlando “Piro” [1] Bosch, asigna los fondos para una misión de bombardeo contra objetivos económicos en Santa Clara, que se malograría el 5 de septiembre. Al arreciar el fuego antiaéreo, las bombas se soltaron de correcorre y una cayó “sobre una casa, matando al dueño y a tres niños”. Así mismito lo informó la CIA [2], que atribuyó de paso la provisión de los fondos a otro exiliado cubano, el banquero Roberto “Chiri” Mendoza, quien durante la era antes de Castro hacía zafra hasta con el Hotel Habana Hilton.

Senderos que se bifurcan

Los informes confidenciales de la CIA engrosaron el expediente del Fiscal General para deportar a Bosch. Esta decisión se tomó el 23 de junio de 1989 luego de que, a principios de 1988, Bosch entrara ilegalmente a Estados Unidos desde Venezuela. Aquí había pasado once años tras las rejas antes de salir absuelto en la causa penal por el crimen de Barbados.

A diferencia de las banderías españolas, que a la vuelta de medio siglo se ponían ya de acuerdo en qué había pasado durante la guerra civil (1936-39), las banderías cubiches todavía rehúsan admitir cosas que pasaron y siguen metiéndose forros historiográficos como si de verdad la historia absolviera. El historiador exiliar Pedro Corzo, por ejemplo, registra aquel mismo hecho así: “Dos aviones que lanzaban propaganda antigubernamental sobre la ciudad de Santa Clara lograron escapar del fuego antiaéreo, pero los fragmentos de los disparos de ametralladora al precipitarse a tierra provocaron una muerte y varios heridos” [3].

Cabría preguntarse cómo pudo ocurrírsele a Bosch —o al que sea— gastar recursos aquel día en agitprop por aire entre los bombardeos del 15 de agosto contra el central Bolivia [Cunagua] en Morón y del 9 de septiembre contra el central Brasil [Jaronú] en Esmeralda, que Bosch voceó como parte del plan de ataque del MIRR contra “16 fundamental objectives in Cuba” [4]. Así mismo tendría que aclararse cómo Castro pudo arreglárselas sin Photoshop para que el apartamento de Fabric Aguilar, en el cuarto piso de un edificio de hormigón prefabricado, mostrara daños que jamás traerían su causa de fragmentos de proyectiles en caída libre.

Al pan, pan

Raoul Cantero, abogado de Bosch en los trámites de deportación, aclaró que el material de la CIA era “ciertamente perjudicial en el sentido de que él estaba haciendo esas cosas, pero se estaba librando una guerra”. Por eso aparecían, entre otros, planes bien definidos de:

  • Atacar un buque cubano como acción diversionista para que desembarcaran por Oriente y Las Villas sendas expediciones hacia marzo de 1963.
  • Lanzar un ataque aéreo en el otoño de 1963 y dos más en el invierno de 1964.
  • Comprar dos aviones de combate P-51 para remplazar las viejas aeronaves del MIRR y atacar refinerías en La Habana

El expediente incorporó también informes del gobierno cubano acerca de que “Bosch estuvo involucrado en más de 90 acciones terroristas (bombas, secuestros y asesinatos) de 1968 a 1980”. Al ser interrogado por el Servicio de Inmigración y Naturalización (INS), Bosch declaró que nunca había asumido responsabilidad por atentados con bombas, pero los medios de comunicación se apresuraron a endilgárselos “porque [yo] era un conocido activista anticastrista”. Su abogado remachó: “Admito que en los años 70 era un alardoso”.

Al vino, vino

El material de la CIA venía calzado con documentos del FBI, entre ellos una comunicación en 1987 de su agente especial George Davis que instaba al secretario de Estado, George Schultz, a no dejar entrar a Bosch en USA porque “una investigación exhaustiva sobre Bosch, desde que llegó en los años 60 como exiliado cubano hasta que salió del país con pasaporte falso estando en libertad bajo palabra, [arrojó que] era considerado por el FBI y otras agencias policiales como el terrorista número uno de Miami, [quien] mediante una combinación de elocuencia, engaño e intimidación había establecido en la comunidad de exiliados su reputación de dedicado líder anticastrista”.

Tal como puntualizaría el Director de Noticias de Reuters, Stephen Jukes, “We all know that one man’s terrorist is another man’s freedom fighter”. La estrategia de Bosch contra Castro radicaba en bombardear centrales, por aquello de que sin azúcar no hay país, así como apretar con que tampoco hubiera gasolina. No se arredró al ser derribado —el 19 de junio de 1963— un avión del MIRR que bombardeaba el central Marcelo Salado [Reforma] en Caibarién [5]. El 17 de enero y el 13 de febrero de 1965 atacó centrales pinareños en Consolación del Norte y Bahía Honda, respectivamente [6].

Bosch prometió continuar las incursiones contra objetivos en Cuba a pesar de la “implacable persecution” de las autoridades estadounidenses [7]. Tan implacable llegó a ser que, para el 10 de junio de 1965, Bosch y cinco más caían en el jamo de los federicos en Zellwood, cerca de Orlando, donde fue ocupado un lote de guerra que incluía 18 bombas. El soplón fue un tal Frank Swanner, piloto americano contratado por el propio Bosch [8].

Coda

Y por ser tan “conocido activista anticastrista”, la agitprop castrista se apeó hasta con que Bosch era sospechoso del asesinato de JFK y estaba en Dealey Plaza (Dallas, TX) el 22 de noviembre de 1963 (Foto). Un investigador oficial del crimen, Gaeton Fonzi, destruyó esta superchería y aclaró de paso que si bien Bosch procuraba fondos agresivamente, no malversaba con ellos. “Soy el único que no ha hecho dinero en esto”, declaró el octogenario Piro Bosch a la periodista Ann Louise Bardach en abril del 2006.

Notas

[1] Quizás el motete derive de pirómano, pues ante la desidia con que el ministro de Educación Diego Vicente Tejera afrontaba los reclamos de reparación capital de la Escuela de Comercio de Santa Clara, Bosch pidió —como líder de la Federación de Estudiantes de Segunda Enseñanza— un voto de confianza para resolver el asunto y con un grupo de allegados prendió candela al edificio, después de sacar el mobiliario y meter un ataúd con una figura de Tejera dentro. La misma propensión desde chiquito puede observarse en Fidel Castro, quien estando en quinto grado amenazó con que “iba a pegar candela a la casa” si, como quería el padre, no lo dejaban seguir yendo a la Escuela La Salle. Cf.: Biografía a dos voces, Debate (2006), 91.

[2] “CIA revela secretos de Bosch”, El Nuevo Herald, 08/04/1989.

[3] Cronología de la lucha contra el totalitarismo, Miami: Rodes Printing (20072), 209.

[4] “Plane Strafes, Bombs Sugar Mill in Cuba”, The Miami Herald, 17/08/1963; “New Raid Slated ‘Soon’ by Exiles”, The Miami Herald, 11/09/1963.

[5] “‘Raid Plane Was Ours,’ Anti-Castroites Says”, The Miami Herald, 21/06/1964.

[6] “Cuban Sugar Mill Bombed, Strafed, Exile Group Says”, The Miami Herald, 14/02/1965.

[7] “Cuban Exile Leader Pledges More Raids”, The Miami Herald, 16/02/1965.

[8] “Exile Chief Jailed in Orlando”, The Miami Herald, 12/06/1965.


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