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Actualizado: 27/03/2024 22:30

Exilio, Arte, Museo

Efemérides de la Contrarrevolución Cubana

El Museo Cubano de Arte y Cultura se creó con el objeto social de preservar el patrimonio cultural cubano en el exilio

El 28 de mayo de 1989 quedó consumada la división intraexiliar que el librero de origen sagüero Manuel “El Gordo” Salvat Roque [1] definiría así: “Considero muerto al Museo Cubano porque hoy es sólo el Museo de un grupo”. Junto a Mignon Medrano y otros, El Gordo había sido excluido —por el Comité de Nominaciones— de la candidatura a presidencia, vicepresidencias, tesorería, secretaría y otros cargos directivos de aquella institución. Al mes siguiente fueron ocupados por los candidatos oficiales con Teresa Saldise al frente.

Saldise y su esposo, Pedro Ramón López, elegido entre los directores del museo, eran codueños del General Bank. Junto con otras figuras del museo mismo integrarían la directiva del Consejo Cubano por la Democracia (CCD), fundado el 29 de agosto de 1989 como grupo rival de la Fundación Nacional Cubano-Americana (FNCA). Esto concitó la denuncia del museo como galería mercantil de arte con fines políticos castristas. Los comisionados de Miami votarían por no renovar el contrato de alquiler de la sede, que había sido cuartel bomberos y era propiedad de la ciudad, pero el juez James Lawrence King canceló la orden de desalojo con el argumento de que la base existencial del museo era la libertad artística y cultural.

Para llegar a orígenes

En 1973 Mignon Medrano, Luis Botifoll, Ofelia Tabares y otras personalidades fundaron el Museo Cubano de Arte y Cultura, que seguidamente se inscribió como entidad no lucrativa con el objeto social de preservar el patrimonio cultural cubano en el exilio. Hacia 1982 la institución dejó de ser itinerante por entre bibliotecas, centros comunitarios, clubes sociales y otros enclaves para asentarse en el precitado local por decisión de la alcaldía de Miami.

En 1987, los herederos del crítico de arte Rafael Casalins donaron su colección al museo, la cual incluía una pieza (foto) de Wifredo Lam. Medrano rehusó exponerla, pero la mayoría de los directores y miembros votaron en contra invocando el principio que más tarde guiaría al juez King en su fallo contra el desalojo.

Al año siguiente Pedro Ramón López y otros sonaron la matraca de la Nueva Generación, que propuso hasta dar espacio de conferencia a María Cristina Herrera, fundadora (1969) del Instituto de Estudios Cubanos (IEC) y profesora del colegio universitario de Miami-Dade tachada de filocastrista por su colaboración con la revista Areíto. La parada contenciosa subió al darse el anuncio de subasta de más de 160 obras pictóricas, que Ramón Cernuda organizó con la coyunda de que vendedor y comprador donaran al museo cierto porcentaje del importe.

Hermanos al Rescate

El lote a subastar traía piezas de Portocarrero, Mariano, Mijares, Lam, Mendive y otros, que fueron repudiados por afinidad con el régimen de Castro; sin embargo, la votación favoreció la venta. Los disidentes, encabezados por Margarita Ruiz, armaron un Comité Pro-Rescate del Museo Cubano. Se celebraron vigilias alumbradas de protesta y la noche de la subasta, el 22 de abril de 1988, el ingeniero José Juara compró la serigrafía de Mendive Oshún y el pavo real por $500.00 para quemarla enseguida en medio de la calle.

El 3 de mayo detonó una bombita debajo del auto de Teresa Saldise. Así como su bando culpó del atentado al Comité Pro-Rescate, este alegó que había sido una auto-provocación de los “usurpadores del museo” y publicó a página completa en El Nuevo Herald que la función primaria de la institución debía ser “coleccionar, exhibir y estudiar las obras culturales y documentos históricos de la nación cubana libre y auspiciar el desarrollo de las diversas manifestaciones artísticas de la comunidad cubana exiliada”.

La Junta Directiva del museo dio contracandela con otra página entera para invitar al público en general a una exposición retrospectiva de Amelia Peláez. Así mismo allanó el camino para la fundación del CCD denunciando a la FNCA como “la gatica de María Ramos, que tira la piedra [del Comité Pro-Rescate] y esconde la mano”. Ya el líder de la FNCA, Jorge Más Canosa, había largado en The Miami Herald “que la actividad del coleccionista Ramón Cernuda era un caso de delincuencia: el caso de un hombre enriqueciéndose a costa de un ilegal arte cubano”.

Revirón

Dizque el fiscal federal Dexter Lehtinen, esposo de Ileana Ros, animó a la aduana a entrar en la mansión de Cernuda y confiscar su colección de arte como prueba de comercio con el enemigo, pero el juez Kenneth Ryskamp ordenó devolverla con el argumento de que incluso “si las pinturas hubieran procedido directamente de Cuba, estarían protegidas por la normativa del Congreso estadounidense (1988) que, al amparo de la Primera Enmienda de la Constitución, exceptuaba [de la prohibición de comercio] los materiales informativos”.

El Departamento del Tesoro rechazó de entrada este fallo judicial, pero a la postre dictó nuevas regulaciones que retorcieron el rescate y consagraron la invasión. A partir del 1º de abril de 1990, luego de 30 años de prohibición, el arte producido en Cuba comenzó a entrar libre y legalmente en USA. Al tenor de las artes plásticas entrarían también las artes escénicas (performing arts), sobre todo al compás de la música.

Ese fue el punto de arranque de la polémica que dura hasta nuestros días y tiene sonada expresión en las campañas de Alex Otaola contra los artistas que vienen de Cuba a monetizar en las entrañas del monstruo revuelto y brutal que los desprecia.

Coda

El General Bank explotó como un siquitraque en 1992 y la pareja Saldise-López huyó a España. Las multas administrativas acumuladas contra ellos en USA iban por 21 millones de dólares cuando Saldise apareció en Cuba —el 7 de diciembre de 1995— junto a Alfredo Guevara, quien había tenido la ocurrencia de inaugurar con misa católica el XVII Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano.

Notas

[1] AMING-4 para la CIA, hasta 1962, y AMHINT-2 en lo adelante hasta 1968, por ser El Gordo uno de los líderes cofundadores del Directorio Revolucionario Estudiantil (DRE), que desplegó un grupo de acción paramilitar [AMHINT] contra Castro.

© cubaencuentro

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