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Actualizado: 13/05/2024 11:29

Caribe, La Habana

Las ciudades y sus murallas

La Habana, Santo Domingo, San Juan, Cartagena y Veracruz fueron dotadas de sistemas defensivos que combinaban trozos de murallas con fortines y fortalezas


Sin lugar a dudas las murallas han sido un signo distintivo de las ciudades caribeñas. A mayor importancia, mayores las murallas. Y a mayores las murallas, mayor el abolengo citadino. Varias de ellas —La Habana, Santo Domingo, San Juan, Cartagena y Veracruz— fueron dotadas de sistemas defensivos que combinaban trozos de murallas con fortines y fortalezas, al mejor estilo renacentista. Otras —Santiago de Cuba, Puerto Plata, Baracoa, Matanzas— tuvieron que conformarse con algún que otro fortín. Estos sistemas tuvieron diferentes orígenes, pero casi todos ellos fueron finalmente remodelados por un italiano al servicio de Felipe II, Juan Bautista Antonelli, posiblemente el más serio antecedente de los exitosos consultores internacionales contemporáneos.

Además de ser una razón de prestigio, tener una muralla fue también una oportunidad de contar con inversiones públicas de las que era posible —lícita o ilícitamente— extraer recursos para la acumulación privada. Y la muralla era una garantía mínima de protección de los citadinos y sus negocios. La debilidad de los sistemas defensivos costó muy caro a varias ciudades, como a Santo Domingo en 1586 cuando Francis Drake entró a rebato devastando todo lo que no podía robarse y dando un empujón decisivo a la decadencia de la ciudad primada. O a San Juan, cuando en varias ocasiones tuvo que luchar, con variada fortuna, contra ingleses y holandeses.

Y eran un agregado urbano de alto valor simbólico, que marcaban la frontera entre lo diferente —y eventualmente hostil— y lo propio. Pero una frontera que resultaba a la larga más una declaración de intenciones que un hecho de separación. Fueron en resumen murallas para saltar que a duras penas lindaban a sociedades en formación que pudieran figurar entre las más abiertas e incluyentes del mundo. Fueron de alguna manera órganos vitales de las ciudades, y no es demasiado aventurado afirmar que la forma como cada ciudad lidió con su muralla sintetizó tanto las debilidades como las potencialidades de cada una.

Santo Domingo contó con la primera fortaleza —la Torre del Homenaje— y el primer foso que antecedió la construcción de la muralla desde principios del siglo XVI. La muralla en sí comenzó a construirse en fecha tan temprana como 1543 y 25 años más tarde un visitante relataba que se habían edificado tres puertas (aún en pie) pero muy pocas varas de muro. Unos años después de la arremetida de Drake la ciudad fue visitada por Antonelli, y luego por muchos otros evaluadores, y todos coincidieron en afirmar que estaban tan llenas de buena fe como de errores constructivos.

Las obras continuaron en una especie de rutina alimentada por el desinterés de los enemigos. Desde el siglo XVII nadie se interesó por esta colonia semidespoblada y extremadamente pobre hasta que la revolución en la vecina Saint Domingue puso a haitianos y franceses a jugar al ajedrez estratégico en la isla. Por ello nadie sabe exactamente cuándo se concluyeron las murallas ni cuándo se demolieron. Probablemente porque nunca se terminaron oficialmente y porque el tiempo y la pobreza se encargaron de una demolición lenta, sin glorias. Algunos pedazos fueron arrancados para utilizar las piedras en otras construcciones. O se abrieron boquetes para permitir el paso. La erosión hizo el resto.

San Juan tuvo otra suerte. La ciudad —ubicada en una isleta— fue rodeada por una densa muralla, varias baterías y revellines, y dos fortalezas paradigmáticas: San Felipe y San Cristóbal. Pero debido a su importancia estratégica y a la localización del presidio, buena parte del espacio urbano estaba bajo administración castrense, que a la vez impedía el poblamiento de los extramuros inmediatos, ubicados —dada la condición insular del emplazamiento— sólo en dirección este.

La ciudad comenzó a sufrir una asfixiante congestión que fue inicialmente paliada con la expulsión de la población negra pobre hacia extramuros, aduciendo cuestiones de seguridad e higiene. Ellos —recluidos en lo que un cronista llamaba “miserables rancherías”— fueron los primeros pobladores de lo que hoy es Puerta de Tierra y Santurce, y durante más de un siglo fueron los principales suministradores de hortalizas a la ciudad. Posteriormente se produjeron algunas discretas ampliaciones con la incorporación al área urbana de los terrenos de una pequeña península llamada La Puntilla y la construcción de un paseo en la zona inmediata de Puerta de Tierra. Pero hacia mediados del siglo XIX un censo calculaba 20 habitantes por vivienda y un persistente mal olor proveniente de la aglomeración y la carencia de servicios básicos.

En la segunda mitad del siglo XIX los comerciantes, autoridades civiles y militares sanjuaneros se vieron enredados en más de un debate acerca de la necesidad de derrumbar la muralla y permitir el poblamiento de Puerta de Tierra, lo cual, además, constituía una oportunidad para convertir los predios militares en mercancía. En 1897 el veto militar fue finalmente derogado por una orden real. Pero cuando los citadinos se dieron cita para presenciar el derrumbe de la Puerta de Santiago, en realidad estaban en el umbral de la demolición de la dominación española. Los negociantes boricuas sufrieron el cambio en carne propia, cuando solo pudieron obtener ganancias marginales de un negocio al que aspiraron por décadas, apabullados por la avalancha de los especuladores inmobiliarios norteamericanos.

Pero si Santo Domingo se desentendió de su muralla y San Juan la sufrió hasta la agonía, La Habana sencillamente saltó por encima de ella. Y hacia mediados del XIX ya las murallas no parecían otra cosa que un obstáculo en medio de una ciudad. Pero en realidad eran —y así lo percibió la avezada oligarquía local— una oportunidad inmobiliaria sin precedentes.

Aún en el siglo XVIII fue construido un paseo arbolado que competía con las instalaciones militares, sanitarias y de almacenes que se habían construido en el arrabal de la ciudad. A principios del XIX el controvertido gobernador Tacón edificó allí el primer paseo elegante extramuros de la ciudad, que por mucho tiempo llevó su nombre y hoy se conoce como nuestro Paseo del Prado. Y cuando las murallas fueron derribadas el paseo sirvió de eje para la urbanización de todo el espacio de contención que les rodeaba.

La zona fue durante mucho tiempo el centro de la ciudad —de ahí el inequívoco nombre de Parque Central— y albergue de los edificios más elegantes de la ciudad. Solo recordemos cuatro de ellos construidos en el siglo XX: el impresionante art noveau de la Casa Velazco-Sarrá, el exponente más sofisticado del art decó del edificio Barcardí y las muestras barrocas de los centros asturiano y gallego. Pero también albergó los fraudes inmobiliarios más sonados de la historia republicana.

Desde el siglo XIX se fue formando la Habana dicotómica que aún hoy persiste, al punto de que los mapas turísticos que se venden en las “shopings” de la capital cubana solo llegan por el sur hasta El Cerro y el borde de La Lisa.

La Habana del suroeste, la Habana pobre, fue el resultado del poblamiento anárquico, que se atuvo a muy pocas consideraciones urbanísticas. Siguió la dirección de caminos y calzadas pobladas por los campesinos que proveían alimentos y mano de obra a la ciudad. Con el avance del mercado inmobiliario, las parcelas campesinas devinieron lotes urbanizables que proveyeron a esta zona de interesantes contrastes entre la arquitectura popular y la aristocrática de algunas quintas mayormente ubicadas en El Cerro. Es hoy La Habana invisible para el turista, sin malecón, sin parques, la zona que no aparece en los mapas.

La otra línea de expansión fue hacia el noroeste, a lo largo de un malecón que se iba edificando por tramos, hasta llegar a formar el inigualable barrio de El Vedado desde las últimas décadas de siglo XIX. A diferencia del sur, esta expansión estuvo atenida a normas urbanísticas más precisas, un sistema de cuadriculación de suelo casi perfecto, un sistema de comunicación efectivo y áreas verdes.

Cuando los estadounidenses destrozaron la inservible flota de guerra española en Santiago de Cuba, ya La Habana poseía casi un cuarto de millón de habitantes. Seguía siendo la ciudad central del Caribe. De las murallas coloniales solo quedaron varios pedazos que siguen marcando los límites entre los municipios de la Habana Vieja y Centro Habana. Pero la ciudad fue pertrechada con otras murallas que separaban una Habana A, verde, elegante, habilitada; y una Habana B, donde los menos agraciados socialmente establecieron sus “arrabales”, incluyendo algunos de los barrios marginales más estentóreos de la época en el continente. Eran estos últimos los que llamaron la atención de Albert Einstein cuando nos visitó en los treinta y describió bolsones de “pobreza atroz” conviviendo con los “clubes más lujosos”.

A los que imagino fue invitado por la oligarquía capitalina, siempre deseosa de codearse con los integrantes del top mundial, no importa de qué temas hablaran. Solo para verlos y tocarlos.


© cubaencuentro

26 Comentarios


26 by Pedro (Usuario no autenticado) 25/01/2011 23:40

Profundo articulo, lo publicaron en EL Caiman Barbudo?

25 by CLO (Usuario no autenticado) 25/01/2011 4:01

Disfrute mucho este articulo que me hizo recordar las murallas de mi san juan, gracias por tan lindo regalo para comenzar el año.

24 by Claudia Gil (Usuario no autenticado) 25/01/2011 4:01

Imaginense que diria el gran Einstein si resucitara en este 2011 y regresara a la isla....Sin dudas, quedaria estupefacto, si es que logra reconocer a La Habana que fugazmente visito el 19 de diciembre de 1930. Se sorprenderia de ver que la ciudad entera es un barrio marginal de mas de 2 millones de habitantes y que los bolsones de pobreza atroz que describio 80 anos atras, ya no estan confinados, sino que se han extendido como un manto gigantezco de miseria que termino tragandose a la capital mas prospera del Caribe,....y para colmo, sin los lujosos Country Club o el Habana Yacht Club, mientras los oligarcas son menos pero mas destructivos....El genio y premio Nobel de la Fisica, no lograria formular ni comprender como un grupo de cubanos lograron transformar la materia a un nivel de depauperacion tan descomunal sin que la ciudad hubiese estado en guerra. Sus celebres formulas y analisis matematicos serian insuficientes para descifrar que nos paso.

23 by Jorge Perez (Usuario no autenticado) 24/01/2011 7:00

Estos articulos de La Habana estan cargados de historia y simbolismo....Al margen de las simplificaciones de querer culpar siempre a algunos exiliados y de otros detalles imposibles de desprender de cualquier corriente de la izquierda radical. la verdad es que resulta incomparablemente mas factible describir el pasado mas o menos glorioso de una urbe, que contar de su presente ruinoso o de su relacion con la catastrofe....¿Quien se atreveria a escribirnos con detalles sobre lo que queda de la Troya sepultada? No tendria sentido mas alla de unos pocos y restringidos ambitos academicos, pues simplemente no habria casi nada que decir. Por eso, es mil veces mejor leer con interes este articulo, La Iliada de Homero o algun otro estudio arqueologico o historico que nos brinde una aproximacion de lo que se considera fue una gran ciudad amurallada, que concentrarnos en la ruina escondida y por demas conocida que nos queda en el siglo XXI, y que claro, muy poco tiene que ver con la metropoli que un dia lejano alli existio....Esa aproximacion nostalgica del autor es mas que respetable y hasta profunda....

22 by Luisa Diaz (Usuario no autenticado) 23/01/2011 4:01

Muy buen articulo Haroldo. Tan bueno como la comparsa de los dinosaurios de la izquierda radical que aplauden como focas. Tantos anos de unanimidad y miedo han hecho su estrago.

21 by Tony Lopez (Usuario no autenticado) 23/01/2011 3:41

Piltrafa, Tantos libros de Marx y Engels, de Mesas Redondas y Domingos Rojos, de consumo de Cerelac y pasta carnica, y de gritar pa" lo que sea, seguro te han hecho dano...Entendemos que no puedas conocer otros textos que no sean los que te han orientado las organizaciones de masa....."El Manual del Perfecto Idiota Latinoamericano" no es una exposicion autobiografica de los autores, es una exposicion detallada del proceder de gente como tu...De corazon, si quieres y piensas que no te va a traer problemas con el partido, te podemos enviar algunas copias...

20 by pitrafa (Usuario no autenticado) 21/01/2011 3:40

Tony lopez: no conozco ese Manual para el Perfecto Idiota pero por los autores que mencionas me imagino que sea una sentida exposicion autobiografica.

19 by Moreno Claro (Usuario no autenticado) 21/01/2011 3:40

Estimado haroldo, evidentemente los mediocres perfectisimos idiotas pleistocenicos no te perdonan ni una vez. Eso va a tu favor, felicidades caro amigo

18 by Juan Pedro Rosado. DF (Usuario no autenticado) 21/01/2011 3:40

Excelente articulo. En verdad la flota española era infinitas veces inferior en calidad combativa que la americana, pero eso no es lo basico en este articulo que repito es muy bueno.

17 by Tony Lopez (Usuario no autenticado) 20/01/2011 21:01

Pitrafa, Hablando de idiotas, deberias leerte "El Manual del Perfecto Idiota Latinoamericano" de Apuleyo, Montaner y Vargas Llosa, Jr., creo que te ayudaria mucho...En cuanto a la imposibilidad de vivir sin el Granma, en eso si tienes razon, por eso leemos articulos como este.

16 by azor (Usuario no autenticado) 20/01/2011 11:20

Lo de la inservible flota española,deberá actualizar sus fuentes de información.Eran cuatro excelentes y nuevos cruceros acorazados y dos modernísimos cazatorpederos.Otra cosa es si fueron bien utilizados al encerrarse en santiago de Cuba y no en la Habana con sus excelentes defensas costeras.

15 by Fernando Vega (Usuario no autenticado) 20/01/2011 11:20

El autor deberá revisar sus conocimientos al adjetivar como inservible la Flota Española.eran cuatro excelentes cruceros acorados y dos modernísimos cazatorpederos.Otra cosa es su utilización que hubiese sido mejor combinada esa flota con las eficaces defensas costeras de la Habana en vez de Santiago.

14 by Manuel Herrera (Usuario no autenticado) 20/01/2011 11:20

En 1958 la Habana era una de las ciudades mas desiguales del continente. En eso que nadie se equivoque. Alla quienes viven su miseria en el pudridero consumista de Miami imaginando que la habana se perdio porque ellos se largaron. La Habana sigue siendo unica, asi que crezcan. Yo la extraño todos los dias y a mi me va bien, pero vivo sin reconcomios. .

13 by pitrafa (Usuario no autenticado) 20/01/2011 4:00

Es una pena que articulos tan buenos tengan comentaristas tan idiotas. No pueden vivir sin el granma y el Miami Herald. Yo los compadezco.

12 by Nazario (Usuario no autenticado) 20/01/2011 4:00

Excelente articulo como todos los que nos regala el profesor Dilla. Estos de La habana en comparacion con las capitales de Puerto Rico y de Santo Domingo son una belleza que espero continuen. La Habana de los contrastes como bien analiza, duros contrastes.

11 by Jorge Perez (Usuario no autenticado) 20/01/2011 4:00

Imaginense que diria el gran Einstein si resucitara en este 2011 y regresara a la isla....Sin dudas, quedaria estupefacto, si es que logra reconocer a La Habana que fugazmente visito el 19 de diciembre de 1930. Se sorprenderia al comprobar que la ciudad entera es ahora un barrio marginal de mas de 2 millones de habitantes y que los bolsones de pobreza atroz ya no son bolsones, sino un manto gigantezco que termino tragandose a la capital mas prospera del Caribe,....y para colmo, sin los lujosos Country Club o el Habana Yacht Club que tanto le impresionaron, mientras los oligarcas son menos pero incomparablemente mas destructivos....El genio y premio Nobel de la Fisica no lograria formular ni comprender como un grupo de cubanos logro transformar la materia a un nivel de depauperacion tan descomunal, sin que la ciudad hubiese estado en guerra. Sus celebres formulas y analisis matematicos serian insuficientes para descifrar que nos paso.

10 by El balsero (Usuario no autenticado) 19/01/2011 23:00

Buen articulo, mucho mejor que los anteriores del autor en que el radicalismo y la politica parcialista esta a flor de pie. Sin embargo, seguimos esperando un recuento similar de la evolucion de La Habana mas alla de los anos 30, especialmente en los 40 y 50, cuando vivio sus decadas de mayor esplendor. Esperamos tambien que nos describa los aportes arquitectonicos y urbanisticos de estos ultimos 52 anos. Nos encantaria profundizar nuestros conocimientos sobre el grado de conservacion de la ciudad y especialmente de las grandes obras del periodo revolucionario como EXPO Cuba, las ESBECs, los edificios de Alamar y el Monte de las Banderas.

9 by Pirandello (Usuario no autenticado) 19/01/2011 23:00

Mario: esto es un periodico cultural, y que al final cada cual escribe lo que quiere. esto no es un folleto de adoctrinamiento. No sea zoquete y aprenda. De verdad que no podemos vivir sin el Granma ni los programas de Ninoska. Yo disfrute mucho este remanso de nuevas ideas y buena prosa.

8 by Orestes Santos (Usuario no autenticado) 19/01/2011 22:40

Me imagino que en las universidades de Puerto Rico le presten oido receptivos a frases como “Oligarquía Cubana deseosa de codearse con el top mundial”. Nadie sabe o que tiene hasta que lo pierde.

7 by Antonio Luxemburgo (Usuario no autenticado) 19/01/2011 22:40

Muy pertinente trabajo, esperamos la continuidad de la serie, felicidades al autor

6 by Humberto Herrera Carles 18/01/2011 23:02

Muy interesante para recordar nuestra evolucion.

5 by Zacarías Monterrey (Usuario no autenticado) 18/01/2011 23:02

A mi realmente me han gustado los dos artículos sobre las ciudades del Caribe.Aprovecho, y agradezco al autor la nota muy atinada, sugerida por un lector. Sin embargo, debo apuntar algo pequeño a la luz de hoy. Me refiero a que parte de esa “Oligarquía Cubana deseosa de codearse con el top mundial” fue también la oligarquía que creo todo un tejido de la pequeña y mediana empresa local cubana, que Castro destruyó de un plumazo en el 68, y que hoy tod@s añoramos con sollozos y GRITOSSS….!. Nada son paradojas de las ciudades del Caribe…!. Bueno, en fin, estas son otras Mirellas, digo otras Murallas…!. Muchas gracias y seguimos….!

4 by fabiola (Usuario no autenticado) 18/01/2011 23:02

Que nota tan refrescante en medio del calor politico

3 by mario (Usuario no autenticado) 18/01/2011 23:01

Otra vez La habana, la brisa del mar en primera plana, es que nos quieren dormir con esta musica? y Cuba en candela

2 by La Avellaneda (Usuario no autenticado) 18/01/2011 23:01

Excelente,Dilla. Me estoy enterando de datos históricos que desconocía.Me resulta muy interesante y agradable leer la evolución histórica que estás desarrollando.

1 by Julio Manuel Colunga (Usuario no autenticado) 18/01/2011 23:01

Segundas partes pueden tambien ser muy buenas. Felicito a mi amigo por tan ameno y sutil articulo. Yo vivi mucho tiempo cerca de las murallas y cada tarde escalabamos algunos trozos que aun quedan como testimonio de nuestro pasado colonial.

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