El titular de Granma va al seguro: Recuerdan trascendencia del Combate de Uvero dirigido por Fidel. Podrá no ser buen periodismo, pero no le traerá problemas al redactor.

Solo que la recordación de la “heroica acción dirigida personalmente por el Comandante en Jefe Fidel Castro” es de una intrascendencia aplastante.

Claro que la acción sirvió para afianzar una guerrilla que sobrevivía a duras penas a menos de seis meses de un desembarco desastroso.

Pero lo que cuenta para la iconografía oficial es que Castro dirigió el combate, lo inició con un disparo que dio muerte a un soldado. Un disparo, por otra parte, hecho a distancia, con un fusil de mirilla telescópica.

Por lo demás, y en términos estrictamente militares, lo ocurrido en el Uvero no es de una significación especial. Aunque a través de los años el gobierno cubano siga resaltando esa acción que causó “al enemigo 14 muertos, 19 heridos y 14 prisioneros, atendidos dignamente por los rebeldes”.

Tampoco ha cambiado mucho el paisaje y la pobreza imperante en la zona. Un obelisco recuerda a los combatientes del Ejército Rebelde. No mucho más. Es cierto que los campesinos tienen ahora servicios hospitalarios y enseñanza gratuita, para recordar los famosos “logros de la revolución”, pero en la realidad siguen siendo campesinos pobres, carentes de recursos y casi analfabetos.

Sin embargo, Granma se empeña en su encierro en un mundo pueblerino de efemérides que nadie recuerda, acciones bélicas de poca significación para lo que ha ocurrido y ocurre en el mundo y celebraciones de “cuatro gatos”. Todo con el objetivo de intentar mantener vivo el culto a la figura de Fidel Castro y el reclamo de una legitimidad de origen porque fueron él, su hermano Raúl y unos pocos ancianos que quedan vivos los que “hicieron la revolución”.

En ese mundo carente de noticias no ocurre nada, todo fue hecho por el líder y lo que resta es tratar de “actualizar” un poco el modelo, para seguir sobreviviendo en el poder.

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