Se viene especulando que para 2021 los electores cubanos votaran sí o no por otra nueva “Carta Magna” de manufactura castrista[1]. Una votación que tendrá el valor de un plebiscito sobre el carácter socialista del sistema y el papel del Partido Único (PCC).

Por otro lado, una plataforma prodemocrática (Cuba Decide) viene planteando denodadamente un plebiscito vinculante para que los cubanos decidan el destino de Cuba mediante un sí o no.

Esta iniciativa ha recibido el apoyo de gran parte de exilio cubano de Miami e incluso del senador Marco Rubio, de los demás legisladores cubanoamericanos, de altos funcionarios de la Administración Trump y hasta del Secretario General de la OEA Luis Almagro.

Ante esa propuesta, he argumentado en un artículo de opinión y en mis comentarios como forista en diferentes sitios de opinión sobre la problemática cubana el riesgo que se corre si no existen primero las libertades democráticas mínimas.

Como se sabe, en Cuba no existen los poderes independientes del Estado, tampoco hay libertad de opinión ni asociación, pero en cambio, sí existe un sistema de control y represión social constituido por la seguridad del Estado y las “organizaciones de masas” castristas, mientras que el partido único dispone de toda la maquinaria del Estado, que posibilitaría la manipulación de cualquier proceso electoral a su favor, lo cual podría servir para dar legitimidad al régimen ante la comunidad internacional

Por todo por eso sigo abogando por Cuatros Pasos Programáticos para una transición ordenada a la democracia de Cuba, que a continuación relaciono: 1) Legalización de los partidos políticos de oposición. 2) Convocatoria a una asamblea constituyente multipartidista. 3) Instauración de un Estado de derecho con sus poderes independientes (ejecutivo, legislativo y judicial). 4) elecciones multipartidistas municipales, provinciales y nacionales.

Estos pasos programáticos no son suficientes, pero sí necesarios para que la democratización de Cuba no sea abortada en el camino por el PCC u otros grupos hegemónicos. Por ello serán necesarios otros pasos colaterales básicos como la libertad de expresión y asociación y una nueva ley electoral entre otros.

La legalización de los partidos políticos de oposición además de dotarlos de un estatus legal para organizar sus actividades sin temor a persecuciones y encarcelamientos arbitrarios, posibilitaría que en ese periodo organizativo se crearan sus bases de sustentación política, se modificara la actual Constitución para tener aunque sea de forma temporal las garantías mínimas para su funcionamiento o la creación de una ley de partidos políticos donde se establezcan los deberes y derechos partidarios.

Una vez estabilizados los partidos políticos de oposición y el partido único actual bajo las mismas condiciones, estarán creadas las condiciones para la convocatoria a una asamblea constituyente multipartidista, para parlamentar la constitución democrática de Cuba que entre otros aspectos contenga de forma general el modelo político/económico/social/cultural y que sea el Estado Democrático de Derecho emanado de dicha constitución el garante de dicho modelo.

Por esas mismas razones creo que no existen condiciones para la realización del referendo anunciado sobre la nueva constitución que fabricará el castrismo.

[1]http://www.14ymedio.com/nacional/monosilabo-rebelde-Reinaldo_Escobar-Cuba-Elecciones-Plebiscito-Cuba_Decide-Rosa_Maria_Paya-cubanos_0_2427957186.html

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