El conocido cronista deportivo nicaragüense Edgard Tijerino, quien solía transmitir mordaces críticas políticas, renunció el miércoles a hacerlo porque dijo sentirse "amenazado de muerte" por el gobierno del presidente Daniel Ortega, informó la AP.

Tijerino, disidente del gobernante Frente Sandinista de Liberación Nacional, dijo a la AP que "por el bien" de su familia renunció a "seguir hablando de política".

"Me siento amenazado de muerte", afirmó.

El comentarista transmitía su programa Doble Play en la emisora izquierdista La Primerísima, de gran audiencia. "Las amenazas eran telefónicas de parte de supuestos simpatizantes de Ortega", dijo.

"Voy a renunciar desde hoy a mis comentarios políticos, pero mi sueño es que llegue el día en que el régimen danielista sea derrocado como el de Anastasio Somoza Debayle", dijo Tijerino al cerrar su programa el miércoles. En la década de los setenta el cronista también mezclaba sus comentarios con críticas a la dictadura de Somoza.

Agregó que renunciaba también para proteger a la emisora del retiro de la publicidad gubernamental.

Un funcionario de la secretaría de Comunicación y Ciudadanía que solamente se identificó como Francisco dijo que el gobierno no haría comentarios.

Por otro lado, el periodista Oliver Gómez, de El Nuevo Diario, denunció el miércoles que una funcionaria del Ministerio de Salud, a quien identificó como Patricia Vázquez, le negó una vacuna contra la fiebre amarilla, requisito para ingresar a Panamá, país que le entregará un premio de periodismo.

La funcionaria negó la vacuna "para enseñarme a respetar al Frente" sandinista, dijo Gómez a la AP. El Nuevo Diario es opositor al gubernamental FSLN.

Hace dos meses, el también comentarista político Jaime Arellano fue echado de dos canales de televisión local porque, según dijo, sus dueños fueron amenazados por el gobierno con cancelarles la licencia de operación.

El año pasado, el caricaturista del diario La Prensa, Manuel Guillén, abandonó el país porque dijo haber recibido amenazas de muerte por presuntos interlocutores que se identificaban como sandinistas.

En su 64 Asamblea General, la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) instó al presidente Ortega a que "normalice sus relaciones con la prensa a fin de refrendar la función periodística y la democracia".

La SIP considera que "en los últimos meses se ha notado un marcado aumento en hostilidad del Ejecutivo en su relación con los medios y periodistas independientes de Nicaragua".

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