Cables diplomáticos estadounidenses publicados por WikiLeaks atribuyen a la política del Gobierno de Brasil el fracaso de la negociación del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA) y los obstáculos para el avance en las negociaciones para la liberalización del comercio mundial de la Organización Mundial del Comercio (OMC), conocidas como Ronda de Doha. En concreto, atribuyen al Ministerio de Exteriores brasileño creer que Washington pretende dominar el hemisferio a través del ALCA.

Los cables, recogidos por el diario O Globo, citan a dos altos cargos brasileños que habrían trabajado en favor de Estados Unidos en estos dos ámbitos. El coordinador general de política agrícola del Ministerio de Agricultura, Paulo Venturelli, habría acusado de “paranoicos” a los negociadores Ministerio de Exteriores brasileño en conversación con diplomáticos estadounidenses.

“El Itamaraty (Exteriores) ha mentido al presidente Lula sobre el ALCA (…). Venturelli dice que altos funcionarios de Itamaraty están formulando políticas basadas totalmente en la ideología Norte-Sur de los años 60, sin tener en cuenta la economía real”, indica el cable estadounidense.

Venturelli planteó incluso la estrategia a seguir. “Ha sugerido que el Gobierno de Estados Unidos adopte una línea dura con el Gobierno de Brasil, planteando que acepte el ALCA tal como está o, de lo contrario, quedaría atrás mientras Estados Unidos y otros países forman el ALCA”, continúa el discurso de los cables. “Cree que este choque es necesario antes de que el Gobierno admita que la política del Itamaraty es errónea”, prosigue.

Un segundo funcionario, Arno Meyer, entonces secretario adjunto para Asuntos Internacionales del Ministerio de Hacienda, involucrado, al igual que Venturelli, en las negociaciones del ALCA, habría pedido a Estados Unidos ideas para socavar la resistencia de Brasil. “Meyer nos ha proporcionado un análisis franco y reflexivo sobre la situación actual en el Gobierno con respecto al ALCA, y sugirió cómo el Gobierno de Estados Unidos podría reforzar la pro-ALCA fuerzas dentro del Gobierno” de Brasil.

Según estos cables, los ministerios de Agricultura, Desarrollo Rural y Tesoro mantendrían una postura contraria a la del Ministerio de Exteriores. Los registros oficiales muestran que Washington comenzó a preocuparse por la cuestión poco después que el presidente Luiz Inácio Lula da Silva asumiera la Presidencia del país, a principios de 2003.

“Los nuevos elementos de oposición firme al ALCA han establecido su residencia en el Gobierno de Brasil, en lugar de permanecer en los partidos de oposición y organizaciones no gubernamentales. Esto es particularmente evidente en el Ministerio de Relaciones Exteriores.”

Los documentos indican que, tras muchos esfuerzos, el Gobierno estadounidense ha renunciado a lograr un cambio en la postura brasileña. “El Itamaraty ha sido el encargado de la política para el ALCA, y no creemos que los esfuerzos por explotar las diferencias entre los ministros puedan tener éxito. Los intentos de cambiar la situación (…) sólo sirven para endurecer la línea dura y socavar los ministros que comparten nuestra opinión”, señalan.

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