Las autoridades del Tíbet y otras partes conflictivas de China fueron colocadas en alerta alta el martes por posibles protestas en el aniversario 50 de la revuelta contra el dominio chino en esas zonas, mientras el Dalai Lama dijo que el Tíbet se ha vuelto "el infierno terrenal" bajo el control de Pekín, informó la AP.

En un discurso por el aniversario de exilio, el líder espiritual tibetano afirmó que las décadas de ley marcial y políticas radicales de China, como la Revolución Cultural, habían devastado a la región del Himalaya y, en consecuencia, causado la muerte de centenares de miles de tibetanos.

"Incluso hoy en día, los tibetanos viven en constante temor y las autoridades chinas siguen sospechando constantemente de ellos", dijo el Dalai Lama en su casa de la ciudad india de Dharmsala y denunció una "represión brutal" de las fuerzas armadas en el Tíbet luego de las protestas contra Pekín, hace un año.

Después del discurso del Dalai Lama, millares de jóvenes tibetanos salieron a las calles de Dharmsala coreando "Fuera China" y "El Tíbet es de los tibetanos". Los manifestantes también realizaron marchas en apoyo de los tibetanos en Nueva Delhi, Seúl y en la ciudad australiana de Canberra.

El gobernador del Tíbet, Champa Phuntsok, dijo el martes que las declaraciones del Dalai Lama sobre las muertes de tibetanos eran "puras patrañas y vilipendio", según la oficial Agencia de Noticias Xinhua. La población tibetana ha aumentado rápidamente en los últimos 50 años, de 1,2 millones en 1959 a 2,87 millones en el 2008, indicó.

Pekín ha intentado neutralizar posibles problemas en el aniversario del comienzo de la fallida revuelta de 1959 contra el dominio chino en el Tíbet.

Habitantes y empresarios de la capital tibetana de Lhasa informaron el martes un aumento de las patrullas de policías armadas en la ciudad.

"Hay más policías paramilitares en las calles. Están en las terminales de autobuses, en los cruces de caminos, incluso en los callejones pequeños", dijo un miembro de la agencia de viajes West Tour Go en la capital, quien declinó identificarse.

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