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Actualizado: 18/04/2024 23:36

Elecciones, Francia

El socialista Hollande venció a Nicolás Sarkozy

Según cifras del Ministerio del Interior francés, Hollande ganó con un 51,7 % de los votos, mientras que Sarkozy consiguió un 48,3%, tras el conteo de un 99 % de los sufragios

El socialista François Hollande ganó este domingo la segunda vuelta de la elección presidencial de Francia con un 51,7 % de los votos, según cifras del Ministerio del Interior, con un 99 % de los sufragios contados.

De acuerdo con reportes de la AFP y Efe, el saliente Presidente conservador Nicolas Sarkozy consiguió un 48,3 % de los votos. Alrededor de 16,5 millones de electores votaron por el presidente electo, y 15,5 millones por Sarkozy. Más de dos millones de electores votaron blanco o nulo, según el recuento. La tasa de abstención fue de 18,86 %, por debajo de la cifra de la primera vuelta (20,52 %).

“Me comprometo a servir a mi país con la entrega y ejemplaridad que requiere esta función”, dijo Hollande en sus primeras palabras desde Tulle, en el centro del país, antes de viajar a París para celebrar su victoria.

“Mi misión es dar a la construcción europea una dimensión de crecimiento, de empleo, de prosperidad, de futuro y es lo que diré lo más pronto posible a nuestros socios europeos y en primer lugar a Alemania”, dijo Hollande.

Y eso, “en nombre de la amistad que nos une y de la responsabilidad común”, señaló en su primer discurso tras conocerse los resultados de los comicios.

Dijo, desde su feudo electoral de Tulle, ser consciente de que “Europa nos mira” y estar “seguro de que en muchos países europeos (su victoria) ha sido un alivio, una esperanza” porque “la austeridad no podía ser una fatalidad”.

Hollande, que durante toda su campaña reiteró su intención de reformar el tratado europeo negociado a finales del pasado año y firmado a comienzos de marzo para añadir medidas en favor de la reactivación económica y a ese respecto se mostró convencido de que la jornada de hoy “debe ser un nuevo punto de partida para Europa”.

“No somos un país cualquiera del planeta, somos Francia. Y como presidente de la República me corresponderá llevar las aspiraciones que siempre han sido del pueblo de Francia: la paz, la libertad, la responsabilidad”, o el derecho de cada pueblo de emanciparse de las dictaduras.

En otro momento de su discurso, había enumerado algunos de “los desafíos que nos esperan”, y destacó en particular la recuperación económica, la reducción del déficit, “la preservación del modelo social”, “la igualdad entre nuestros territorios”, “la prioridad educativa”, “la transición ecológica” y “la reorientación de Europa por el empleo, por el crecimiento, por el futuro”.

Sarkozy reconoce la derrota

Antes, Nicolás Sarkozy, saliente mandatario de Francia, admitió la derrota y le deseó “suerte” a François Hollande. “Acabo de hablar con él por teléfono para desearle buena suerte”, dijo el saliente mandatario, mientras las encuestadoras proyectaban que Hollande habría ganado los comicios.

El Presidente conservador dijo a sus partidarios que asumía la responsabilidad de la derrota.

En la segunda vuelta de la presidencial de 2007, la abstención fue de 16,03 %. Previamente, los institutos de sondeo daban a Hollande la victoria con alrededor del 52 % de los votos, frente a un 48 % para su adversario.

Francia gira hacia la izquierda

Se trataría del primer vuelco a la izquierda de un gran país europeo desde el comienzo de la crisis que sacude al Viejo Continente.

Al socialista Hollande, que se impuso en la primera vuelta, le daban como favorito todos los sondeos publicados hasta el pasado viernes, último día en que se podían dar a conocer, cuando se redujo su ventaja sobre Sarkozy.

Tras los comicios, los dos rivales tienen prevista una agenda esencialmente familiar durante el resto de la jornada, además de seguimiento de la votación y de contacto con los votantes en varios colegios electorales, en el caso de Hollande en Correze.

Sarkozy permanecerá en el Palacio del Elíseo, según precisaron los representantes de su campaña

Hollande se convierte así en el segundo presidente socialista de la V República Francesa (fundada por el general Charles De Gaulle en 1958), después de François Mitterrand, jefe de Estado de 1981 a 1995.

Sarkozy pasa a engrosar la lista de víctimas políticas de la crisis europea, en la que figuran el socialista español José Luis Rodríguez Zapatero, el portugués José Socrates, el británico Gordon Brown, a los que los electores hicieron pagar en las urnas la política de austeridad.

A ellos se suman el italiano Silvio Berlusconi y el griego Giorgos Papandreu, forzados a dimitir bajo presión de la Unión Europea. Todos esos giros fueron o bien hacia la derecha o bien hacia la formación de gobiernos tecnócratas.

La campaña en Francia, segundo motor de la Eurozona después de Alemania, estuvo marcada por la crisis financiera, que castiga duramente a países como España, Grecia, Italia y Portugal, y por cuestiones como la inmigración y la seguridad en las fronteras, temas que provocaron recelo en algunos socios del bloque.

Hollande, de 57 años, había exhortado a sus compatriotas a darle una amplia victoria este domingo para poder tener “toda la capacidad y los medios para actuar”.

El líder socialista había recibido el respaldo del dirigente centrista François Bayrou (9,13 % de votos en la primera vuelta), del candidato de la izquierda radical Jean-Luc Mélenchon (11,1 % de los votos) y de la ecologista Eva Joly (2,31 %).

Sarkozy, por su parte, no fue apoyado por ninguna de las fuerzas políticas que participaron en la primera vuelta. Sarkozy, de 57 años, ha sido un presidente de impopularidad sin precedentes y no pudo desprenderse de su etiqueta de “presidente de los ricos” en plena crisis económica.

Tras la primera vuelta, en la que la candidata del Frente Nacional (FN, extrema derecha) Marine Le Pen quedó en tercer lugar con 18% de los votos, el presidente saliente trató de atraer a su electorado.

Sarkozy invocó el patriotismo y resaltó la necesidad de controlar mejor las fronteras del espacio Schengen para paliar la inmigración clandestina y afirmó que “tenemos demasiados extranjeros en nuestro territorio”.

Pese a ello, Marine Le Pen declaró la semana pasada que votaría en blanco. Durante su campaña, Sarkozy también se refirió a menudo a España, que entró de nuevo en recesión, agitando el espectro de una situación similar en Francia en caso de victoria socialista.

Durante su mandato, Sarkozy y la canciller alemana Angela Merkel impulsaron un severo plan de ajuste para el bloque europeo. Hollande sostiene que el rigor fiscal debe ir acompañado del estímulo de la economía y anunció que desea renegociar el pacto fiscal para incluir políticas que favorezcan el crecimiento.

En su programa se contempla aplicar más impuestos a los ciudadanos más ricos, hacer hincapié en la creación de empleo para los jóvenes y “unir” a los franceses en un gobierno de “justicia”.

El proyecto de Hollande está teniendo ecos en Europa. Las declaraciones de dirigentes europeos sobre la necesidad de fomentar el crecimiento para superar la crisis se multiplicaron en las últimas semanas.

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