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Actualizado: 17/05/2024 12:58

Cumbre UE-Latinoamérica

Evo Morales cuestiona a Petrobras y dice que no indemnizará a empresas

El presidente boliviano elogió la cooperación de los gobiernos de Cuba y Venezuela, y acusó a los de Brasil y España de no cumplir sus promesas de ayuda.

El presidente boliviano, Evo Morales, ratificó este jueves en Viena que su gobierno no indemnizará a las petroleras extranjeras por la nacionalización de los hidrocarburos, al tiempo que criticó a la brasileña Petrobras y la acusó de operar "ilegalmente" en su país, informó Reuters.

El mandatario izquierdista defendió además la cooperación que entabló con La Habana y Caracas; y pidió a Perú, Colombia y Ecuador dejar sus tratativas de libre comercio con Estados Unidos.

"No hay por qué pensar en indemnización; si expropiáramos bienes o tecnología tendríamos que indemnizar, pero acá no estamos expropiando", dijo Morales sobre la nacionalización de los hidrocarburos decretada el 1 de mayo.

Además de poner en manos del Estado la producción de crudo y gas natural del país, la medida incluyó la expropiación parcial de dos refinerías de Petrobras en Bolivia y de la filial local de la petrolera española Repsol-YPF, por las que Bolivia está dispuesta a compensar a las compañías.

La nacionalización reavivó también los planes de La Paz por aumentar el precio de sus exportaciones de gas natural a Argentina y Brasil, causando preocupación en esas dos economías.

"Petrobras operaba con contratos ilegales, inconstitucionales, que no respetaban las normas bolivianas", dijo Morales en referencia a que los contratos nunca fueron ratificados por el Congreso boliviano como marca la ley.

El presidente boliviano se encuentra en Viena para la IV Cumbre entre líderes europeos y latinoamericanos, que comienza el viernes.

Desde Madrid, Repsol dijo que respetará la decisión de Bolivia de renegociar en los próximos seis meses los contratos petroleros para adaptarlos a la nueva regulación, pero aclaró que irá a los tribunales si no obtiene un buen arreglo.

Tras una reunión de cinco horas en La Paz con funcionarios del Ministerio de Hidrocarburos boliviano que terminó a la medianoche del miércoles, la estatal Petrobras también anunció que se sentará a negociar los nuevos contratos.

Petrobras es el principal inversor privado en el mercado energético de Bolivia, que alberga las segundas mayores reservas de gas natural de Sudamérica, después de las de Venezuela.

Morales dijo que las empresas "tienen los derechos a recuperar sus inversiones, tener retornos" y justificó el cambio de las reglas para el sector al asegurar que antes de su llegada al poder el país andino "era tierra de nadie".

La nacionalización resintió las relaciones entre Morales y el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, cuyo gobierno ve la decisión como una señal de la creciente influencia del mandatario venezolano, Hugo Chávez, sobre el gobierno boliviano.

Chávez, quien ha aumentado su influencia sobre los países sudamericanos con numerosos acuerdos que siempre incluyen ventas de petróleo en condiciones muy favorables, apoyó la nacionalización boliviana.

Además, intenta que La Paz lo siga en su plan por abandonar el pacto comercial que los une con Perú, Colombia y Ecuador por no abandonar estos países sus negociaciones con Washington por un acuerdo de libre comercio.

Los conflictos entre países de América Latina quedaron expuestos este jueves en Viena, donde Perú y México rechazaron la radicalización del gobierno de Bolivia e intentaron poner límites a la influencia de Chávez.

Viena también parece ser también el escenario de otro capítulo en el distanciamiento entre Morales y Lula.

"No tengo por qué preguntar, consultar, sobre políticas soberanas de un país", explicó Morales en la capital de Austria a un periodista que le preguntó por qué no había avisado previamente a Lula sobre su decisión de nacionalizar los hidrocarburos.

Esa acción despertó furiosas críticas en Brasil contra Lula, quien apoyó a Morales en su carrera hacia la presidencia. Legisladores opositores y empresarios han acusado al gobernante brasileño de falta de previsión sobre las decisiones del gobierno de La Paz y de haber sido "traicionado" por Morales.

Lula, en tanto, ha defendido una profundización del diálogo con La Paz y su gobierno manifestó respeto por el "acto soberano" de Bolivia de nacionalizar sus hidrocarburos.

Sin embargo, Brasil intenta resistir cualquier aumento en el precio del gas, que alimenta a la industria de Sao Paulo, el corazón productivo del país.

Al ser consultado sobre por qué no había dado aviso previo a Lula sobre su decisión de nacionalizar los recursos energéticos, Morales dijo que buscó comunicarse con su colega de Brasil, pero indicó que "fue difícil" encontrarlo y sugirió que colaboradores del brasileño bloquearon sus llamadas.

Morales elogió a Fidel Castro y a la cooperación que Chávez le está ofreciendo a Bolivia en el área social; y dijo que esa ayuda, que su país necesita desesperadamente, no está llegando desde Brasil, la mayor economía latinoamericana.

"Con Brasil hablamos bastante pero no concretamos absolutamente nada. Lula es muy solidario pero entiendo que tal vez hacer caminar el aparato del Estado cuesta", dijo sobre supuestas promesas de ayuda del mandatario brasileño.

En cuanto a España, Morales dijo que Madrid no ha cumplido su compromiso de doblar la ayuda a su país ni de condonarle la deuda, al tiempo que afirmó sentir a José Luis Rodríguez Zapatero como "un aliado estratégico", informó EFE.

"No he visto nada (de doblar la ayuda)… tampoco veo la condonación", declaró en una rueda de prensa.

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