Un fiscal de La Paz ligó al poderoso prefecto opositor de la región de Santa Cruz (este), Rubén Costas, y a tres ricos empresarios con un desarticulado grupo de insurgentes europeos que —según el gobierno— planeó asesinar al presidente de Bolivia, Evo Morales, informó la AFP.

El fiscal Marcelo Sosa, principal investigador del Ministerio Público, señaló el lunes que Costas y los empresarios Branko Marinkovic, Mauricio Roca y Guido Nayar apoyaron a ese grupo, a partir de las declaraciones de un testigo clave, Ignacio Villa, que no ha sido presentado públicamente.

El boliviano Villa fue identificado por la prensa local como el que develó los movimientos del grupo que lideró Eduardo Rózsa Flores, de triple nacionalidad (boliviano, croata y húngaro), a quien el gobierno acusa de planear el asesinato y apoyar ideas secesionistas de la élite de la región de Santa Cruz, feudo de la derecha.

"Ignacio Villa involucra a Branko Marinkovic, Mauricio Roca, Guido Nayar, en una reunión en la que recibió una oferta económica de parte de Marinkovic y a su vez (Villa) habla telefónicamente con (el prefecto) Rubén Costas, quien le ofrece una casa y una propiedad", afirmó el fiscal Sosa en una rueda de prensa la noche del lunes.

"Ambos ofrecimientos tenían como objetivo terminar lo que estaba empezando, refiriéndose a una serie de atentados" explosivos que se registraron semanas atrás en Santa Cruz, como en la casa del cardenal Julio Terrazas, máximo jerarca católico boliviano, que no dejó víctimas, agregó.

La fiscalía de La Paz indaga al grupo que encabezó Rózsa, muerto a tiros hace dos semanas en Santa Cruz, luego de que el gobierno denunciara que planeaba matar a Morales.

En ese grupo también figuraron involucrados los también fallecidos Arpád Magyarosi (húngaro-croata) y Michael Dwyer (irlandés) y los sobrevivientes de la operación policial Mario Tadic (boliviano-croata) y Elod Toasó (húngaro), recluidos en la cárcel mientras se realiza la investigación.

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