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Libia, Revueltas, OTAN

Los aliados dicen que seguirán en Libia hasta que Gadafi se vaya

La hija del líder libio, Aisha, dijo en un mitin en Trípoli que exigir la salida de su padre era un insulto para el pueblo libio

Los líderes de Reino Unido, Francia y Estados Unidos se comprometieron a mantener su campaña militar en Libia hasta que Muamar el Gadafi abandone el poder y los rebeldes dijeron que las fuerzas gubernamentales atacaron la ciudad de Misrata con misiles.

En un artículo publicado a ambos lados del Atlántico y escrito por el primer ministro británico, David Cameron, el presidente francés, Nicolas Sarkozy, y el mandatario estadounidense, Barack Obama, ellos dijeron que dejar a Gadafi en el poder sería una “traición inaceptable” al pueblo libio.

“Es impensable que alguien que haya tratado de masacrar a su propio pueblo pueda jugar un rol en su futuro Gobierno”, escribieron los líderes.

Mientras Gadafi esté en el poder, la OTAN y sus socios en la coalición deben mantener sus operaciones para que los civiles continúen protegidos y aumente la presión sobre el régimen”, dijeron.

“Entonces una transición genuina desde una dictadura a un proceso constitucional inclusivo podrá comenzar realmente, liderada por una nueva generación de líderes. Para que esa transición tenga éxito, el coronel Gadafi debe irse, e irse para siempre”, agregaron.

La reacción de parte del bando de Gadafi llegó rápido, y la hija del líder libio Aisha dijo en un mitin en Trípoli, en un complejo familiar bombardeado por Estados Unidos en 1986, que exigir la salida de su padre era un insulto para el pueblo libio.

“Plantear que Gadafi renuncie es un insulto para todos los libios porque Gadafi no está en Libia, sino en los corazones de todos los libios”, declaró en un discurso transmitido en directo por la televisión del país para recordar el vigésimo quinto aniversario de los ataques estadounidenses contra el complejo.

El artículo escrito por los líderes occidentales apareció en un momento en el que los esfuerzos diplomáticos no han conseguido resolver las divisiones entre los aliados de la OTAN sobre con cuánta intensidad deberían llevar a cabo la campaña aérea de tres semanas.

Por su parte, la situación en el terreno ha mostrado señales de estancamiento.

Washington, que encabezó la campaña en su primera semana, posteriormente cedió el mando a la OTAN y asumió un papel secundario.

Reino Unido y Francia se quejan de que otros aliados de la OTAN no han provisto suficiente poder de fuego para remover la fuerza blindada de Gadafi y permitir que los rebeldes que controlan el este del país puedan derrocarlo.

Los rebeldes libios suplicaron el jueves a la OTAN que lance más ataques aéreos, diciendo que se enfrentan a una masacre por el fuego de artillería del Gobierno sobre la sitiada ciudad de Misrata.

Aviones de combate de la OTAN lanzaron posteriormente ataques sobre Trípoli.

La televisión estatal libia mostró a Muamar el Gadafi conduciendo por la ciudad, mientras, según la emisora, se producían los bombardeos.

Con un sombrero verde de lona, gafas oscuras y aspecto de exaltado, se levantó saliendo por la parte superior del vehículo levantando los puños al aire y saludó a los transeúntes mientras otros conductores lo vitoreaban.

Los rebeldes en Misrata, la tercera ciudad más importante de Libia, dijeron que 23 personas —en su mayoría mujeres y niños— murieron cuando una serie de cohetes rusos Grad fueron disparados contra un área residencial.

“Más de 200 misiles Grad cayeron en el área del puerto, incluyendo vecindarios residenciales cerca del puerto. Atacaron esta área porque el puerto es la única ventana de Misrata al mundo exterior”, dijo un portavoz rebelde que usaba el nombre de Ghasan por teléfono.

“La destrucción allí fue enorme. Estuve ahí y lo vi por mí mismo” declaró, agregando que el puerto se cerró.

En su artículo, los líderes occidentales dijeron que Misrata está “soportando un sitio medieval mientras Gadafi trata de estrangular a su población para que se someta”.

Las organizaciones internacionales han advertido sobre una crisis humanitaria en Misrata, el aislado bastión insurgente en el oeste de Libia, donde cientos de civiles habrían muerto en un asedio de las tropas de Gadafi de más de seis semanas.

© cubaencuentro

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