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Actualizado: 15/05/2024 1:03

Ecuador

Los candidatos a la presidencia apuran los últimos días de campaña

Aunque el favorito sigue siendo Rafael Correa, analistas han apuntado en los últimos días una tendencia al aumento en las intenciones de voto para Álvaro Noboa.

A sólo cinco días de las votaciones, los candidatos a la presidencia de Ecuador apuran sus apariciones públicas, en un país que suele decidir su voto en las jornadas previas a los comicios, informó EFE.

Los 13 candidatos recorren estos días poblados, en especial en la zona andina y costera, donde se concentra la mayor cantidad de votantes de un país de 13,4 millones de habitantes, de los cuales 9,1 están habilitados para votar el próximo domingo.

La indecisión de los ecuatorianos, resultado de la inestabilidad política y del incumplimiento de las promesas electorales, entre otros aspectos, llevan al analista político Luis Proaño a calificar a Ecuador como un país "inmaduro políticamente", en donde las propuestas de los candidatos no son generalmente las que definen los votos.

Para Santiago Nieto, director de la encuestadora Informe Confidencial, los ecuatorianos no siempre votan "con la cabeza. Lo hacen con el corazón, por sus sentimientos de afecto a un candidato; con el estómago, en busca de calmar el hambre; y con el hígado, como muestra de indignación".

Un estudio del diario El Universo corroboró ese criterio al constatar que en una pequeña encuesta que "quienes decidieron dar su voto por un candidato presidencial poco saben del contenido de sus planes de Gobierno y mucho menos de cómo piensan ejecutarlos".

Más pesa, añadió, el parentesco con ex mandatarios; el ser un hombre conocido o un personaje nuevo en la política; la oferta de disolver el Parlamento, entre otras.

Para Fernando Gutiérrez, activista de derechos humanos y catedrático universitario, el voto del ecuatoriano tiene un componente fuertemente emocional y no es un voto consciente.

De los 13 candidatos que aspiran a reemplazar a Alfredo Palacio a partir del próximo 15 de enero, cuatro han acaparado la atención de los electores: Rafael Correa, León Roldós, Álvaro Noboa y Cynthia Viteri.

Antes de que entrara en vigor la prohibición de difundir encuestas en el país (20 días antes de las elecciones), los sondeos daban como favorito a Correa, de Alianza País, seguido por Roldós, de la alianza Red Ética Democracia e Izquierda Democrática.

No obstante, analistas han apuntado en los últimos días una tendencia de aumento en las intenciones de voto para Noboa, del Partido Renovador Institucional Acción Nacional (PRIAN).

Correa asegura que vencerá en primera vuelta, pero si ello no ocurre se celebrará el próximo 26 de noviembre una segunda entre los dos más votados.

Para Jaime Durán, presidente de Informe Confidencial y consultor político desde 1980, las encuestas pueden cambiar, pues "un 30 por ciento de los electores tomará su decisión en esta semana".

También Durán cree que "la mayoría vota por la imagen y no por propuestas" en este proceso electoral, en el que la campaña ha sido en general serena, sin sobresaltos, aunque plagada de sarcasmo en especial entre Correa, Viteri y Noboa, mientras Roldós ha tratado de mantenerse al margen de las controversias.

En los comicios del domingo, los ecuatorianos elegirán al presidente y vicepresidente, renovarán el Legislativo, designarán a los diputados andinos y escogerán a consejeros, concejales y otras autoridades locales.

Correa, el candidato favorito

Correa, el favorito según las últimas encuestas, ha conmocionado a Wall Street con su retórica antiestadounidense y sus promesas nacionalistas que recuerdan el estilo del presidente venezolano Hugo Chávez.

Su avance en los sondeos de opinión desde un lejano tercer puesto hace un mes al primer lugar hizo que los inversionistas se desprendieran la semana pasada de los bonos ecuatorianos por el temor a que el ex ministro de Economía encamine el país a una alianza izquierdista con Cuba, Venezuela y Bolivia, informó la AP.

Tanto las autoridades de Estados Unidos como Chávez han guardado silencio sobre el avance de Correa, que calificó al presidente estadounidense George W. Bush como un mandatario "tremendamente torpe" y prometió oponerse a las conversaciones comerciales con Washington.

Mary Anastasia O'Grady, columnista del The Wall Street Journal, caracterizó la semana pasada a Correa como un "demagogo sediento de poder" y pronosticó que su presidencia podría significar que Ecuador se incorporase al "eje latinoamericano de descastados: Venezuela, Cuba, Bolivia y Argentina, e hiciera de Estados Unidos un enemigo oficial".

"No hay modo de negar que una victoria de Correa (…) sería un ataque muy significativo contra la política latinoamericana de Washington", dijo Larry Birns, director del Consejo de Asuntos Hemisféricos, con sede en Washington DC, "y por cierto aportaría un nuevo recluta al bloque de Chávez en momentos en que ese bloque necesita otro imperiosamente".

Birns dijo que el gobierno de Bush no debe "dar un portazo en la cara de Correa" ni ayudar inadvertidamente su candidatura con una respuesta que pudiese azuzar el de por sí firme sentimiento antiestadounidense.

Los analistas dicen que Chávez también podría perjudicar la campaña de Correa si lo respalda abiertamente.

Birns dijo que él y otros analistas se reunieron con altos asesores de Chávez después que éste calificó a Bush como "el diablo" el mes pasado ante la Asamblea General de las Naciones Unidas.

Ellos intentaron, según dijo, convencer a Chávez —que ha sido acusado de inmiscuirse este año en elecciones en Perú, México y Nicaragua— de que "su respaldo podría ser el beso de la muerte para un candidato".

Ese habría sido el caso del peruano Humala, que ganó este año más votos que los demás en una primera vuelta, pero que perdió ampliamente en la segunda frente a Alan García, de centroizquierda, que lo caracterizó como un peón de Chávez.

Correa, que tiene un doctorado en economía en la Universidad de Illinois, se opone a la reanudación de las estancadas conversaciones de libre comercio con Washington y dice que no extenderá un tratado que expira en el 2009 y que deja a los militares estadounidenses el uso de la base aérea de Manta para vuelos de vigilancia antinarcótica.

Afirma que desea cortar los vínculos con las instituciones internacionales de préstamos, incluyendo el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, y ha amenazado con una moratoria a los pagos de la deuda externa a menos que los poseedores de los bonos accedan a reducir a la mitad la deuda ecuatoriana.

María Teresa Romero, profesora de estudios internacionales en la Universidad Central de Venezuela, dijo que Correa es "menos peligroso" que Humala, ex oficial del Ejército, objeto de una investigación penal por supuestos abusos a los derechos humanos en Perú. "Pero al igual que él, tiene ideas radicales y cambiaría la cara de Ecuador".

Sin embargo, Werner Baer, profesor de economía en la Universidad de Illinois que integró el comité que aprobó el doctorado de Correa, dijo el mes pasado a la AP que la perorata antiestadounidense de su ex pupilo era probablemente una artimaña para ganar votos.

"Dudo que sea virulentamente antiestadounidense como Chávez", dijo, y pronosticó que Correa probablemente seguiría el camino más moderado del presidente Luiz Inacio Lula da Silva de Brasil.

Correa ha sido mayormente ignorado por los gobiernos vecinos.

Pero la semana pasada causó reacciones en Colombia cuando refiriéndose al principal grupo ilegal armado en ese país, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, dijo: "me quieren inducir a llamar terroristas a las FARC. No las voy a llamar terroristas. Creo que son guerrilleros".

Sin mencionar a Correa por su nombre, el presidente Álvaro Uribe pidió a los "vecinos" de Ecuador "entender que lo que hay en Colombia no es una insurgencia con una causa noble, sino un terrorismo financiado por la coca".

© cubaencuentro

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