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Libia, Revueltas

Los rebeldes libios entran en Trípoli

Una multitud celebra en las calles lo que consideran es el fin cercano del Gobierno de Gadafi

Los rebeldes libios alcanzaron el domingo el corazón de Trípoli en medio del colapso de las fuerzas de Muamar el Gadafi, mientras que una multitud salió a las calles a celebrar porque consideran que se acerca el fin de sus cuatro décadas de poder absoluto.

Con disparos al aire y ondeando banderas opositoras, los rebeldes entraron en la plaza Verde, un lugar emblemático para el Gobierno que lo usaba hasta hace poco para las manifestaciones masivas de apoyo a Gadafi. Los rebeldes rebautizaron el lugar inmediatamente como plaza del Martirio.

Dos de los hijos de Gadafi fueron capturados por los rebeldes, pero el paradero del propio Gadafi se desconocía.

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, dijo el domingo que el régimen de Gadafi estaba mostrando señales de que se estaba desmoronando e instó al líder libio a entregar el poder y evitar un derramamiento de sangre.

Laila Jawad, de 36 años, que trabaja en una enfermería de Trípoli dijo a Reuters: “Estamos a punto de librarnos del Gobierno del tirano. Es algo nuevo para mí. Soy muy optimista. Alabado sea Dios”.

Los rebeldes entraron en un convoy por el oeste de la ciudad. Las fuerzas de Gadafi continúan combatiendo en Trípoli y controlan un 15 o 20 % de la ciudad, según dijo un portavoz rebelde a Al Yazira.

En dos grabaciones de audio difundidas por la televisión estatal y siempre desafiante, Gadafi pidió a los libios que peleen contra los rebeldes.

“Temo que si no actuamos, quemarán Trípoli”, dijo Gadafi en una grabación de audio emitida por la televisión estatal. “No habrá más agua, alimentos, electricidad o libertad”, aseguró el líder libio, quien afirmó que se quedará en la capital “hasta el final”.

Pero la resistencia parece haberse desvanecido en gran medida, permitiendo a los rebeldes y sus partidarios a manifestarse en la plaza Verde.

Imágenes televisadas mostraban a libios festejando y besando el suelo de Trípoli dando gracias por lo que algunos llamaron un “día bendito”.

Gadafi, quien ha gobernado Libia por más de 40 años, dijo que ordenó que los arsenales de armas se abran a la población. Su portavoz Moussa Ibrahim predijo una violenta revancha por parte de los rebeldes.

“Una masacre se cometerá en Trípoli si una parte gana ahora, porque los rebeldes han llegado con tanto odio, con sed de venganza (…) Incluso si el líder se va o renuncia ahora habrá una masacre”, dijo.

Obama dijo en un comunicado: “La manera más segura para que concluya el derramamiento de sangre es simple: Muamar el Gadafi y su régimen deben reconocer que su Gobierno ha llegado a su fin. Gadafi debe reconocer la realidad de que ya no controla Libia. Él debe ceder el poder de de una vez por todas”.

La OTAN, que ha respaldado a los rebeldes, afirmó que la transición en Libia debería ser pacífica.

Después de seis meses de guerra civil, la caída de Trípoli se produjo rápidamente, con un levantamiento cuidadosamente organizado, lanzado la noche del sábado, que coincidió con el avance de las tropas rebeldes en tres frentes. Los combates estallaron después de una llamada a la oración desde los minaretes de las mezquitas.

Adel Dabbechi, coordinador del Consejo Nacional de Transición de los rebeldes, confirmó la captura de Saif al Islam, hijo de Gadafi. El hijo mayor del líder libio, Mohamed al Gadafi, se rindió ante las fuerzas rebeldes.

Al Yazira mostró imágenes de gente celebrando en el centro de Trípoli y tirando imágenes de Gadafi. En Bengasi, en el este del país, miles salieron a las calles.

Gadafi, en su segundo audio grabado en 24 horas, llamó a los rebeldes “ratas”.

“He dado la orden de abrir los arsenales de armas”, dijo Gadafi. “Llamo a todos los libios a unirse a esta pelea. Los que tienen miedo, den sus armas a sus madres o hermanas. Vayan, yo estoy con vosotros hasta el fin. Estoy en Trípoli. Vamos a ganar”, dijo.

Los enfrentamientos en Trípoli entre la noche del sábado y la mañana del domingo dejaron al menos unos 376 muertos y 1.000 heridos, tanto entre los rebeldes como entre las fuerzas leales a Gadafi, dijo una fuente del Gobierno.

© cubaencuentro

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