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Actualizado: 25/04/2024 19:17

Brasil

Lula supera el 50% de intención de voto y tiene prácticamente asegurada la reelección

El nuevo programa de gobierno del presidente enfatiza en el crecimiento económico, y en ejes políticos y sociales que son básicamente los mismos de su actual mandato.

El presidente brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, superó el 50% de la intención de voto para las elecciones del 1 de octubre, una cifra que deja su reelección "básicamente" definida, según la encuesta CNT/Sensus divulgada este martes, informó la AFP.

El sondeo otorga a Lula el 51,4% de la intención de voto, contra el 47,9% de inicios de agosto. Según CNT/Sensus esto se traduciría en un 62,3% de los votos válidos, una vez descontados los blancos y nulos.

El principal rival de Lula, el socialdemócrata Geraldo Alckmin, obtuvo en el sondeo apenas un 19,6% de la intención de voto. Ese resultado es prácticamente igual al 19,7% de inicios de agosto y está muy por debajo del 27,2% de hace un mes y medio.

"Con esos datos, es una elección básicamente definida", es decir, que Lula tendría garantizada la victoria en la primera vuelta electoral el 1 de octubre, afirmó el director de la encuestadora Sensus, Ricardo Guedes.

La encuesta le otorga otro récord a Lula: redujo a 25,5% el rechazo del electorado contra un 42% de su rival Alckmin.

Según Sensus, "la experiencia indica que quien tiene un 40% o más de rechazo está fuera del juego político".

El sondeo fue realizado del 22 al 25 de agosto, 15 días después de iniciada la propaganda de radio y televisión, un factor considerado clave para la definición del voto.

Para el analista de la consultora SantaFe Ideias Carlos Lopes, "la encuesta revela un escenario de elección decidida: sólo Lula aumenta la intención de voto y disminuye el rechazo; nada indica que ese escenario pueda ser revertido".

"Hay una clara voluntad del electorado de continuidad y no de cambio, que es lo contrario que ocurrió en 2002", cuando el ex sindicalista de izquierda de 60 años ganó las presidenciales brasileñas, concluyó Lopes.

Para Guedes, lo que pesa en esta voluntad de dar un nuevo mandato a Lula son sus logros económicos y sociales.

"El elector decidió juzgar estas elecciones con criterio económico", es decir, "la generación de empleo, la estabilidad de la moneda, productos básicos más baratos, el aumento del salario mínimo por encima de la inflación y los programas sociales", dijo.

Con ello, los valores económicos se impusieron a las denuncias de corrupción que en el último año afectaron al gobernante Partido de los Trabajadores (PT) y le costaron el cargo a los principales ministros del gobierno.

"El 18% de los electores responsabilizan a Lula (de los escándalos de corrupción) y de estos sólo un 6% le atribuyen una participación. Es una cifra muy baja", dijo Guedes.

El nuevo programa de gobierno de Lula pone énfasis en el crecimiento económico

El nuevo programa de la coalición "La fuerza del pueblo", divulgado este martes durante una acto en Sao Paulo, no señala metas en ningún área y gira alrededor de seis ejes políticos, sociales y económicos, que básicamente son los mismos del actual mandato, comenzado el 1 de enero de 2003.

"Tenemos un balance bastante positivo de este gobierno y creemos que Brasil está en condiciones de iniciar un nuevo ciclo de desarrollo tanto económico como social", explicó el presidente del Partido de los Trabajadores (PT), Ricardo Versión, informó EFE.

Los seis "compromisos con el pueblo brasileño para seguir cambiando" comienzan con el combate a la exclusión social, la pobreza y la desigualdad, y siguen con la profundización de un nuevo modelo de desarrollo con crecimiento, con distribución de renta y sustentabilidad ambiental.

Los otros compromisos son educación masiva y de calidad, ampliación de la democracia, garantía de seguridad pública e inserción soberana en el mundo.

"Están construidas las condiciones objetivas para un mayor crecimiento con intereses más bajos, aumento de las inversiones e intensificación de las políticas sociales, preservado el equilibrio macroeconómico", señala el programa de gobierno de Lula.

El hecho de que el programa no cite metas fue minimizado por el asesor especial de la Presidencia para asuntos internacionales, Marco Aurelio García, quien señaló que el proyecto "es bien concreto y esa concreción no reside especialmente en los números".

El programa destaca que el actual mandatario seguirá su lucha contra el hambre y ampliará políticas sociales como el de la "Bolsa Familia", un subsidio distribuido a las familias más pobres y que le ha rendido un enorme apoyo popular principalmente en el empobrecido nordeste del país.

Para fomentar el desarrollo, el programa señala que serán garantizadas "las condiciones para la inversión privada". Igualmente destaca la continuidad de inversiones en infraestructura logística para mejorar las redes ferroviarias, viales, portuarias y aeroportuarias del país.

Apunta además que, para lograr un modelo sostenible, combinará la reforma agraria con la agricultura familiar e incentivos al agronegocio.

En el plano educativo, el programa destaca que se dará énfasis al acceso a escuelas públicas de calidad, a la superación del analfabetismo y a la inclusión digital.

Con el fin de ampliar la democracia, que es otro de los objetivos del programa, Lula pretende dar prioridad a una reforma política que "garantice la pluralidad de partidos, la fidelidad partidaria y la financiación pública de campañas electorales".

El programa se refiere además a una reforma del Estado para asegurar una mayor transparencia en la gestión pública y dotar al Ejecutivo de medios más eficaces para combatir la corrupción y la burocracia.

La seguridad pública, que saltó al centro de las discusiones con los recientes ataques del crimen organizado en Sao Paulo, también es destacada en el programa de gobierno de Lula, que propone intensificar la represión a todas las formas de delincuencia.

En el plano internacional, el programa asegura que, en un eventual nuevo mandato, Lula dará prioridad a la integración suramericana, en especial al Mercosur y a la Comunidad Andina de Naciones, y mantendrá su reivindicación para que Brasil tenga un asiento permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU.

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