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Actualizado: 18/04/2024 23:36

Nicaragua, Ortega, Protestas

Marcha aumenta la presión contra Ortega en Nicaragua

Pobladores de barrios populares, que fueron bastiones de la insurrección popular que llevó al triunfo de la Revolución Sandinista en 1979, salieron a saludar el paso de la manifestación

Una multitudinaria marcha congregó el lunes en Managua a decenas de miles de personas en apoyo a las protestas que han dejado 27 muertos y estremecido al Gobierno de Nicaragua, intensificando la presión contra el presidente Daniel Ortega, informa la Agence France Presse.

La presencia de estudiantes, trabajadores, jubilados y pobladores de barrios en la masiva movilización convocada por empresarios, puso en evidencia la disconformidad con la represión a las protestas iniciadas el miércoles pasado por estudiantes en rechazo a una reforma al sistema de pensiones.

“Que se vaya, que se vaya”, coreaba un grupo de participantes de la marcha, pidiendo la salida del presidente Ortega.

“Nicaragua te amo” se leía en algunas de las pancartas de los manifestantes, mientras otros exhibían los nombres de estudiantes muertos en las protestas. Otros ondeaban banderas de Nicaragua y entonaban el himno nacional.

La marcha se vivió en un clima de fiesta, en contraste con la violencia desatada en manifestaciones previas, que terminaron con la presencia de fuerzas antimotines que lanzaban gas lacrimógeno y disparaban balines contra manifestantes que respondían con piedras y cocteles Molotov.

Pobladores de barrios populares que fueron bastiones de la insurrección popular que llevó al triunfo de la Revolución Sandinista en 1979, salieron a saludar el paso de la manifestación del lunes con banderas de Nicaragua y mangueras para ofrecerle agua a los participantes.

La vicepresidenta y primera dama Rosario Murillo intentó aliviar la tensión al anunciar el lunes a medios oficiales la decisión de liberar a los detenidos en las protestas, a petición del arzobispo de Managua Leopoldo Brenes, “estableciendo las bases del diálogo”.

Reveló también que una policía murió el domingo en las protestas, lo que lleva el total de víctimas fatales a 27 desde el pasado miércoles. Según el conteo del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), que no incluye a la policía, hay 26 muertos.

Sin embargo, el clima de distensión que intentó crear el Gobierno el fin de semana con un llamado al diálogo con empresarios se disipó con una violenta arremetida policial, la noche del domingo, en la sede de la Universidad Politécnica, donde estaban atrincherados los manifestantes opuestos al Gobierno.

“No nos vamos a sentar en ningún diálogo (con el Gobierno) mientras no se libere a todos los detenidos, mientras no cese la represión y mientras no se den las condiciones necesarias para dialogar”, dijo a la AFP Michael Healy, presidente de la Unión de Productores Agropecuarios de Nicaragua.

Ortega buscó el domingo aplacar la furia de las calles revocando los aumentos en las contribuciones obreras y patronales al fondo de pensiones que administra el Instituto Nicaragüense del Seguro Social (INSS).

Esos incrementos fueron la chispa que encendió las protestas iniciadas el pasado miércoles por un grupo de estudiantes, que rápidamente se extendió a otros sectores de la sociedad.

“Las protestas ya no son solo por el INSS, es contra un gobierno que nos niega libertad de expresión, libertad de prensa y de manifestarnos pacíficamente”, declaró a la AFP Clifford Ramírez, un estudiante de Ciencias Políticas de 26 años que participó en el inicio de las marchas.

Las protestas recrudecieron el fin de semana, con barricadas de piedras y llantas incendiadas en las calles, mientras turbas saquearon comercios en varios puntos de la capital.

La violencia generó respuestas de consternación de la comunidad internacional, con llamados a la calma y al respeto del derecho a protestar por parte del papa Francisco, la Unión Europea, Estados Unidos y varios países latinoamericanos.

El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, instó el lunes a la “moderación de todas las partes” en conflicto en Nicaragua.

En tanto, y ante versiones de que la Conferencia Episcopal se reuniría con Ortega en busca de una salida a la crisis, el obispo auxiliar de Managua, Silvio Báez, descartó la posibilidad. “No veo condiciones para ningún diálogo con el gobierno de Nicaragua”, dijo en Twitter.

“Hay que detener la represión, liberar a los jóvenes presos, restituir la transmisión del (censurado) Canal 100 % Noticias y discutir la democratización del país con todos los sectores”, agregó el prelado.

“Ya no podemos aceptar más este gobierno, estamos protestando para que la pareja Ortega Murillo deje el poder”, sentenció Ramírez, el estudiante.

Sin embargo, el universitario reconoció que el movimiento que busca la salida del poder de Ortega y su esposa y vicepresidenta Rosario Murillo, carece de liderazgos y de planes para un futuro sin el actual mandatario.

A su juicio, los jóvenes que tomaron las calles no se sienten representados por los partidos opositores que se plegaron a Ortega los últimos años, ni por las cúpulas empresariales que lo apoyaron desde que volvió al gobierno en 2007.

“Desde la Revolución Sandinista de 1979, tenemos los mismos líderes políticos, ellos no dejan que surja nadie más. Nosotros queremos un liderazgo nuevo que nos represente a los jóvenes”, afirmó.

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