El Mercosur firmó el jueves un acuerdo de consultas políticas con Cuba que permitirá que la isla caribeña tenga mayor participación en las reuniones del bloque integrado por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay.

El acuerdo fue suscrito por los cancilleres de los cuatro miembros plenos del Mercosur durante la reunión de su Consejo del Mercado Común (CMC) celebrada en la ciudad brasileña de Foz de Iguazú como parte de la cumbre semestral del bloque.

“Es un acuerdo de importante simbolismo político ya que abre paso a la integración de Cuba al Mercosur”, explicó el ministro brasileño de Relaciones Exteriores, Celso Amorim, en una rueda de prensa.

El canciller brasileño aclaró que el acuerdo no convierte a Cuba en miembro asociado del Mercosur, estatus que tienen Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador y Perú, además de Venezuela, que está en proceso de adhesión plena, pero sí acerca a la isla caribeña al bloque.

“Realizaremos consultas políticas y, pese a que no será un miembro asociado por no integrarse a la unión aduanera, Cuba tendrá mayor participación en nuestras reuniones”, agregó.

Por su parte, el asesor de la Presidencia brasileña para Asuntos Internacionales, Marco Aurelio García, dijo que de lo que se trata es de “acercar más a Cuba al Mercosur”, principalmente en momentos en que la Isla “pasa por una transición económica importante”.

“Lejos de aislar a Cuba queremos incorporarla más a Latinoamérica y más al Mercosur”, manifestó García a periodistas.

El asesor del presidente Luiz Inácio Lula da Silva recordó que Brasil coopera con ese país para ayudarlo a recuperar su agricultura y también en las obras de mejora del puerto del Mariel del que, dijo, “será muy importante cuando Cuba y Estados Unidos restablezcan relaciones”.

El embajador cubano, Carlos Rafael Zamora, aseguró que el acuerdo tiene “gran trascendencia” e “implica una etapa cualitativamente superior” en sus relaciones con el Mercosur, puesto que son los países con grandes relaciones económicas y comerciales con la Isla.

Asimismo, el MERCOSUR lanzó el jueves un plan para adoptar políticas comerciales, de inversión y de inmigración comunes, como una vía para impulsar un mayor crecimiento económico de la región.

En el marco del plan, sus cuatro miembros plenos —Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay— acordaron elaborar garantías a la inversión, leyes antimonopolios y una política única para la industria automotriz.

Además, aspiran a eliminar las actuales barreras que pesan sobre la industria de servicios y algunas exenciones arancelarias sobre bienes que han puesto a prueba la unidad del bloque comercial.

Tras una década de crisis políticas y económicas durante la que el futuro de Mercosur estuvo en serio riesgo, la unión aduanera cobró un nuevo impulso este año. Los líderes sudamericanos están hablando nuevamente de crear un bloque al estilo de la Unión Europea.

“Mercosur se iba a desintegrar. Pese a las proyecciones pesimistas, está avanzando”, dijo el ministro de Asuntos Exteriores brasileño Celso Amorim, en la cumbre celebrada en Foz de Iguazú.

La creciente unidad del grupo podría ayudar además a fortalecer la posición de Sudamérica en las negociaciones comerciales con otros países y bloques, como con la Unión Europea.

Mercosur “se está volviendo un punto de referencia creciente para la inversión internacional”, dijo Amorin, e indicó además que el Congreso de Paraguay aprobará el próximo año la entrada de Venezuela al bloque, citando información de fuentes diplomáticas brasileñas y de autoridades paraguayas.

Paraguay es el único miembro de Mercosur que aún no ha ratificado el ingreso de Venezuela al bloque. El Gobierno paraguayo retiró del Congreso dos veces este año el protocolo de adhesión de Venezuela, ante la posibilidad de que fuera rechazada por los legisladores.

En una muestra simbólica de unidad, el autobús que trasladará a los jefes de Estado este viernes tendrá una matrícula con el logo de Mercosur que la región adoptará en los próximos años para facilitar los viajes y restringir el robo de vehículos.

“Queremos poner a Mercosur en el garaje de todo el mundo”, afirmó Antonio Ferreira Simoes, diplomático brasileño que participó en la elaboración del plan. Además, señaló que los 240 millones de habitantes de los países miembros tendrán en los próximos años documentos comunes de identidad.

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