Al menos ocho muertos dejaron el jueves los choques entre campesinos partidarios del presidente Evo Morales y opositores en una región amazónica fronteriza con Brasil, parte de la ola de violencia política que azota a Bolivia, informó el viceministro de Coordinación con Movimientos Sociales, según AP.

En una rueda de prensa, el viceministro Sacha Llorenti no precisó el número de heridos en el choque, que según las emisoras locales ascendían a 20.

En un mensaje, el vicepresidente Álvaro García Linera declaró duelo nacional por un día y anunció que los autores del "asesinato de más de ocho personas" en enfrentamientos tendrán que "pagar penalmente y el Congreso hará todos los esfuerzos para llevarlos a juicio".

En tanto, el prefecto (gobernador) opositor de la región sureña de Tarija, Mario Cossío, pidió a Morales que establezca una fecha para entablar un dialogo entre opositores y el gobierno, informó radio Erbol.

El comandante de la policía de Pando en la región noreste del país, coronel Silvio Magarzo, describió a la AP que los bandos se atacaron con armas de fuego en una zona selvática.

El enfrentamiento tuvo lugar desde la madrugada del jueves a 30 kilómetros de la ciudad de Cobija, capital de Pando y a 610 kilómetros al norte de La Paz, cuando un grupo de campesinos fue interceptado por opositores en esa región liderada por el prefecto (gobernador) opositor, Leopoldo Fernández.

Uno de los fallecidos es un funcionario de la Prefectura, según versiones de ambos bandos. Entre los muertos hay también campesinos, dijo Llorenti.

"Vamos a aguantar hasta donde podamos, pero la paciencia tiene un límite", dijo el presidente Morales durante un encuentro con grupos afines en La Paz.

El gobierno estadounidense expulsó al embajador boliviano en Washington, un día después de que Morales declarara "persona no grata" al representante norteamericano Philip Goldberg.

Otros gobiernos latinoamericanos expresaron apoyo a Morales. Marco Aurelio García, asesor del presidente Luiz Inacio Lula da Silva para asuntos internacionales, afirmó en conferencia de prensa que Brasil "no va a tolerar un rompimiento del orden democrático boliviano". Dijo que Argentina, Colombia y Brasil intentan gestionar un diálogo entre el gobierno de Morales y la oposición.

En Buenos Aires, el gobierno argentino emitió un comunicado de respaldo "pleno e incondicional" a Morales. El gobierno de Chile expresó en un comunicado que "observa con preocupación los hechos de violencia" en Bolivia, deploró "la pérdida de vidas" y exhortó al diálogo entre las partes.

Los hechos de violencia en cuatro regiones comenzaron con la toma de oficinas del gobierno en Santa Cruz, Beni y Pando, en el oriente, y Tarija en el sur liderados por prefectos opositores que impulsan gobiernos autónomos en sus regiones y rechazan el proyecto constitucional que impulsa el mandatario.

Las protestas derivaron en la toma de dos campos petroleros por parte de grupos opositores y en la explosión de un ducto que obligó a Bolivia a reducir sus suministros de gas a Brasil.

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