El gobernante Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) de Nicaragua abogó por un sistema parlamentario mediante una reforma de la Constitución que conduciría a ampliar el mandato del presidente Daniel Ortega y consolidar el bipartidismo, informó la AFP.

"Es una propuesta que está en discusión, todavía no tenemos nada definido sobre fechas, pero tenemos la intención los sandinistas de que sea discutida en esta legislatura (este año)", anunció el presidente del Congreso, el sandinista René Núñez.

La iniciativa es promovida por diputados y magistrados sandinistas vinculados al presidente Ortega, que contemplan suprimir las elecciones presidenciales de 2011 y dotar al Parlamento de facultades para elegir por mayoría de votos "al jefe de gobierno o primer ministro".

"No hay que tenerle miedo" al sistema parlamentario porque "le da más democracia a los diputados y le resta poder al presidente", afirmó el magistrado de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), el sandinista Rafael Solís.

La propuesta plantea, además, quitarle independencia al Ejecutivo para que el Parlamento —que en Nicaragua es dominado desde hace diez años por diputados liberales y sandinistas— asuma la dirección y control del gobierno.

"La finalidad del proyecto es pasar el control político a los partidos Liberal y Sandinista para repartirse prebendas, los cargos del gobierno, además de puestos estatales que son nombrados actualmente por el Legislativo", advirtió el representante del Movimiento por Nicaragua, el jurista Carlos Tunermann.

Tunermann señaló que, con este sistema, Ortega buscaría postularse como diputado al Parlamento para pactar con sus aliados su elección como "primer ministro", que lo llevaría nuevamente al frente del gobierno, sin someterse al sufragio popular.

Ortega regresó en enero pasado a la presidencia, tras dirigir la Revolución Sandinista de 1979 a 1990.

Los diputados sandinistas esperan que su propuesta sea incluida en el paquete de reformas constitucionales que se encuentra a estudio en el Congreso, con el apoyo de sus aliados del Partido Liberal Constitucionalista (PLC, derecha) que dirige el ex presidente Arnoldo Alemán (1997-2002).

Alemán no perdió tiempo y el lunes designó una comisión especial integrada por liberales de su confianza para discutir con el FSLN, que dirige Ortega desde la presidencia, la viabilidad de las enmiendas.

La reforma constitucional debe ser aprobada en dos legislaturas (dos años) por un mínimo de 56 de los 92 votos del Congreso, los cuales pueden ser reunidos fácilmente por los 40 diputados sandinistas y los 25 legisladores liberales.

Sectores de la oposición alertaron sobre el peligro de aprobar este proyecto, que a su juicio, busca institucionalizar un sistema de gobierno mancomunado entre Ortega y Alemán, unidos desde hace siete años por un pacto político que ha llevado a sus partidos a aprobar cambios constitucionales y leyes de acuerdo a su conveniencia.

"Pasaríamos a un sistema controlado por los dos caudillos", apuntó Tunermann.

Eso "no es lo que quiere el pueblo de Nicaragua", indicó por su parte el líder y diputado de la opositora Alianza Liberal Nicaragüense (ALN, derecha), Eduardo Montealegre, quien llamó a rechazar cualquier proyecto que perpetúe a Ortega en el poder.

Ante la resistencia anunciada contra el proyecto, los sandinistas no descartan promover un referendo para consultar al pueblo si está de acuerdo con el cambio de sistema, el cual, según el magistrado Solís, podría convocarse junto con las elecciones municipales de 2008.

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