El Gobierno de Argentina ha enviado una nota de protesta formal a la Embajada de Estados Unidos en Buenos Aires por considerar que el país norteamericano intentó introducir en su territorio “material no declarado”, como “elementos de Inteligencia y comunicaciones” a través de un avión militar.

En la nota, el Ejecutivo manifiesta su “malestar” por la “omisión de información” sobre la naturaleza de la carga transportada, así como por el hecho de que las autoridades estadounidenses “no han proporcionado explicaciones satisfactorias que aclaren la presencia del material no declarado y el uso que se le pretendía dar una vez ingresado al país”.

“La única información provista por los funcionarios estadounidenses presentes en el aeropuerto fue que un bulto determinado contenía elementos que afectan a la seguridad de Estados Unidos, por lo que solicitaron que si Argentina insistía en abrirlo no lo hiciera a cielo abierto, para evitar que pudiera ser fotografiado por satélites de espionaje”, recoge el texto.

Por su parte, el portavoz del Departamento de Estado norteamericano, P.J. Crowley, rechazó las acusaciones del país sudamericano y calificó de “inusual e imprevisto” el registro del cargamento. “Estamos perplejos y preocupados por las acciones de las autoridades argentinas”, aseveró en la rueda de prensa diaria que ofrece dicho órgano.

En un tono más conciliador, el subsecretario de Asuntos Hemisféricos de Estados Unidos, Arturo Valenzuela, restó importancia al incidente al considerar que se trata de un malentendido, ya que dicho material iba a ser usado en un curso de capacitación de las Fuerzas Armadas argentinas que ambos países habían acordado.

“Se había conversado sobre el tipo de material que se iba a entrar y si hubiese habido una diferencia sobre un número u otro aspecto es un tema menor que debió haberse conversado. No hubo ninguna intención de violar las leyes argentinas”, dijo Valenzuela en declaraciones recogidas por el diario Clarín.

“Es bastante penosa esta situación porque ha escalado posiciones totalmente improcedentes. Buscamos tener una relación buena con Argentina”, insistió el funcionario, al tiempo que exigió a las autoridades de ese país la devolución de los materiales incautados. “Es absolutamente necesario”, advirtió.

En respuesta a esta petición, el ministro de Exteriores argentino, Héctor Timerman, consideró que “lo más correcto es que ese material sea retenido por la Justicia argentina y por la Aduana, que es lo que haría cualquier país normal preocupado por la seguridad”, según recoge la cadena CNN en su versión en castellano.

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