Washington y Caracas comienzan el año envueltos en fuertes tensiones
Durante la última semana, ambas partes han mostrado posiciones firmemente arraigadas y poca disposición a llegar a compromisos
Estados Unidos y Venezuela están empezando el año sin embajadores en Caracas y Washington debido a una creciente disputa diplomática, que probablemente persista y fomente el viejo antagonismo del presidente Hugo Chávez.
Durante la última semana, ambas partes han mostrado posiciones firmemente arraigadas y poca disposición a llegar a compromisos, después de que el Gobierno estadounidense revocó la visa del embajador de Venezuela en respuesta a la negativa de Chávez de aceptar al embajador designado por Washington.
“Ellos pensaron que nosotros íbamos a ceder. Cualquier cosa negativa que ocurra será responsabilidad de Estados Unidos”, dijo el veterano diplomático venezolano Roy Chaderton al canal de televisión Telesur, con sede en Caracas.
Chaderton, un aliado de Chávez y ex ministro de Relaciones Exteriores, dijo que el gobierno venezolano está “estudiando el caso con delicadeza… y tomará las decisiones respectivas”.
Chávez dejó pasar la oportunidad de responder durante un discurso de tres horas el jueves por la noche, y no dijo nada sobre la decisión del Gobierno de Estados Unidos de revocar la visa de su embajador, Bernardo Álvarez. La Administración del presidente Barack Obama tomó esa medida en respuesta al rechazo por parte de Chávez de Larry Palmer, el designado por la Casa Blanca como embajador que ha estado esperando la confirmación del Senado.
No está claro qué efectos concretos podrían tener estas medidas en las relaciones entre EEUU y Venezuela. Diplomáticos de ambos países han reducido por mucho tiempo sus contactos entre sí debido a las tensiones alimentadas tanto por las constantes condenas de Chávez a las políticas de Washington como por las críticas del Departamento de Estado al deterioro de la democracia en Venezuela.
“Gran parte de la cooperación entre Estados Unidos y Venezuela en los últimos años se ha basado más en individuos y agencias de menor nivel y menor visibilidad que los embajadores, de modo que las consecuencias inmediatas serán limitadas”, dijo Shannon O'Neil, investigadora de Estudios Latinoamericanos del Consejo de Relaciones Exteriores en Nueva York.
“Pero este último asalto de tensiones crecientes acaba con cualquier esperanza de unas relaciones más calmadas o una cooperación más expansiva. Demonizar a Estados Unidos sigue siendo una estrategia política demasiado importante para Chávez”, dijo O'Neil.
Palmer encolerizó a Chávez al sugerir meses atrás, en respuestas por escrito a preguntas del senador republicano Richard Lugar de Indiana, que las fuerzas armadas de Venezuela tienen la moral baja y que le preocupaba que los rebeldes colombianos se refugiaran en Venezuela.
Chávez ha acusado a Palmer de deshonrar al Gobierno venezolano al expresar preocupaciones sobre varios temas delicados, incluyendo las acusaciones que el Departamento del Tesoro de EEUU hizo en el 2008 de que tres miembros del círculo íntimo de Chávez estaban ayudando a los rebeldes colombianos suministrándoles armas y apoyando sus operaciones de tráfico de drogas.
“Este resultado era predecible desde el momento que los comentarios de Palmer fueron hechos públicos en julio por el senador Lugar”, dijo Miguel Tinker Salas, profesor de Estudios Latinoamericanos de Pomona College en Claremont, California. “Que el Departamento de Estado haya permitido que se llegue a este resultado predecible demuestra que no tiene interés alguno en mejorar las relaciones con Venezuela”.
Chávez había jurado no cejar en su oposición a Palmer y retó al Gobierno de Estados Unidos a que expulsara a Álvarez antes de que diplomáticos confirmaran el miércoles que su visa había sido revocada. Álvarez estaba fuera de Estados Unidos cuando se tomó esa medida, lo cual impidió su regreso.
El portavoz del Departamento de Estado, Mark Toner, dijo días atrás que Estados Unidos tenía esperanzas de mejorar sus tirantes relaciones con Venezuela. “Creemos que precisamente debido a que existen tensiones en esa relación es importante mantener comunicaciones diplomáticas al más alto nivel”, dijo Toner.
La embajada de Estados Unidos ha estado sin embajador desde que Patrick Duddy terminara su gestión y la abandonara en julio.
Una disputa anterior provocó expulsiones similares de embajadores a fines de la Administración del presidente George W. Bush. En septiembre del 2008, Chávez expulsó a Duddy y retiró a su propio enviado, alegando hacerlo como muestra de solidaridad con Bolivia después de que el presidente Evo Morales expulsara al embajador de EEUU en ese país y lo acusara de ayudar a la oposición a incitar a la violencia.
La Administración de Bush negó las acusaciones y reaccionó expulsando a los representantes de Venezuela y Bolivia.
Después de más de nueve meses, en junio del 2009, la Administración de Obama y el Gobierno de Chávez anunciaron que iban a reponer a sus embajadores.
Desde entonces, las relaciones se han tornado hostiles de nuevo.
Larry Birns, director del Consejo sobre Asuntos Hemisféricos, radicado en Washington, dijo que las posiciones de ambas partes estaban provocando una situación bastante volátil, y que si su “retórica se hace más agresiva, la situación puede deteriorarse mucho más rápido de lo que ambas partes se proponían originalmente”.
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