Inteligencia Artificial, Aplicaciones, Alarma
La Inteligencia artificial: ¿una teoría de la conspiración?
Es innegable el avance que la Inteligencia artificial ha proporcionado al mundo y su ritmo vertiginoso es alarmante
La Inteligencia Artificial (IA) como disciplina que desarrolla software y máquinas para remplazar la inteligencia humana, se ha desplegado a tal velocidad en diferentes campos del conocimiento que ha encendido una alarma, digna de considerar, sin que ello implique su impugnación.
Mi primera infancia en las serranías cubanas y el multifacético tránsito por urbes del país, me han permeado de la sabiduría popular con diferentes modos de expresarla según las regiones. En mis años de vida no he podido desembarazarme de esa manía de recurrir a refranes ante temas controversiales que despiertan la inquietud de muchos. En este caso relacionado con la Inteligencia Artificial y toda la polémica sobre el peligro para el género humano, han acudido a mi memoria algunos que de algún modo se conectan con la situación de forma ambivalente.
“Hay que esperar que Dios toque pito”
“Ese lugar está entre río y ruiseñor”
“Me gusta transitar por lo conocido”
“No dejes camino por vereda”. Sin embargo, las veredas pueden ser conocidas, exploradas y en ocasiones son las que abren otros caminos hacia el porvenir. Creo que este último aplica para que no se haga de la Inteligencia Artificial un monstro de sietes cabezas.
En mis estudios de posgrado y mi trabajo de consultor en ingeniería como Máster, PhD o con la conclusión más reciente de un posdoctorado en estabilidad de obras de ingeniería de grandes portes, he desarrollado una metodología, cuya finalidad puedo definirla como la interpretación geotécnica de la estabilidad de una obra de ingeniería. Dicha metodología se fundamenta en el modelaje de series temporales históricas de mediciones a lo largo del tiempo como aguas pluviales, aguas de rechazos industriales, niveles de aguas normales y bajo presión, así como desplazamientos horizontales y verticales en el interior de las obras en cuestión.
Las mediciones, en términos estadísticos, son denominadas variables y a través de correlaciones cruzadas se determina si existe dependencia entre ellas; por norma para que exista dependencia, esas correlaciones deben ser igual o mayor de 0,1 o sea de 10 %. Las iguales o mayores al 10 % son nombradas correlaciones cruzadas desfasadas significativas para la interpretación geotécnica de estabilidad. Para mayor comprensión: estas correlaciones deben estar en un intervalo desfasado (retraso) cíclico de ocho retrasos.
Quienes leen esta descripción de la metodología aplicada, se preguntarán qué relación tiene con la Inteligencia Artificial. Aparentemente ninguna. El proceder para llegar a los resultados ha requerido que si se hayan modelado 60 semanas; los retrasos serían diferenciados por semanas; en esos retrasos la estabilidad sería tenida en cuenta por las correlaciones cruzadas significativas, para lo cual habría que considerar las frecuencias, las intensidades (valores absolutos) y la distribución de dichas correlaciones en el intervalo. La frecuencia la asocio a la velocidad, la intensidad a volumen y la distribución a la aceleración. A partir de ese razonamiento y teniendo en cuenta la dirección de las variables correlacionadas, por ejemplo, A vs B y B vs A, se podría intuir dirección, volumen, velocidad y aceleración de diferentes flujos líquidos y/o gaseosos, así como desplazamientos de sólidos. Todo eso de forma cualitativa.
Aunque he tratado de validar la metodología por diferentes resultados, no es menos cierto que la interpretación geotécnica de los resultados es intuitiva y hasta cierto punto por inferencia. Mi razonamiento al respecto es que, al exponer mi pensamiento a la IA sería un aporte al conocimiento más objetivo que subjetivo, además de dilucidar lo que para mí todavía es un enigma: las correlaciones cruzadas no significativas, que a pesar de ser diferenciales siguen un comportamiento no aleatorio.
Recuerdo que al llegar a Brasil en 1998 me ubicaron en un laboratorio donde un Ingeniero brasileño estaba haciendo su doctorado en Redes Neurales Artificiales (RNA). Quise interesarme por esa ciencia y me explicó que simulaban al cerebro humano y la cuestión radicaba en hacerla razonar como un humano. Mi inquietud ante estos postulados me impulsó a estudiar su tesis —después de defendida— desde el punto de vista práctico, pero el nivel era tan elevado que resultaba inalcanzable para mí en aquel momento, y no pude obtener gran provecho.
Pasado el tiempo en 2019, cuando comienzo un estudio de posdoctorado en estabilidad de obras de ingeniería de grandes portes, se había avanzado mucho en RNA y ya existían varios artículos y tesis aplicados a estos menesteres. También yo había escrito varios artículos a partir de mis años de trabajo como consultor en estas aplicaciones por series temporales, tanto para el ajuste como para la interpretación geotécnica.
En esa época, con muchos más conocimientos y experiencia, había crecido mi interés en RNA. Una profesora del Instituto de Matemática y Estadística de la USP había dirigido un estudio de series temporales aplicado a mi tesis de doctorado en 2007, por lo que realicé una consulta sobre la posible aplicación de RNA a mi investigación posdoctoral. Al respecto me explicó que había participado en un equipo de profesores que analizaron las RNA, y constataron que se han hecho muchos estudios aplicados en ese campo, pero que todavía no se disponía de una bibliografía suficiente.
No obstante la alerta sobre la amplia bibliografía que requiere un proyecto de posdoctorado, me dio la opción del libre albedrio para usar o no ese método, incluso un híbrido, teniendo en cuenta que yo las tenía en series temporales, tanto nacional como internacional incluyendo las de la USP, además de la asesoría que podían brindarme y mis conocimientos y experiencia de serie temporales aplicadas a la ingeniería
La velocidad con que se expanden las nuevas tecnologías y las posibilidades que ofrece la IA, ha potenciado actualmente la aplicación de las RNA entre los métodos más desarrollados, por lo que, después de haberme documentado en varios métodos de IA, estoy aplicando RNA en mis estudios avanzados de estabilidad ya con resultados promisorios.
En tal sentido, he enmarcado las correlaciones cruzadas significativas en un ciclo de ocho retrasos (lag en inglés), pero los datos iniciales están constituidos por series temporales a lo largo del tiempo, por numerosas variables distribuidas en secciones en planimetría y hasta por capas en la altimetría ocupando muchos ciclos. El beneficio de la utilización de la IA en este caso, responde al gran volumen de datos a modelar e interpretar, pues mediante otro procedimiento muchos datos no son evaluados y su interpretación está en función de la experiencia e intuición del investigador.
Al cabo de casi cuatro años de mi consulta con la profesora del Instituto de Matemáticas y Estadística de la USP y un estudio bibliográfico sobre IA y en particular las RNA, puedo confirmar que la bibliografía es abundante en aplicaciones. No es comparable a las estadísticas desde el punto de vista teórico conceptual, y opino se debe a que la IA usa muchos algoritmos de otras disciplinas y a partir de ellos aprende automáticamente, piensa y desarrolla nuevos conceptos y resoluciones.
Es innegable el avance que la Inteligencia Artificial ha proporcionado al mundo y su ritmo vertiginoso es alarmante. Sorprende la aplicación en diferentes campos a partir de máquinas que reproducen la inteligencia humana para recopilar información necesaria. En el campo de la salud, en las plataformas digitales para la comunicación y la ampliación del conocimiento, en la agricultura, en la vida cotidiana tanto material como intelectual, así como en otras prestaciones, es una contribución ineludible al desarrollo científico para el bienestar de la humanidad, cuya evolución es irreversible.
Con las infinitas funciones de la Inteligencia Artificial, es comprensible que en los momentos actuales se alcen voces de políticos, religiosos, pensadores, filósofos y otros seres pensantes donde se incluyen neófitos y charlatanes, alertando sobre la peligrosidad para la especie humana. Siguiendo mi sabiduría popular pienso “que la sangre no llegará al rio”; todo depende de la aplicación para apropiarse de los beneficios, y confío en que las élites políticas y académicas tendrán la sagacidad suficiente para dejar que se propaguen las luces de la IA y se disipen sus sombras, haciendo un uso ético que impulse las economías de las naciones, su seguridad y ofrezca al universo garantías de paz y prosperidad.
© cubaencuentro
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