Actualizado: 18/04/2024 23:36
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Comunicación

Celia Cruz vende televisores

Los autores dan la batalla para la exhibición de sus obras censuradas, pero la historia no progresa en la radio y la televisión.

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"Esta va a ser una noche inolvidable", promete Gloria Estefan. Emilio, su marido, ríe en close up desde el lunetario, mientras la homenajeada del concierto, Celia Cruz, muestra su perfecta dentadura.

¿Qué hacen estos tres histriones de la llamada mafia política de Miami en la pantalla de un Sanyo gigantesco que se vende en una tienda de La Habana?

"Lo ponemos para promover las ventas. Al fin y al cabo, ella (Celia Cruz) es tan cubana como tú y como yo", dice el empleado sin hacer caso de los embobados clientes que detrás del mostrador caen como moscas ante el televisor.

El sonido está a tope. La voz de La Guarachera de Cuba copa el salón refrigerado. Todo el que entra se detiene e intenta reconocer a la artista prohibida. Los más jóvenes no saben quién es.

Al parecer, todo está bien si la música de los purgados no llega a los medios. En 2001, un entusiasta productor musical de la emisora Radio Ciudad de La Habana puso en el aire un número de Celia y no tuvo que esperar la mañana siguiente para saberse botado.

En el teatro, una pieza del dramaturgo Alberto Pedro, titulada Delirio habanero, hacía alusión a la Cruz, aunque en términos casi metafóricos.

La censura musical, que en la década de los setenta y ochenta engrosó en el index a no pocos autores que, de alguna manera u otra, irritaban a los funcionarios culturales por ejercer su libertad de expresión o porque simplemente actuaban en escenarios miamenses, terminó por ser más cauta en los años noventa, ante las nuevas realidades geopolíticas del mundo y porque la propia emigración de artistas cubanos así obligaba.

Sin embargo, las purgas han continuado cuando la visión conservadora de los funcionarios no logra superar las suspicacias políticas.

El videoclip, centro del fuego

Mi generación, un videoclip sobre un disco y título homónimo del grupo Tesis de Menta, aguarda en la talanquera de la censura a que algún día pueda verse en televisión.

"Estamos en negociaciones para exhibirlo", adelantó Orlando Cruzata, director del programa Lucas, que pasa todas las semanas lo último de la videoindustria musical nacional.

No sería el primer caso ni tampoco el último. En 2004, un videoclip del propio Cruzata fue congelado porque los funcionarios entendieron que aludía al poder de la Unión Europea en la Isla, en momentos en que el gobierno cubano rompía los acuerdos de cooperación con Bruselas.

El vídeo cuestionado, La pelota de la suerte, una pieza de la orquesta salsera Sur Caribe, ponía en escena una esférica con listas azules y estrellas amarillas, comprada por azar en una tienda habanera. El trabajo aún no ha sido visto.

La censura en los medios cubanos se resiente de una política coherente.

"Toda prohibición es una derrota", admitió con hidalguía el funcionario Eliades Acosta. Al mismo tiempo, recurrió a los argumentos de la política para explicar la proscripción del vídeo de Tesis de Menta.

"Tal parece que a la juventud cubana no le queda más alternativas que suicidarse o emigrar. Y esa no es toda la juventud cubana. Nadie puede hablar en su nombre como totalidad", expuso recientemente el jefe del Departamento de Cultura del Comité Central de Partido Comunista, en una reunión a puerta cerrada con realizadores de la radio y la televisión.

El audiovisual no llega a ser iconoclasta, pero tuvo un efecto urticante en la burocracia ideológica, incluso más allá de ella, en miembros del Ministerio del Interior que prestaron atención a la obra.

Con paisaje cubano de fondo, Tesis de Menta se desplaza en una carretera sobre un Volga soviético que finalmente se despeña al final del camino. Entretanto, hay señales de muertes en la vía. Un ave que pasa cierra la escena.

Las imágenes intentan narrar el mensaje de Mi generación, que con más suerte ha sido radiada a cuentagotas en programas de audiencia juvenil.

Si alguien busca identificar el texto con la frustración, la penuria espiritual y la diáspora, a veces trágica, de un sector de la juventud cubana cada vez más numeroso, entonces ha dado con la canción correcta.

"Mi generación / atada de cintura / rompiendo el mármol se la ha visto dura / mi generación de sueños en alcohol / traga silencio waiting for the lord / Mi generación / hechizada por lentejuelas, cubre el desánimo con sus telas viejas / Mi generación / se ha cansado de correr / en el deseo de seguir ha hecho alas para no volver / Alas que van el norte / alas que van al sur / alas que se cansaron cayendo al mar", dice la canción de Roberto Perdomo, letrista de todo el material discográfico de Tesis de Menta.

La teoría de Giroud

En una entrevista concedida a la prensa extranjera, el autor del vídeo proscrito, el cineasta Pavel Giroud, aborda el asunto desde la perspectiva de la universalidad de la censura.

"Cada cadena de televisión u órgano de prensa en el mundo tiene sus pautas de transmisión o edición y todo lo que no cumpla estos requisitos, queda fuera", dijo Giroud, cuya última película, La edad de la peseta, es la postulada por Cuba para el premio Oscar y ya está nominada al español Goya.


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