Actualizado: 25/04/2024 19:17
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Del Amazonas al Caribe

'Se buscan cubanos para fabricar titulares': La Isla y la enfermedad de Castro vistas desde Brasil.

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El encanto de vivir en tiendas de campaña

Desde Brasil, Cuba es David, pero también Hollywood, en especial para las personas que tienen afinidades con el sistema de gobierno cubano, los jóvenes que no vieron el Muro de Berlín y ganan becas a través del Partido de los Trabajadores (PT), los que viven en el mundo imaginario de los dril cien y los habanos, de hombres de bigotito en magníficos chevrolets. Por lo general, gente que mantiene sus despensas atestadas de comida y de mitos ideológicos, que olvidaron vivir con poco, o que nunca supieron cómo es.

Para los cubanos, sin embargo, creo que debería existir una legislación que nos negase la ciudadanía si primero no aprendemos a nadar, como si el gen aportado por la sangre indígena fuera el que codifica el sentimiento "querer viajar", el de la española "querer mejorar" y el de la africana, simplemente, "querer respirar".

Hasta donde sé, no hubo noticias de un brasileño que fabricó una balsa para irse del país. Aún así hay personas aquí que desde su yate de 800 caballos de fuerza baten contra un cubano en canoa. Somos vistos con un ambiguo des/prestigio, esencialmente político, cuando de hablar con el escudo o encima del escudo se trata.

¿A quién se le ocurre hoy en día salir del Amazonas para irse al Caribe de la revolución? Se le ocurre a la clase media que puede pagar los cursos de la Escuela de Cine de San Antonio de los Baños, los cursos del ISA o de la Escuela Latinoamericana de Medicina; lo codician los turistas que a pesar de los precios no resisten la tentación de ir a la isla "de la era del vapor".

Ningún nordestino pobre, en cambio, necesita fabricar una balsa para buscar prosperidad, y aunque existen los Sin Tierra, la verdad es que tienen más tierra que la que avisó el afortunado Rodrigo de Triana cuando los españoles llegaron a las América, además de poseer un reconocido estatus gubernamental, donde no faltan recursos para atender diferentes asuntos, hasta complicados esquemas culturales con un amplio personal calificado. Pero, sobre todo, los brasileños prefieren vivir en Berlín, Londres, Amsterdam, Nueva York y Miami. En la actualidad les gusta estudiar en España, aprender inglés en Canadá, y "hacer La Sorbonne" continúa siendo "demais".

La "extraña" convulsión que están promoviendo los medios de prensa brasileños —que incluyen palabras al vuelo del propio presidente, cuando desde su origen simple dijo algo así como: "Nuestro querido compañero Fidel tiene los días contados", con la mejor de las intenciones, por supuesto (bueno, a Lula se le pueden perdonar muchas cosas)—, marca la carrera por la primicia asediando a más de un cubano en busca de un posible titular.

Si estuviéramos desocupados quizás nos dedicáramos a tal juego de la complicidad a tiempo completo para ver el extraining, no porque paguen, sino por la resistencia que hay que oponer para mantenerse fuera del camuflado de intereses, donde los altos los niveles de audiencia son razón más que suficiente no para cubrir la noticia, sino para hacerla. En estos momentos se la están vendiendo a otros países como Japón, donde un periódico ya intentó entrevistar a varios cubanos aquí en São Paulo, (con no sé que resultados), pues realmente el asunto muestra para nosotros su cara más delirante.

Nos gustaría pasar a la fase recuperativa haciendo a un lado el fuego cruzado entre prensa, partidarios y opositores de esta cultura de la interpretación de lo que es y será Cuba. Para los cubanos y para el resto del mundo, dijo Martí: "y el horror y vergüenza en que me tuvo el temor legítimo de que pudiéramos los cubanos, con manos parricidas, ayudar el plan insensato de apartar a Cuba, para bien único de un nuevo amo disimulado, de la patria que la reclama y en ella se completa". Una vez más, gracias al maestro.


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