Actualizado: 18/04/2024 23:36
cubaencuentro.com cuba encuentro
| Cuba

Economía

Disfrutar del desarrollo

Las empresas clave del bienestar económico, el enemigo público número uno del castrismo.

Enviar Imprimir

Reacomodo selectivo

A partir de la mitad de la década de los noventa, hubo un rebrote de la pequeña propiedad, en sintonía con medidas de reacomodo selectivo que introdujo el poder para frenar la caída libre del producto interno bruto, como consecuencia de la súbita pérdida de los cuantiosos subsidios de la otrora Unión Soviética.

La respuesta de la latente capacidad empresarial de los cubanos ante la señal permisiva del Estado fue masiva y, gracias a ella, Castro consiguió remontar la peor crisis que afrontó su régimen desde 1959.

Sin embargo, tras la leve recuperación de algunos indicadores macroeconómicos, aquella limitada liberalización fue detenida en 1996, e incluso, revertidos sus efectos, lo cual permitió al Estado patrón reasumir su protagonismo en la esfera de la producción, la distribución y los servicios, en gran medida apoyado ahora en el petróleo barato —probablemente gratis—, así como en los generosos subsidios que recibe de su aliado caribeño, Hugo Chávez.

Hay que tener en cuenta que la lógica totalitaria se debilita frente a la expectativa de una liberalización económica, generadora de independencia política, lo cual para el Estado patrón implica un elevado riesgo que Castro no está dispuesto a correr. El principal obstáculo que se interpone en el camino de las pequeñas y medianas empresas cubanas no es otro que la obstinada política del Estado de no perder el control de la economía, bajo los efectos de una jurásica ortodoxia marxista, con sus naturales incongruencias económicas, incoherencias sociales y profundas contradicciones políticas y filosóficas.

El desarrollo de las pequeñas y medianas empresas requerirá de un profundo desmontaje de toda la plataforma legal que lo frena, desde la Constitución de la República hasta el Código del Trabajo. La libertad empresarial requiere en primer lugar de libertades civiles y políticas, de una declaración oficial que reconozca el interés del Estado por promover empresas pequeñas y medianas con amplias garantías legales, éticas y morales.

Libertad y mercado

Asimismo, resulta impostergable un mínimo de acciones concretas, entre otras: abdicar del monopolio del poder político como requisito básico para la renuncia del poder económico. Estimular la orientación del crédito —en este sentido, la propuesta de microcréditos con garantía hipotecaria desplegada por el Cuba Study Group en septiembre del año pasado, daría un apoyo concreto a la demostrada iniciativa empresarial de muchos cubanos de la Isla— con bajos intereses y largos plazos, hacia el fomento de pequeñas y medianas empresas, en sectores, ramas y servicios deficitarios del comercio, la gastronomía, los servicios personales, la agricultura, el transporte y las telecomunicaciones.

Permitir la creación de pequeñas y medianas empresas que brinden servicios paralelos a los del Estado, explorando incluso el sector educacional y de la salud. Revisar las leyes relativas al sector agropecuario y proveerlo de fórmulas que garanticen su pleno desarrollo en áreas tan sensibles como la libre elección de los cultivos, la participación directa en el mercado y la fijación de precios más flexibles. Permitir la asociación libre, con intereses ramales, sectoriales, territoriales o profesionales, favoreciendo el intercambio y transferencia de tecnología, créditos y recursos dentro del sector por cuenta propia.

El poder político y administrativo debe dejar de ser un instrumento de coacción y un medio para obtener prebendas y beneficios; por el contrario, éste debe dar servicio a la nación, representando un instrumento de soberanía y garantía del bien común.

Del mismo modo que la Comunidad de Madrid, en España, basa en gran medida su crecimiento económico en una tupida red de pequeñas y medianas empresas que contribuyen a la creación de riqueza, la acumulación y satisfacer la demanda cotidiana de un sinfín de consumidores de productos y servicios, Cuba posee toda la potencialidad para, una vez superada la dictadura, recuperar la economía insular.

Disfrutar del desarrollo es ofrecer al ser humano la posibilidad de ejercer su libertad y la democracia en su más genuina y amplia manifestación. Las libertades civiles, políticas y culturales, entre otras, deben presidir cualquier intento de renovación económica en Cuba, pues aquellas están orgánicamente relacionadas con el mercado.


« Anterior123Siguiente »