Actualizado: 27/03/2024 22:30
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Exilio, Internet, Miami

Duelo de tocayos

Por el nombre y la proyección mediática que tiene, el Alex anticastrista y el castrista parecerían hechos tal para cual

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Sigo desde hace rato en YouTube un curioso “troll”, es decir una persona con identidad desconocida que publica mensajes provocadores en las redes, creando disparidades, controversias, debates apelando al insulto. En este caso el misterioso “influidor”, enmascarado, se hace llamar “Alex Guerrero” al tiempo que alardea de su “anonimato” como un modo de tener enloquecido al exilio. Es sin duda alguna el último grito de moda en la defensa del castrismo en las redes sociales.

Gráficamente se hace representar en sus videos por una estatuilla de Oggún. Estamos hablando de un dios del panteón afrocubano, el dueño del cuchillo Obé, que nos muestra, en alza, la figurita, con el corta la garganta de la víctima sacrificada, se trata de un orisha indispensable en todas las ceremonias y sacrificios de la santería y a este orisha digital no de falta su chivo que degollar: Alejandro Otaola.

Según la mitología yoruba, Oggún se sentenció a sí mismo a nunca dormir ni descansar, mientras el mundo girara. En este caso parece ser verdad. Sus videos aparecen incluso los días no laborables, volviendo una y otra vez a la carga, con el fin de sacrificar la reputación Otaola. Lo hace de una manera ocurrente y a veces hasta graciosa, con una jerga llamativa por lo callejera, presuntamente popular, en la que se mezcla “aguaje”, “santería” y el discurso propio de un comisario político, y por supuesto la moralina patriótica, al mismo estilo de la que usa su objetivo. No parece ser un acto de justicia revolucionaría individual, sino más bien la acción de todo un aparato, por esto he decidido bautizar al “Guerrero” con un nombre más representativo de lo hace cuando habla; “Agente Oggún, el Abakuá de la Seguridad”. Lo hago en alusión a esa famosa sociedad secreta cubana conocida como Abakuá. Así usaré indistintamente este nombre y el que se nos da públicamente el “ñáñigo” como suyo, de modo que pueda darle mayor colorido al texto.

La voz que habla tras la imagen de la deidad “asegura” que no pertenece al Ministerio del Interior cubano, pero la información que difunde, según él recogida por sus colaboradores, no parece tener otra fuente que las del Minint. La usa para atacar a los llamados influenciadores que desde las redes sociales atacan al gobierno cubano, en particular a esa suerte de José Martí redivivo que le ha nacido al sector intransigente del exilio cubano, el agitador anticastrista un tanto promiscuo y mariguanero —como el mismos se reconoce dando armas a sus enemigos— que es Alex Otaola. Por supuesto aquellas no son las únicas características de las que hace gala el conductor “youtuvisivo”, alardeando siempre de sus programas tanto de su orientación sexual, a través del exagerado amaneramiento y piropos a cuanto mancebo se le cruza, como de la pertenencia a las religiones afrocubanas que, paradójicamente suelen tener un claro sesgo machista, lo que hace mostrando imágenes de su participación en rituales o aludiendo a la persona que le apadrina dentro de esta fe sincrética tan popular hoy en día. Sin duda alguna ese es uno de los elementos tomados en cuenta a la hora de construir el antiotaola guerrero. En tal sentido el uno y otro, por más que aparezcan opuesto terminan siendo, como diría el Maestro “de un pájaro las dos alas”.

Lo de santero y gay, sería lo de menos en este vocero del exilio, que aparece en una época que exalta, a nivel mediático más que sociológico, tanto el irracionalismo místico, propio de las religiones “naturales”, como el sexo dentro del mismo género (biológico), pero podríamos convenir a partir de otras características, y teniendo en cuenta los valores tradicionales de la cubanía que aún sobreviven en la emigración, quizás más que en la propia nación, que peor líder no podría habérsele fabricado al exilio. Sin embargo, es innegable, sobre todo desde que rompí el veto tácito que existía sobre su figura en los medios serios del exilio, al mencionarlo en mi artículo «Mariconga» o Muerte, publicado en CUBAENCUENTRO.

Desde entonces cada vez es más socorrida la alusión Otaola como una referencia obligatoria del activismo anticastrista en la actualidad. De él se escribe, y no precisamente con la sorna de su enemigo Guerrero, lo mismo en el blog de Montaner —ver allí de Armando Añel su nota Otaola, un líder imperfecto para una Cuba incorrecta— que en el blog de Masonería libertaria con la entrada El secreto tras el éxito de Alex Otaola, que en la misma CUBAENCUENTRO con La «Doctrina Otaola» de Julio Aleaga Pesant o en Diario de Cuba, donde el actor camagüeyano es elevado a la dimensión de gurú político en la entrevista que le hace bajo el título de Alexander Otaola: “La dictadura cubana nunca ha estado tan débil como lo está ahora”.

De cualquier modo, por el nombre y proyección mediática que tiene, el Alex anticastrista y el castrista parecerían hechos tal para cual, sabrá Dios si, y esto no es una afirmación irrebatible, un día nos enteramos de que ambos muñecos fueron construidos en su taller por el mismo Geppetto todo puede ser en este mundo de humos y espejos que se muestran gracias a las nuevas tecnologías.

De cualquier modo, considero importante, dadas sus respectivas capacidades en la creación de opinión, escuchar a los dos Alex, particularmente al más peligrosos en mi opinión, “el Abakuá”, quien por cierto ha declarado su alianza con Roberto García Cabrejas conocido como “El Invicto” o El León de Oriente, el influencer cubano que desde California defiende y justifica al gobierno cubano con el discurso de un pionero de noveno grado (el mismo reconoce su bajo nivel escolar), pero al que no le falta un amplio grupo de seguidores a su canal, en pro o en contra de sus ideas, que le ponen dinero o le injurian sin dejar de ser adictos a sus “directas”. Ocurre que a la falta de conocimientos y principios de Cabrejas hay que agregarle una condición de payaso y capacidad histriónica para dramatizar sus historias que solo supera en las redes el propio Otaola.

De cualquier modo, la colaboración El Invicto y Guerrero es un hecho. Eso sí, no basta pelearse con Otaola para entrar en la alianza, ahí tenemos al archienemigo del actor, el cantante Erich Concepción al que el dueto Invicto-Guerrero usan y a la vez mantienen a raya por sus críticas a la revolución.

Veamos en detalles esta confrontación youtubera, analizando algunos de los últimos ataques de Alex Guerrero en su guerra antiotalera:

El aporte a las redes del 20 de diciembre el Abakuá de la seguridad (del Estado) reproduce el momento en que Otaola demuestra con datos históricos que fuero más los cubanos que lucharon por la integridad de Cuba-España, que los separatistas. Por cierto, debo agradecer esta información, por muy gracioso que me parezca Otaola, y se me había pasado esta suerte de referéndum en forma bélica con el que se demuestra que la mayoría de los habitantes de la isla querían seguir siendo españoles. Volviendo al video de Oggún, este cuestiona un récord policíaco presentado por Otaola, pero reconoce que hasta el momento no existe caso de pedofilia abiertos contra él, a pesar de que “Guerrero” lleva tiempo afirmando que el líder de opinión ha tenido relaciones sexuales con dos chicos menores de edad en Cuba.

Este orisha antiotaola volvió a la carga el día 21 con un video donde ataca al nuevo, que para ellos se las da de profesor de historia, y si bien no se atreve a contradecir el dato de que hubo más cubanos luchando contra los mambises que del lado independentista, lo que significaría una suerte de referéndum bélico con resultado a favor de integrismo, resuelve el dilema histórico de forma retórica, afirmando que los patriotas hispano cubanos que luchaban voluntariamente contra el separatismo eran traidores.

En otro momento corrige a Otaola asegurando la vigencia de la constitución del 40 hasta 1976, sin explicar cómo esta fue cercenada desde 1959 con la llamada Ley Fundamental de 1959, convertida de hecho en la máxima Legislación por la que debería regirse el país a partir de ese momento y por la cual se pone fin a la representación democrática, disolviendo el Congreso, otorgando sus funciones de Órgano Legislativo al Consejo de Ministros, es decir al poder ejecutivo nacido de las armas y no de las urnas.

Esto le permitió de manera inconstitucional al Consejo de Ministros reformar las leyes, en particular. Las relacionadas con la confiscación y expropiación de bienes, así como la declaración de la pena de muerte. Por último, condena a sus compañeros policías chilenos porque aplastan a uno de los miles vándalos bolivarianos que agreden sus autos con el fin de lincharlos. Lo curioso sería ver como reaccionara la Policía Nacional Revolucionaria si un día el pueblo se lanza a las calles y desde afuera se ordena al gobierno a claudicar como ya ocurrió durante la revolución de 1933 y la del mismo 59.

Es interesante ver cómo se desarrolla esta “batalla de ideas” (por no hablar de improperios y difamaciones) y lo complicado de la misma. Otaola se acomoda al viejo discurso de la intransigencia en el momento en aquel sector del exilio se ha quedado sin voceros, y lo hace desde un programa que por su gancho farandulero llega a un amplio sector que poco a poco se deja influir por sus argumentos, en particular cuando al lanzar la consigna de parar toda ayuda a la familia en enero da motivación moral a quienes están cansados de ayudar los suyos en la Isla, justificando el no hacerlo al menos en un mes. Algo que desde mi punto de vista demuestra no solo falta de moralidad, sino también la incomprensión de la calidad de rehén que tiene el pueblo cubano.

Los promotores del parón de remesas hacen ver que aquellas son un rescate que se le paga al Estado, pero pasan por alto que así mismo son el alimento, la medicina y la capacidad de comunicación que ahora tiene el rehén, es decir el familiar en Cubas que es el que más debería pesar en la conciencia de los emigrados. Ciertamente no todos los cubanos tienen familiares en el extranjero, y existen muchos que en teoría no tiene nada que perder con esta medida de autobloqueo familiar, que pretende doblegar a un Estado al que le sobran ingresos en cuanto supremo apropiador de la plusvalía que extrae al trabajador cubano, cuando lo único que conseguirán es quebrar la mínima independencia que consigue de ese mismo estado quien recibe ayuda de los suyos, una ayuda que no solo nutre las empresas estatales, sino que también favorece a los que no la reciben directamente a través de la pequeña economía de mercado tolerada por el raulato, y la informal que siempre ha existido. Al final el famoso parón de enero sólo conseguiría igualar en la miseria a los cubanos y eso es precisamente lo que hace el comunismo desde los inicios, como no pensar después si no existe un mismo Geppetto dando vida a estos muñecos.

Al final el equipo de Otaola generador de la propuesta del Parón o cualquier otra medida que afecte a la población cubana y todos los que desde las redes les están siguiendo, le son de gran utilidad a Oggún y el aparato que está detrás en cuando sirve a quienes quieren reactivar los odios entre la población cubana de la Isla y la de la península. No es pues de extrañar que el modelo cubano del caprilato venezolano, es decir de un hacer opositor que beneficia al poder, también respalde a Otaola, el célebre Coco Fariñas, cuya increíble huelga de hambre solo sirvió para dos objetivos: uno demostrar al mundo lo mucho que las autoridades cubanas cuidan a quienes hacen este tipo de protestas; dos desacreditar al premio Sájarov que se le concediera en 2010.

Esto lo intuye incluso el sector más duro de la oposición interna que no ha tenido reparo en criticar desde Cuba el famoso Parón de Enero otaolero, véase el programa de Cambio de Bola que realiza desde La Habana “La Paja récord” correspondiente al 21 de diciembre de 2019.

Por supuesto la oposición moderada también se opone a la otaolada de enero, como se muestra en artículos sobre el tema publicados por el importante periódico disidente 14 y medio como “El debate sobre el corte temporal de remesas a Cuba se calienta en Miami”.
Alguno de tono sarcástico como El 1 de enero del 2020 rompo todo compromiso monetario con Cuba y los míos.

También el Partido Demócrata Cristiano de Cuba se desmarca del Parón de enero con una declaración, lo que es una muestra del rechazo a la propuesta de Otaola por parte de los sectores bien pensantes de la oposición interna.

Por supuesto Oggún se salta tales matices cando habla de la convocatoria presentando a su público a Otaola como el anticastrista por antonomasia, una estrategia en favor del gobierno que propio Alexander exiliado y el equipo que le asiste no dejan de facilitar. Es verdad que el personaje en general se cuida de mirar con la misma lupa los males de su entorno, salvo cuando denuncia los atropellos realizados por la policía de Miami y eso tiene mucho mérito.

Por su parte el Abakuá, carece de este grado de flexibilidad, en lo que se refiere a los órganos represivos cubanos, usa la estrategia de restar importancia, señalar como hechos puntuales, cuando no francamente ocultar los males nacionales, escudándose para ello o distrayendo la atención hacia males del exterior que Otaola no aborda en su programa, algunas de estas tragedias son reales otras enfocadas de manera un tanto tendenciosa.

Otro detalle interesante es como Oggún ha moderado su lenguaje en relación con la orientación sexual de su contrincante desde que YouTube le censuraba un video en el supuestamente presentaría pruebas de los presuntos actos de pedofilia con un chico que mismo sexo que habría tenido Otaola. El cuidado con el cartelito de homófobo es tal que le dedica uno de sus últimos videos a la mariconga donde se refiere a la mayoría de sus participantes “hermanos homosexuales” revolucionarios, de modos el subconsciente de esa hermandad abakuá que arbitrariamente le atribuyo, parece traicionarlo cuando evita el uso del concepto compañeros para referirse al homosexualismo oficialista, como si reservara el honroso termino para los castristas de sexualidad impecables.

Últimamente Guerrero ha centrado el fuego en el artista Roberto San Martín, sobre todo a propósito de su apoyo al movimiento Los Clandestinos, cuyo arresto fue difundido por el Troll como un bombazo, además de amenazar con enviar sus declaraciones bajo arresto a las autoridades norteamericanas pare que niegue la ciudadanía a todos los que desde YouTube apoyaron las acciones de la misteriosa organización tiñendo de rojo (para algunos mancillando) bustos de José Martí.

Pero aun así el objetivo esencial sigue siendo Otaola, con el que, muy a tono con la deidad que le representa, el agente Oggún comenzó el 2020 con un dime que te diré “espiritual” a propósito de la interpretación ofrecida por su alter ego de la letra del año.

Al final, sin que los dos Alex se den cuanta, ellos mismos demuestran la continuidad profunda que existe entre el capitalismo en su versión latinoamericana y el comunismo cubano: ambos se necesitan como modos de justificación mutua. Al final son los pueblos los que siguen fastidiados y sus desgracias nunca se cuentan del todo, ni por el “doctor” Otaola, ni por el alter ego de éste, su tocayo Guerrero.


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