Actualizado: 28/03/2024 20:07
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Religión

La advertencia de Ifá

Los pronósticos de la Comisión Organizadora de la Letra del Año para 2008 son más negativos que otros años.

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Este año aumentó en la Isla el interés por las predicciones de Ifá —acontecimiento religioso-cultural devenido norma de conducta para creyentes y no creyentes—, al conocerse que los vaticinios para 2008 traen un número considerable de aspectos negativos.

Dichas predicciones, introducidas por los esclavos lucumíes y conservadas por sus descendientes, aún resultan incomprensibles para muchos ciudadanos, por lo que es necesario detenerse en sus características y significados. La Comisión Organizadora de la Letra del Año se encarga de ofrecer uno de estos pronósticos.

El proceso se inicia con diferentes ritos, encaminados al fortalecimiento de las fuerzas naturales protectoras y propiciar su acción benéfica. Luego, mediante sistemas adivinatorios, se consulta a las deidades para conocer cuáles deben ser las ofrendas y sacrificios dedicados a los antepasados, las divinidades que integran el panteón yoruba y los poderes que se invocan, y proceder así a su realización.

Orula, padre de los orishas, ocupa el centro de atención en este proceso. Según la mitología, Olofin mandó a buscar a distintos mandatarios y a Orula, con el fin de saber cómo andaban las cosas por la Tierra. Sólo este último acudió a la cita en ropa de trabajo, con cuatro ñames y lo necesario para la ceremonia; los demás lo hicieron vestidos de lujo. Las predicciones realizadas en esa oportunidad advirtieron de la escasez de alimentos, pero Orula fue el único que efectuó las ofrendas y sacrificios y siguió las orientaciones. Cuando los alimentos escasearon, los reyes y príncipes tuvieron que suplicarle a Orula para poder comer.

A las doce de la noche del último día de 2007, cientos de babalawos, encabezados por el sacerdote de mayor edad y agrupados alrededor del oráculo, comenzaron la consulta a Orula. Aquí, el último babalawo consagrado —el de menor experiencia— manipuló las 16 semillas sagradas. En dependencia de la posición que fueron asumiendo (odu), sacó el regente (la Letra) —de entre los 256 signos posibles—, que en esta oportunidad resultó ser Iwori Irete. Este es un símbolo de las fuerzas de la naturaleza, como el sol, la luna y los vientos. Al estar estrechamente relacionado con los problemas ecológicos, anuncia peligros sobre daños climatológicos y la destrucción del ecosistema.

De la interpretación de la Letra, realizada con la ayuda de miles de historias (patakíes) para elegir la leyenda recomendable, resultó la referida a una consulta realizada por los hombres a Olofin, debido a múltiples calamidades que se estaban sufriendo en la Tierra. Estos le solicitaron que mandara primero el Sol, y luego la Luna, hasta que decidieron aceptar la recomendación de Olofin, con la que resolvieron el problema.

Una vez sacada la Letra, se definió la Oración Profética: Iré Ariku Lese Osun, que significa lo que se debe hacer para lograr beneficios para la salud siguiendo al orisha Oshun. En ese momento se indagó sobre la relación del signo con aspectos fundamentales: quiénes son los orishas regente y acompañante, las características del año que comienza, la relación con el medio donde se vive y el camino a seguir por los creyentes.

Ogún y Yemayá

De las respuestas, resultaron Ogún y Yemayá, respectivamente. El primero es el orisha dueño de los hierros, la forja y la guerra (se sincretiza con San Pedro, San Juan Bautista y San Gabriel), y su color es el verde.

La segunda, Yemayá, es la orisha de todas las aguas y los peces, madre del mundo, porque sin agua no hay vida, y madre de todos los orishas. Es una divinidad sabia, llena de poder y riquezas para beneficio de los humanos. Su aspecto maternal es su característica más predominante. De ahí su función como acompañante del temible Ogún, quien la obedece por ser su madre. Su color es el azul. Se sincretiza con Nuestra Señora de Regla. Por los colores de Ogún y Yemayá, la bandera del año resultó mitad verde, mitad azul.

Los refranes son los siguientes: 1) La calle no se dobla por la esquina, sino por el centro; 2) El gallo pica al pollón porque ve en él un futuro rival; 3) Cualquiera que roba mil perderá dos mil en la vida; y 4) El polluelo que sigue a la gallina es porque le comió la pata a la cucaracha. Estos refranes están referidos a los pronósticos de asaltos, infidelidad, celos, robos, estafas y a la sobreprotección infantil, respectivamente.

Los pronósticos para 2008 de la Comisión Organizadora han sido de los más negativos en los últimos años: incendios, cambios climáticos, empeoramiento de la crisis habitacional, hasta enfermedades neurológicas, estomacales y de la piel; aumento del índice de robos con fuerza y del consumo de bebidas alcohólicas; serios problemas en la educación de menores, agresiones por rivalidades y aumento de la emigración. Sin embargo, el hecho de que los vaticinios de Ifá pueden variarse con la conducta de los seres humanos, siguiendo las recomendaciones contenidas en la oración profética, se presentan como un gran reto.

No es difícil establecer relación entre las predicciones de Ifá y la crisis en que está inmerso el país. Fenómenos negativos, como el empeoramiento de la vivienda, los bajos salarios, la ausencia de derechos, la inconformidad recogida en el millonario paquete de planteamientos y reclamos efectuados durante el recién concluido "debate" sobre el discurso del general Raúl Castro.

Los sacrificios realizados —y que realizarán— por los babalawos, en correspondencia con la importancia que esa cosmovisión brinda a tan serios vaticinios, deben y tienen que ser acompañados con urgentes decisiones por parte de las autoridades gubernamentales, para que disminuya lo negativo y se revelen en su lugar, con mayor potencia, los augurios positivos.


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