Actualizado: 25/04/2024 19:17
cubaencuentro.com cuba encuentro
| Cuba

Represión

Miedo por contacto

¿Qué pensarán realmente de la dictadura quienes golpearon u observaron la más reciente paliza al abogado invidente Juan C. González Leyva?

Comentarios Enviar Imprimir

Los hombres que golpearon a Juan Carlos González Leyva la semana pasada en Camaguey, los cinco empleados del hospital Amalia Simoni que llamaron a la policía y la gente que miró al infinito ante la golpiza, ¿qué pensarán realmente de la dictadura? ¿Cómo relatarían esa noche, frente a la cena ovípara, en casa, con sus hijos, el episodio heroico, el gesto revolucionario de abusar de un invidente?

Gustavo Arcos Bergnes, aquel adelantado de la lucha pacífica que tenía un despacho con Dios todas las noches, decía que el promotor principal de esa violencia gratuita y despiadada es el miedo, ese cómplice fiel de la dictadura, que los jerarcas dispensan con prodigalidad de San Antonio a Maisí.

Y es que parece que los ejecutores de esos delitos, los disciplinados señores de la gonfa y las esposas de hierro, trataran de trasmitir por la piel a sus víctimas el temor que ellos sienten. El temblor interno y los escalofríos que viajan con la sangre desde el corazón a los vasos, las venas, las arterias.

El abogado González Leyva, presidente de la Fundación Cubana de Derechos Humanos, ex preso político, un símbolo de la resistencia en el mapa de oposición interna, es un experto en cicatrices de heridas que nunca dejaron pasar el miedo a su sistema sanguíneo. No es un receptor natural de esos venenos.

Él es, además del activista experimentado y plural, la voz de los prisioneros políticos que padecen en las cárceles de esa región del país y uno de los puntos de apoyo a sus familiares desde los espacios de libertad que ha conquistado allí la disidencia.

Lo sintieron quienes estuvieron en las celdas de castigo de Canaleta, entre marzo de 2003 y la primavera del año siguiente: Pedro Pablo Álvarez, Ariel Sigler Amaya, Julio Valdés Guevara, Horacio Piña Borrego y Luis Milán Fernández, entre otros.

Lo sabe y cuenta con él ahora Adolfo Fernández Saínz, en una celda del destacamento uno, cada día peor, con la salud arruinada después de cuatro años tras las rejas. Y Pedro Argüelles Morán, en su segunda estancia en prisión, casi ciego. En la vieja cárcel de Morón, Pablo Pacheco Ávila, el joven periodista, que acaba de salir de la sala de penados con una pierna paralizada que no le acaba de sanar.

En Camagüey, siente la cercanía de González Leyva y de su fundación uno de los prisionero políticos que tiene el cuadro más dramático: Normando Hernández González. El periodista camagüeyano que padece de tuberculosis, graves problemas con la absorción de alimentos y otras patologías.

González Leyva escribe todas las semanas informaciones sobre la situación de los prisioneros y, junto a otros periodistas y defensores de los derechos humanos, mantiene un escrutinio permanente sobre las condiciones de vida y la atención médica.

El reciente episodio de arresto y golpiza se produjo cuando el abogado trataba de filmar una entrevista con un hijo enfermo del preso político José Antonio Mola Porras, recluido en la cárcel Kilo 9 de Camaguey.

Desde las zonas de la sociedad que la oposición ha conquistado, Juan Carlos González Leyva trabaja por todos los días por sus amigos presos, en la crispada provincia cubana que un día, hace muchos años, un poeta describió como una suave comarca de pastores y sombreros.


Los comentarios son responsabilidad de quienes los envían. Con el fin de garantizar la calidad de los debates, Cubaencuentro se reserva el derecho a rechazar o eliminar la publicación de comentarios:

  • Que contengan llamados a la violencia.
  • Difamatorios, irrespetuosos, insultantes u obscenos.
  • Referentes a la vida privada de las personas.
  • Discriminatorios hacia cualquier creencia religiosa, raza u orientación sexual.
  • Excesivamente largos.
  • Ajenos al tema de discusión.
  • Que impliquen un intento de suplantación de identidad.
  • Que contengan material escrito por terceros sin el consentimiento de éstos.
  • Que contengan publicidad.

Cubaencuentro no puede mantener correspondencia sobre comentarios rechazados o eliminados debido a lo limitado de su personal.

Los comentarios de usuarios que validen su cuenta de Disqus o que usen una cuenta de Facebook, Twitter o Google para autenticarse, no serán pre-moderados.

Aquí (https://help.disqus.com/customer/portal/articles/960202-verifying-your-disqus-account) puede ver instrucciones para validar su cuenta de Disqus y aquí (https://disqus.com/forgot/) puede recuperar su cuenta de un registro anterior.