Actualizado: 18/04/2024 23:36
cubaencuentro.com cuba encuentro
| Cuba

Mariel, 25 años después

La generación del silencio (I)

Un acercamiento a los escritores e intelectuales que abandonaron la Isla para ejercer la creación artística y la libertad de expresión.

Enviar Imprimir

La obsesión por la libertad

De esta manera, como antes referimos, se hace presente en la mayoría de las obras y comentarios de estos escritores una obsesión por la idea de la libertad. Anota María Badías que "en la obra de Roberto [Valero] hay una gran añoranza por la libertad, en todos los sentidos de la palabra (…) Por ejemplo, una de sus obsesiones era conocer el mundo, algo fuera de su alcance en Cuba. Sus referencias a los viajes que realizó después de salir de Cuba es un testimonio de esa alegría de sentirse libre por primera vez en su vida".

Afortunadamente, el Mariel les ofreció esa liberación necesaria para poder realizarse. En el artículo de Arenas que nos inspiró para este trabajo, el autor holguinero se detiene en lo que representó para esos escritores salir de la Isla y poder escribir sin tener que autocensurarse:

"Es importante señalar que estos artistas además de trabajar en su obra han vivido como verdaderos seres humanos y por primera vez han disfrutado del privilegio de la libertad. Por encima de las inevitables discrepancias que puedan existir entre nosotros, veinte años de represión y dictadura castrista nos hermanan en un dolor común y en una necesidad de expresarlo. Aquí estamos pues para hacer nuestra obra, para vivir nuestra vida y hasta para poder escoger nuestra muerte".

"Aquí estamos y estaremos. Porque la obra que hayamos hecho, el testimonio que hayamos dejado, la imagen que de nosotros quedará, nuestro modesto aporte por agrandar la belleza del mundo y mantener en alto la verdadera dignidad del hombre, nos sobrevivirán".

"En estos diez años de exilio hemos sufrido, pero hemos trabajado y hemos amado la vida; hemos podido expresarnos. Hemos, por encima de todo, podido ser nosotros mismos. Más allá de la mezquindad y de las envidias personales, de las intrigas y componendas de los agentes del tirano y de su afán de aniquilarnos, persistiremos; pues nuestro grito ya está dado y eso nadie lo podrá acallar".

En relación con este punto, Ismael Lorenzo indica que para él la salida de Cuba representó la oportunidad de "escribir libremente", y sentencia: "mis libros nunca se hubieran publicado en la Cuba castrista". Otros escritores amplían el campo de esa independencia para llevarla al terreno de lo humano, "salir súbitamente a la claridad; o sea, de cierta forma, nacer otra vez" (Miguel Correa); o como diría Carlos Díaz: "la libertad total, absoluta, lírica y humanamente feliz".

Más allá de la 'escoria'

Juan Abreu confirma esta idea al comentar que para él simbolizó "la posibilidad de vivir como un ser humano y no como un esclavo". Lo mismo anota Luis de la Paz cuando dice que "al partir de la Isla dejaba de ser una máscara para ser yo plenamente".

Me permito utilizar unas palabras de Jesús Barquet que resumen claramente esta perspectiva: "[El Mariel] representó la posibilidad de libertad en todos los aspectos humanos que eran controlados o reprimidos entonces por el gobierno castrista (en su doble acepción): libertad de expresión, de publicación, de lectura, de escritura y de práctica afectivo-sexual, por citar las más acuciantes. Representó también la posibilidad de vivir sin miedo y de tener control sobre mi vida y mis actos. En otras palabras, dejé de ser una pieza en la rígida maquinaria del Estado castrista para comenzar a ser un individuo con sus derechos civiles (o humanos) respetados y garantizados".

Si para esta generación abandonar la Isla supuso un encuentro con otro contexto vital y literario, no es menos cierto que también significó una oportunidad para demostrar que los que Castro había dejado salir de Cuba no eran sólo "lumpen" y "escoria", para utilizar sus términos, sino que dentro de ese grupo también se encontraban intelectuales y artistas.

Sobre esto, García Ramos comenta que en ese grupo "aparecieron individuos que traían consigo un vigor innato e indestructible: el afán por la creación artística, que les exigía resistir y fortalecerse para poder expresar el espanto que habían sufrido durante largo tiempo. Eran las decenas de artistas y escritores de talento que habían venido en el éxodo de Mariel y que necesitaban medios para expresarse; pero los obstáculos que encontraron fueron enormes".


« Anterior123Siguiente »