Actualizado: 07/05/2024 1:47
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Expertos alertan sobre las repercusiones negativas del embargo en el sector petrolero de EE UU

Algunos especialistas opinan que la avidez estadounidense de petróleo obligará a un cambio en las relaciones de Washington con La Habana.

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El panorama preocupa al conservador e influyente bloque cubanoamericano en el sur de la Florida, y eso no es exactamente lo que el presidente George W. Bush, ni su hermano Jeb, el gobernador del estado, quieren ver a tres meses de las elecciones de medio término.

"Quienes promueven que las compañías estadounidenses hagan perforaciones frente a Cuba no advierten que eso perjudicaría nuestra capacidad para presionar al gobierno cubano en otras cuestiones, como los derechos humanos", dijo en Miami Alfredo Mesa, director ejecutivo de la Fundación Nacional Cubano-Americana.

Los ambientalistas también se oponen rotundamente al acceso de la industria petrolera a Cuba, aunque por motivos distintos. Las filtraciones de petróleo —las emanaciones tóxicas rutinarias de las perforaciones— podrían contaminar los Everglades y las playas de mayor importancia económica para la Florida, dicen, y arruinar el turismo.

El senador Bill Nelson y el representante Jim Davis, ambos demócratas, han promovido medidas en el Congreso que denegarían visas a los ejecutivos de empresas extranjeras que perforen en busca de petróleo en las aguas cubanas.

El proyecto de Nelson revocaría un acuerdo de límites marítimos de 1977 entre ambos países, que divide el Estrecho de la Florida y permite a Cuba desarrollar actividades comerciales cerca de los cayos de ese estado.

No está claro cómo esto podría impedir a los cubanos explotar las aguas más cercanas a sus costas.

En cuanto a la probabilidad de que el Congreso actúe ha dicho Werner: "si la industria petrolera sigue sin definirse como hasta ahora, no es muy probable, especialmente con este gobierno y Congreso. Pero hay elecciones en noviembre, lo que podría cambiar toda la ecuación".

Peters, del Instituto Lexington, coincide. "Pienso que si (a las compañías petroleras) las llamas y les preguntas '¿cuál es su posición sobre esto?', te responderían que apoyan una exención al embargo. Pero no estoy seguro de que quieran apoyarla abiertamente todavía".

En respuesta a preguntas de la AP, el Instituto Estadounidense del Petróleo (API), en Washington DC, el grupo cabildero de la industria, respondió con la siguiente declaración:

"No podemos hablar de los intereses individuales en Cuba, pero podemos decir que los miembros del API están más concentrados en expandir el acceso a la porción estadounidense de la plataforma continental, que está mucho más próxima a la red existente de ductos y donde tienen más información sobre reservas de petróleo y gas natural".

Todo esto es todavía algo prematuro, opinó Piñón, el ex ejecutivo petrolero e investigador adjunto. "Todavía estamos de tres a cinco años antes de que se comercialicen estas reservas cubanas".

Piñón agregó que hay una demora de por lo menos 18 meses en la licitación de las plataformas de aguas profundas, y "el petróleo crudo no vale nada si no se puede mover o procesar. Aunque encuentren el petróleo, ¿qué van a hacer con él?"

Benjamin-Alvarado, visitante frecuente de Cuba que ha estudiado durante quince años el desarrollo energético de la Isla, estuvo de acuerdo. Cuba necesita mejorar sus puertos, refinerías y equipo de mantenimiento, dijo.

Sin embargo, el monopolio petrolero estatal venezolano, PDVSA, ha firmado un acuerdo por 100 millones de dólares para modernizar la refinería cubana de Cienfuegos, reliquia de la era de la Guerra Fría, y aumentar la capacidad de almacenamiento del puerto de Matanzas.

"Cada día que Estados Unidos dilata el acercamiento a Cuba, esa ventana de oportunidad se va cerrando un poquito más", afirmó Benjamin-Alvarado. Una vez que Cuba alcance la etapa de perforación en aguas profundas, "los estadounidenses se van a quedar afuera", añadió.


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