Actualizado: 10/05/2024 11:46
cubaencuentro.com cuba encuentro
| Cuba

Guillermo Fariñas

Guillermo Fariñas amenaza con dejar el hospital

Desde el jueves pasado el disidente se niega a aceptar alimentación parenteral (por vía intravenosa).

Enviar Imprimir

El disidente cubano Guillermo Fariñas, que cumplirá en breve su sexto mes en huelga de hambre, está decidido a abandonar el hospital si no se autoriza el cese de su aislamiento y su traslado de habitación, explicó a EFE su madre, Alicia Hernández.

Fariñas, un psicólogo de 43 años director de la agencia de prensa independiente Cubanacán Press, inició el 31 de enero una huelga de hambre en demanda del libre acceso a Internet.

La mayor parte de su huelga la ha pasado en el Hospital Arnaldo Milián Castro, de Santa Clara. Actualmente, se encuentra "grave pero estable" en una habitación aislada de la Unidad de Terapia Intensiva.

El jueves pasado decidió negarse a aceptar alimentación parenteral (por vía intravenosa) y advirtió que pedirá el alta voluntaria y abandonará el hospital si los médicos no levantan su aislamiento y lo trasladan a una habitación donde pueda recibir visitas a través de cristales.

"Está en una habitación aislada, el teléfono está prácticamente cortado porque a veces le entran llamadas pero se las cortan, y ha pedido que lo trasladen a una habitación para poder ver las visitas por los cristales", explicó su madre en una entrevista concedida a la agencia EFE en su casa del barrio de Parroquia, en Santa Clara.

Fariñas, agregó, se mantiene consciente y orientado, aunque no puede sostenerse por sí mismo, ha perdido todo el vello del cuerpo y pesaba 48 kilos hace dos meses, la última vez que pudo ponerse en pie sobre la pesa.

"Está en una situación muy delicada y en cualquier momento se puede presentar una complicación", dijo Hernández y añadió estar convencida de que su hijo piensa llegar "hasta el final" con esta huelga, pese a los intentos de familiares y amigos por convencerle de que la abandone.

"Como madre, no puedo estar de acuerdo en que cambie su vida y su familia por Internet, que es una cosa secundaria, pero él dice que es su principio, su decisión", señaló.

"Se necesita vivo, no muerto", afirmó su madre, quien opinó que Fariñas pide "algo que no está instituido en esta sociedad, pero tiene derecho a pedirlo como ciudadano. Si el gobierno quiere, se lo ponen, qué no puede hacer un gobierno", concluyó.

Alicia Hernández acude cada día al hospital, en las afueras de la ciudad, donde Fariñas ocupa la cama 1 de la unidad de Terapia Intensiva.

Para los visitantes, llegar a ver a Fariñas es una tarea imposible tras una tediosa peregrinación por las ventanillas de admisión, información y los controles de seguridad del hospital.

Según Alicia Hernández, para acceder a su habitación es necesario un permiso del Ministerio de Relaciones Exteriores, aunque "han venido personas con el permiso y no les han dejado entrar".

El director en funciones del hospital, Paulino Hernández, por su parte, dijo que el aislamiento de Fariñas se debe a su gravedad y añadió que es posible hablar por teléfono con el disidente en el horario de recepción de llamadas.

"Mucha gente solicita verlo a diario y se limita el acceso al acompañante y al horario que le toca", apuntó el médico.

La semana pasada un reportero de la BBC dijo haber podido establecer, aunque con dificultad, comunicación con Fariñas, pero agregó que ésta se cortó poco después de iniciada y que fue imposible restablecerla.

Paulino Hernández afirmó a EFE que el hospital ha hecho "lo imposible" para que Fariñas "se mantenga vivo y estable".

Fariñas, explicó, no puede ser trasladado "por su tipo de tratamiento". No obstante, aclaró que, pese a su gravedad, "no es una persona depauperada. Si empieza a ingerir alimentos en este momento, es totalmente recuperable", insistió.

A juicio de Lester Martín, el médico de asistencia de Fariñas, su estado es grave, tiene riesgo de infección y, si persiste en rechazar la alimentación parenteral, "comenzaría a consumirse él mismo".