Actualizado: 07/05/2024 1:47
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Líderes disidentes muestran escepticismo ante el nuevo Consejo de Derechos Humanos

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Líderes de organizaciones de la disidencia interna mostraron escepticismo en cuanto a la repercusión que pueda tener para la Isla el nuevo Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, en el que La Habana ha conseguido un puesto.

El opositor Oswaldo Payá, que encabeza el Movimiento Cristiano Liberación, dijo a la prensa que el recién creado órgano será "una burla" si no exige la liberación de los presos políticos cubanos.

"Creo que sería (…) una burla al pueblo de Cuba, una afrenta al pueblo de Cuba y a los propios derechos humanos, si su primera decisión no es pedir la liberación de los prisioneros políticos pacíficos cubanos", afirmó Payá, según AFP.

Esos opositores "están presos precisamente por los derechos humanos que quiere promover ese Consejo", agregó.

Cuba fue electa el martes como uno de los 47 miembros del Consejo por voto de la Asamblea General de Naciones Unidas, lo que fue considerado "una victoria" por el gobierno.

"Eso es en primer lugar un desafío para la comunidad internacional", dijo Payá, pues existen "especificaciones o estatutos muy claros sobre el compromiso de los países que pertenecen a ese Consejo", añadió.

Otros disidentes consideraron que la silla que ocupará Cuba en el Consejo dejará expuesto al gobierno en lo que consideran sus fallas en materia de derechos humanos.

"Es un punto más para que en la oposición apelemos también al Consejo. No creo que la elección vaya a cambiar la situación interna, pero mientras más foros internacionales se abran para las autoridades cubanas más posibilidades tendremos de adelantar la democratización", opinó el disidente Manuel Cuesta Morúa, portavoz del Arco Progresista.

Elizardo Sánchez Santacruz, presidente de la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional, dijo que "es posible que el escrutinio internacional sea un poco mayor", pero "el gobierno de Cuba tiene una enorme capacidad para desconocer y despreciar las opiniones de la comunidad internacional", advirtió.

Según las reglas del nuevo Consejo, si un país integrante viola los derechos humanos se le puede retirar la membresía en un año, pero se necesita el voto de dos tercios de la Asamblea General.

"Lo gobiernos violadores actúan en el sistema de Naciones Unidas como una especie de mafia internacional, se encubren unos a otros. A pesar de los cambios, el mecanismo de derechos humanos del Consejo sigue siendo débil", apuntó Sánchez Santacruz al respecto.

Por su parte, Vladimiro Roca consideró que "el gobierno nuevamente va a politizar ese Consejo", en "su beneficio, no en el del pueblo cubano, porque los derechos seguirán siendo violados masivamente".