Actualizado: 17/05/2024 12:58
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hepatitis, tuberculosis, Darsi Ferrer

Médico disidente alerta sobre brotes de hepatitis y tuberculosis en una cárcel habanera

La combinación del hacinamiento, la mala alimentación e higiene, y la insuficiente atención médica, han propiciado la diseminación de esas enfermedades, dijo Darsi Ferrer.

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Un médico disidente cubano denunció que decenas de reclusos han sido afectados por brotes de hepatitis y tuberculosis en la prisión habanera de Valle Grande, donde las autoridades carcelarias declararon en cuarentena hace un mes a varios destacamentos.

Darsi Ferrer, que dirige el opositor Centro de Salud y Derechos Humanos Juan Bruno Zayas, dijo en un texto enviado a la prensa que la combinación de factores como el hacinamiento, las malas condiciones de higiene y alimentación, y la carencia de servicios médicos adecuados, propician "la presencia y diseminación de esas enfermedades transmisibles".

"En los 18 destacamentos de la prisión los reclusos sobrepasan las capacidades de albergue de las barracas. Muestra de ello lo constituyen las decenas de reos que duermen en el piso", afirmó Ferrer.

"La disposición de agua se limita a media hora diaria. Centenares de reclusos por cada destacamento tienen que ingeniárselas para almacenar el necesario recurso en una cubeta", que deben distribuir "para satisfacer sus necesidades de beber, asearse y lavar las ropas", detalló.

Dada la escasez de agua "resulta en extremo difícil realizar actividades de limpieza (…) Los baños turcos, tipo letrinas, se mantienen sucios desbordando excrementos. La fetidez en ocasiones se torna irresistible", dijo el médico en su texto.

Además, "en el reducido espacio de los destacamentos los reclusos están expuestos a calores sofocantes, pobre ventilación e intensa humedad".

Según Ferrer, a los presos "sólo los sacan a tomar sol una hora por semana" y la alimentación que reciben está "muy por debajo de los requerimientos" diarios. "Con frecuencia la comida es servida en estado de putrefacción y la proteína es parte del menú una vez por mes".

El médico disidente afirmó que en Valle Grande "no hay instalaciones de salud. Algunos reclusos con ciertos conocimientos de medicina son los encargados de ofrecer asistencia médica elemental, ubicados en un local improvisado donde disponen de un mínimo de recursos".

Ferrer explicó que la hepatitis es una enfermedad provocada por diferentes virus y, de acuerdo con el agente viral que la provoque, se clasifica en A, B, C, D o E. Por la vía de transmisión, la hepatitis A es la que se manifiesta en forma de brotes.

"El virus de la hepatitis A se encuentra en grandes cantidades en las materias fecales de personas con infección aguda. La infección ocurre principalmente por vía oral y su aparición es favorecida por malas condiciones sanitarias, hacinamiento, malnutrición, inmunodeficiencias, y contaminación del agua y alimentos, entre otros", dijo el médico.

En cuanto a la tuberculosis, es también una enfermedad infecciosa, producida por una bacteria conocida como bacilo de Koch. "Se adquiere por inhalar gotitas en suspensión que contienen el microorganismo. La transmisión generalmente es de forma directa del enfermo contagioso al receptor", indicó Ferrer.

Según el médico, "es frecuente que la enfermedad se localice en los pulmones aunque puede afectar otros órganos. Las lesión se caracteriza por el desarrollo de granulomas (tumores granulares) en los tejidos infectados. El tratamiento inadecuado puede acarrear daños permanentes en la salud de los afectados e incluso la muerte".

En los últimos meses se han multiplicado las denuncias de casos de tuberculosis en las cárceles de la Isla. Al menos dos presos políticos, Normando Hernández y Alfredo Pulido López, ambos miembros del grupo de 75 disidentes encarcelados en 2003, sufren la enfermedad actualmente.