Actualizado: 28/03/2024 20:07
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Derechos Humanos

Molina califica de acto 'racional' la decisión del gobierno de autorizar su salida

Se habría visto 'muy mal que no me permita estar con mi madre para que muera en paz', dijo la médica.

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La neurocirujana Hilda Molina calificó de "acto civilizado, lógico y racional" la autorización que recibió del gobierno cubano para viajar a Argentina, tras una negativa de 15 años.

"Este es un acto civilizado, lógico y racional" de las autoridades cubanas, ya que "se vería muy mal que no me permita estar con mi madre para que muera en paz", comentó a la agencia AFP.

Molina, de 66 años, fue autorizada a dejar la Isla y viajar a Argentina, donde residen su madre, su hijo Roberto Quiñones y sus dos nietos, anunció este viernes en Buenos Aires la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.

En mayo de 2008, el gobierno cubano permitió el viaje a Argentina de la madre de Molina, Hilda Morejón, de 90 años, quien se encuentra muy mal de salud, según dijo su hija.

"Todo el mundo conoce mis criterios sobre el gobierno cubano, los he dicho y los he escrito. Ahora, cuando yo digo que quiero ver a mi hijo, eso no tiene ninguna connotación política", dijo Molina, quien fue directora del Centro Internacional de Restauración Neurológica (CIREN), miembro de la Asamblea Nacional del Poder Popular, y considerada cercana al gobierno y al Partido Comunista en los años ochenta.

"Para mí no hay partido en el mundo ni lo hubo nunca" por encima de la familia, "ni cuando yo creí en el gobierno", aseguró.

Molina fue, según Fidel Castro, "destituida" en 1994 bajo la acusación de querer apropiarse del CIREN en una eventual caída del socialismo.

La médica sostiene que "renunció" por estar en desacuerdo con prácticas que eran contrarias a su credo católico.

Castro escribió en junio de 2008, en el prólogo de un libro sobre Bolivia, que el caso de Molina era un "excelente material para el chantaje imperialista contra Cuba".

"A mí ningún gobierno extranjero me tiene que pagar para que yo quiera a mi hijo, al hijo que traje al mundo. ¿Es que es muy difícil de entender eso?", manifestó Molina.

En Buenos Aires, el hijo de Molina agradeció la decisión del régimen de permitir salir a su madre.

"Tengo que agradecerle al gobierno de Cuba, más allá del dolor que ha tenido la familia en todos estos años. Aunque sea tarde, es mejor. Sin este gesto humanitario de ellos, esto no hubiera sido posible", afirmó Roberto Quiñones a la televisión argentina.

La neurocirujana fue centro de roces diplomáticos entre La Habana y Buenos Aires en 2006, cuanto el entonces presidente argentino, Néstor Kirchner, esposo de la actual mandataria, recibió una negativa de Fidel Castro como respuesta a una petición para que Molina pudiera reunirse con su hijo y sus nietos, a los que no conoce.

"Si la ha habido (intervención de Cristina Fernández), yo no lo sé, porque no he tenido ningún tipo de contacto con la embajadora actual (Juliana Martino)... no conozco a la embajadora", dijo la médica, informó la AP.

Roberto Quiñones, también médico, agradeció al gobierno argentino y su canciller, Jorge Taiana, porque "no dejaron de trabajar de manera callada, de forma muy inteligente".

En la noche del viernes, Cristina Fernández reiteró públicamente el "reconocimiento y agradecimiento" al gobierno "de la hermana república de Cuba".

"Es un gesto que valoramos, yo como presidenta y todos los argentinos", declaró a los periodistas.

La mandataria dijo que este sábado se reunirá con Roberto Quiñones y su familia, en la residencia presidencial de los Olivos, a las afueras de Buenos Aires, antes de viajar a Ginebra para asistir a una cumbre de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

"Estoy muy contento como ciudadano argentino. Cuando una familia se puede reencontrar, todos nos ponemos muy contentos", comentó el ex presidente Kirchner (2003-2007) tras conocer la decisión del régimen de Raúl Castro.

A mediados de enero pasado, la presidenta argentina realizó una visita oficial de cuatro días a Cuba, en la que se entrevistó con Raúl y Fidel Castro y evitó reunirse con disidentes.

Desde entonces, fuentes oficiales argentinas se han negado reiteradamente a confirmar si Fernández aprovechó el viaje para reactivar las gestiones en favor de la salida de Molina de Cuba.


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