Gestiones con seis países para deportar a Posada Carriles han resultado infructuosas
El abogado del anticastrista ha pedido su liberación alegando que el Tribunal Supremo ha determinado que un extranjero no puede permanecer encarcelado indefinidamente.
Un juez estadounidense en Texas levantó este lunes sin decisión alguna la audiencia en la que el anticastrista Luis Posada Carriles pidió que lo liberaran de un centro de detención migratorio, tras escuchar a testigos decir que no se ha encontrado país que lo reciba, informó la AFP.
El abogado de Posada Carriles, Eduardo Soto, intentó demostrar que, ante la ausencia de países que lo acojan voluntariamente, a su cliente se le violan sus derechos porque el Tribunal Supremo ha determinado que si un extranjero no puede ser deportado de Estados Unidos tampoco puede quedar encarcelado indefinidamente.
Posada Carriles, 78 años, detenido en Estados Unidos en mayo de 2005 por entrar ilegalmente al país, tiene una orden de deportación pendiente pero no puede ser enviado a los países de los cuales es ciudadano —Cuba o Venezuela— porque un juez migratorio determinó el año pasado que podía ser torturado allí.
Caracas lo ha pedido en extradición para procesarlo por un atentado contra un avión cubano que dejó 73 muertos en 1976, y La Habana lo acusa de explosiones en hoteles en la Isla en 1997 y de otros ataques contra intereses cubanos en el extranjero.
El lunes, Posada Carriles acudió a la audiencia en el tribunal federal de El Paso (Texas) con un traje marrón y corbata, y estuvo en silencio durante la hora y media que duró la audiencia, en una sala repleta.
En la audiencia, Soto llamó a testificar a Miguel Jiménez, amigo del anticastrista, quien dijo que gestionó el recibimiento a nivel informal del presunto terrorista entre políticos y empresarios en Centroamérica, entre ellos en El Salvador, por considerar que ese método sería más eficaz que seguir la burocracia formal.
"En este asunto consideré que serían más eficientes las relaciones personales, mejor que a nivel de gobierno", dijo Jiménez.
Gestiones realizadas en noviembre de 2005 en países como Canadá, Guatemala, México, Costa Rica y Honduras resultaron infructuosas, agregó otro testigo, Donald George, funcionario de Deportaciones del Departamento de Seguridad Interior.
Para justificar su detención, las autoridades estadounidenses deben demostrar que las gestiones para deportar a Posada Carriles no se han agotado.
En ese sentido, dijo George, Posada Carriles le manifestó recientemente que aún tiene esperanzas "de que alguien le expida un documento de viaje", pero que "las cosas no se ven bien".
Según George, El Salvador era "la mejor opción" que tenía Posada Carriles para ser deportado. Sin embargo, el presidente del país centroamericano, Elías Antonio Saca, rechazó el mes pasado tal posibilidad.
"Aquí no hay entrada para terroristas", dijo Saca.
Tras escuchar a los dos testigos, el magistrado Norbert Garney levantó la sesión sin tomar decisión alguna, pero debe emitir un fallo en poco más de una semana.
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