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Artes Escénicas

«Los titiriteros sólo necesitamos público y camino»

De Remedios a las Rías Baixas de Galicia. Entrevista al actor y director teatral Lázaro Duyos Jordán.

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Tengo recuerdos incrustados, fácilmente escogidos y localizados, de estancias en una pequeña salita de "teatro para niños", que fue y es el modo en que se empeñan en llamar al teatro con títeres, algunos ideólogos, constriñendo el repertorio natural que acopia.

Repaso que en esa pequeña salita de pueblo de provincia representaban obras de Federico García Lorca, Fidel Galbán, Aquiles Nazoa, y otras muchas adaptaciones del repertorio cubano. Además de uno propio.

Como (y digo sólo "como") si coexistieren al margen de la parafernalia "castrorrevolucionaria", los teatros de Remedios (de provincia) se convertían a finales de los setenta y hasta principios de los noventa en "respiraderos naturales" del vecindario.

Espacios controlados por un "Sectorial de Cultura" (así es como le llaman) herrumbroso y limitado, dirigido con razonamientos castristas, que veían (ven) "los problemas ideológicos" en cualquier discurso donde constaran palabras como hambre, tirano, o cualquiera otra análoga al comandante.

Con dirigentes incultos y nada eficaces, controladores programados que resultaban satisfechos en garantizar que el autor del texto a representar "estaba limpio". No es sorprendente entonces que, hoy en día, una ingente cantidad de titiriteros cubanos estén disgregados por el mundo. No es fortuito.

Como el de los poetas, actores y actrices, los músicos y el teatro mismo, los titiriteros de la Isla (hasta Alelé de Ulises García se piró) son "más universales que nunca". Pero, obviando lo imposible (al verdadero protagonista de esta historia no le va mucho la política), el teatro con títeres encontró en la Isla a auténticos maestros y descompresionó el agobio a infinitud de familias. A infinidad de niños.

Formado en el Teatro Guiñol Rabindranath Tagore por el maestro Fidel Galbán Ramírez, director y dramaturgo (sea uno de los más importantes dramaturgos de teatro infantil), Lázaro Duyos Jordán comenzó su carrera en el año 1983, con sólo 16 abriles.

Después de siete años y un "asustón definitivo" (enseguida nos aclara el término) es fichado por el Teatro Guiñol Nacional de Cuba, en La Habana. Trabaja en una veintena de montajes y participa de unas siete giras internacionales con directores de la talla de Raúl Guerra Mir, Roberto Fernández, Armando Morales, Eddy Socorro, entre otros.

Muchacho inquieto donde los haya, crea Títeres Cascanueces (su compañía) en el año 1995. Proyecto que fue seleccionado para participar el año siguiente en la Feria del Libro de Guadalajara, México. Pero es al año siguiente cuando Lázaro Duyos va a dar un cambio no sólo a su vida, sino también a su teatro.

En 1997 llega a Galicia (creo que debo decir Galiza. Por solidaridad), donde paradójicamente encuentra lugar y posibilidades Títeres Cascanueces.

Títirititánicamente se acopló al medio y sus exigencias. Ante la "normativa inexcluible" de falar galego [hablar el idioma gallego], adaptó obras del repertorio latinoamericano ( La República del caballo muerto, Un cuento viejo vuelto a contar, Redoblante y Meñique, Ikú & Eleguá…) y fue constatando que su trabajo no sólo era diferente: era aceptado por niños y adultos.


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