Actualizado: 27/03/2024 22:30
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Artes Escénicas

«Los titiriteros sólo necesitamos público y camino»

De Remedios a las Rías Baixas de Galicia. Entrevista al actor y director teatral Lázaro Duyos Jordán.

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Personalmente estoy profundamente agradecido por la acogida que este disparatado proyecto ha tenido en estos nueve años. Así, el repertorio de Títeres Cascanueces va desde los clásicos como Laboulaye o Martí hasta los patakies escénicos de René Fernández o la creación propia, todo amalgamado en galego, que al final no es más que otra lengua madre.

¿Cómo reciben los niños gallegos y los gallegos todos los patakies yorubas nuestros?

Cuba tiene como riqueza mayor su tradición oral. Todos sabemos que esa es la verdadera mansión de la soberanía nacional. Y ese tesoro es universal porque proviene de África, que es como decir origen. Por eso nuestros cuentos, nuestras leyendas, nuestras historias —¡qué son miles!—, son perfectamente entendidas en cualquier latitud. ¡Qué privilegio —Ebbó de la purísima alegría— oír a los niños y niñas gallegos salir de las funciones de Ikú e Elegguá cantando "Elegguá, Elegguá, Asukere Keremeyé…"!

Que no saben qué cantan es seguro, como seguro es que se sienten identificados con el negrito bullanguero dicharachero y saben que cantan algo bueno.

¿Qué tal la salud del Teatro Guiñol en Cuba en comparación con Europa? Háblenos del futuro del títere y de los titiriteros…

Las comparaciones son todas vomitivas. Creo que el modo de hacer arte en Cuba es único e irrepetible, como lo es el de cualquier otro sitio. Lo digo por las condiciones, lo digo por la geografía. Lo digo por las confluencias. En estos momentos todo lo que tenga sello cubano gusta y es consumible. La música, la plástica, la danza, el teatro…, por lo que me atrevo a asegurar que todas nuestras condicionantes han forjado una estética y un discurso plausibles. Los títeres también gozan de este privilegio. Así lo demuestran las innumerables participaciones de colectivos cubanos en festivales internacionales.

En cuanto al teatro de figuras en general, creo que su salud es envidiable. El número de representaciones con títeres es superior a las actorales. Los espectáculos duran casi todos cinco años en cartel —lo que para la mayoría de los grupos de teatro en vivo es impensable—. Casi todos los grupos titiriteros mantienen más de cuatro piezas activas a la vez… se me ocurren muchas más, pero prefiero resumirlo todo en aquella frase del maestro Porras que sentenciaba: 'Los títeres son tan antiguos como la humanidad y tan eternos como la sonrisa infantil'.

Los titiriteros sólo necesitamos público y camino. Camino para aprender historias y público que quiera sentirlas. Y eso nunca nos va a faltar.


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