Actualizado: 18/04/2024 23:36
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Represión

«Pedimos al mundo más coherencia moral»

Oswaldo Payá Sardiñas, líder del Movimiento Cristiano Liberación, advierte que tres años después de la primavera negra, hay que hablar de 'represión en presente'.

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¿Cómo califica la actuación de los diplomáticos acreditados en La Habana ante esta situación?

No haré juicios porque no es uniforme. Nosotros no creemos que los diplomáticos tengan que tomar actitudes que corresponden al pueblo cubano, que es quien tiene que solucionar esto. Y eso hay que decirlo con justicia.

Por otra parte, hay embajadas que mantienen una fluidez, una comunicación, sus puertas abiertas. Hay otras que son, y no voy a señalar nombres, más cautelosas. Algunas casi hasta la frialdad y la distancia. Esos son los hechos. A veces, en contraste con las políticas que anuncian sus propios gobiernos de promoción y defensa de los derechos humanos para Cuba.

También hay que decir, y no es la primera vez que lo digo, pero es algo que decirlo a la prensa es difícil, y mucho más difícil que la prensa lo publique: yo veo una inhibición muy fuerte y muy significativa en la prensa extranjera acreditada en Cuba. Eso es algo que pone en desventaja no sólo a la disidencia, sino a todo el pueblo de Cuba; porque para el mundo lo que ocurre en Cuba es lo que dice la prensa internacional, que se supone que es libre e imparcial; pero tampoco ésta se libra de la enorme presión que recibe.

¿Se sienten abandonados por las embajadas?

Tengo que hablar desde nuestra mentalidad, desde el estilo del MCL. Nunca hemos puesto expectativas, ni nos hemos apoyado en las actitudes o acciones de las embajadas, que a veces son bastante variables y sólo dependen de un cambio de personal para que haya un radical cambio en el trato.

Lo que sí creo es que en algunos hay mucha cautela, distancia y frialdad para mantener el diálogo abierto que sus propios gobiernos (por ejemplo, los europeos) han anunciado. Con las embajadas latinoamericanas, el MCL no tiene ninguna relación, porque nosotros tenemos diálogo con las embajadas que se interesan y que abren sus puertas.

Seguro que nosotros no vamos a tocar sus puertas. Y es el caso de que ninguna embajada latinoamericana, a nuestro juicio, se ha interesado por nuestra realidad, por tener un diálogo con nosotros. No somos de los que visitamos embajadas todas las semanas, ni empleamos todo nuestro tiempo en esto, excepto para esta cuestión que consideramos un deber: explicar al mundo la situación del pueblo cubano y de los prisioneros.

¿Cree usted que la Base Común, anunciada meses atrás para identificar temas afines, ha tenido poco eco en el resto de la disidencia?

Empezamos hablando de la situación represiva que hay en Cuba. El resto de la disidencia no, toda la disidencia está bajo un verdadero asedio. Y ya que estamos hablando de la disidencia, quiero enviar este mensaje: estamos en un momento diferente, en que quizás algunos criterios que eran aplicables hace sólo algunos meses hoy ya no tienen ni sentido.

Hay todo un proceso enfocado a la aniquilación de nuestro movimiento, en particular, y de toda la disidencia, en general. Y si podemos hablar de que en algún momento había pequeños espacios dentro de la persecución, hoy casi todos esos espacios han sido liquidados. El disidente vive hoy con asedio para moverse, para trasladarse, para reunirse, para comunicarse, en la casi totalidad de los casos.

Entrando en la Base Común, te diré que es un logro que permanece, porque un grupo importante de disidentes, sean organizaciones o personas, logramos en un proceso democrático de consulta y reflexión profunda componer entre todos una versión auténtica de nuestro pensamiento y nuestros ideales, los caminos que queremos recorrer y la visión de cambio que tenemos.