Actualizado: 25/04/2024 19:17
cubaencuentro.com cuba encuentro
| Entrevistas

Represión

«Sentí el rigor por ser negro y eso se tiene que acabar»

Entrevista a Jorge Luis García Pérez (Antúnez), excarcelado tras cumplir una condena de 17 años.

Enviar Imprimir

Lo que nos va a salvar es que nuestras raíces son de mezcolanza, y con eso no puede ni Fidel Castro con su gobierno. Ahí está la frase de Martí para romperle la cabeza con un martillo: "Hombre es más que negro, más que blanco, más que mulato". Y hay una anécdota. Un negro, siendo jefe de una prisión del Combinado de Guantánamo —Sotomayor creo que se llama—, me dijo: "nosotros tenemos que besar la tierra por donde pisa nuestro Comandante en Jefe". Y le digo yo: "Esa la besará usted, que tiene el alma de sumiso, yo no, yo soy de los que piensan que tenemos el mismo derecho a luchar por nuestros derechos".

Y tenemos ese derecho, como lo hizo Martin Luter King, Elías Biscet, Angelito Moya. No tenemos que adoptar posiciones sumisas, entrar en complacencias con nada ni con nadie. Sentí el rigor por ser negro y eso se tiene que acabar.

Fundó y mantiene vivo el Presidio Político Pedro Luis Boitel. Es parte de su obra. ¿Qué le falta por hacer ahora?

El Presidio Político Pedro Luis Boitel nace en Kilo 8, en 1995, un año de una represión muy fuerte. Allí estábamos Chambé Ramírez, José Miranda Acosta, Alejandro Mustafá Reyes y otros. Pensamos que la mejor manera de enfrentar a los esbirros era uniéndonos, y así lo hicimos. Al principio sólo éramos presos políticos, pero después se unieron los comunes, y así surge el Movimiento Nacional de Resistencia Cívica Pedro Luis Boitel.

Cuando surge, con mi hermana Berta como fundadora, tomó tanto fuego que nos dispersaron a los que ellos creían que éramos los cabecillas, por todas las prisiones de la Isla. Pero fue como ponerse a regar semillas y fueron surgiendo grupos por todas partes. El objetivo del movimiento es ser una trinchera abierta en la cárcel y una tribuna de defensa de los derechos humanos, donde sea que estemos.

La campaña por "la no cooperación con el régimen" salió de su voz, desde una prisión. ¿Qué puede hacer el cubano de hoy?

Los que estamos ahora aquí afuera, que para mi es estar preso igual, tenemos que tomar conciencia de lo que está pasando. No me canso de decirles que no tengan miedo. La situación de ahora mismo es intolerable por mucho tiempo. Hay que cambiar el sistema, sin odios ni rencores, pero hay que cambiarlo y cambiarlo para bien. El espejo son los hombres y mujeres del gobierno y su nivel de vida, y nosotros y las condiciones infrahumanas por las que atravesamos.

Les pido a los cubanos que se acerquen a los opositores. Hay un amplio círculo de oposición y hay cabida para todos los estilos de la lucha pacífica y la búsqueda de la democracia. Esta lucha no es de cinco, diez o mil, es de todos y entre todos tenemos que buscar el camino. Martí decía: "El hombre ama la libertad aunque no sepa que la ama y anda en pos de ella, huyendo de donde no la hay".

Es imposible negar que existe un infierno como Kilo 8. Sin que le duela mucho, porque las heridas están recientes, ¿cómo lo describiría?

Aclaro, las heridas están abiertas pero se van a cerrar. Yo no le guardo rencor a nadie. A Kilo 8 entré en 1994, nadie se puede imaginar lo que de allí le cuenten. A mí me amarraron a unos barrotes y me golpeaban con palos de marabú, con la tonfa asesina (bastón de plástico) y con la tonfa de hierro. No hay respeto ahí por la vida humana, llevan a los hombres para que se dobleguen.

Vi hombres autoagredirse para que los sacaran al pasillo a pedir cigarros. Otro tirarse desde una azotea porque no aguantaba más. Vi al jefe de Orden Interior, capitán Tony, asesinar en el comedor, a golpes, a Samuel Simpson González, porque le cedió el almuerzo a otro recluso, pues él había tenido visita hacía poco. Eso fue el 19 de junio de 1995. Vi y supe de hombres esposados varios días, semanas enteras. Yo mismo estuve varias semanas esposado, amarrado. Son atrocidades que cuando las cuentas te dicen que es mentira, porque nadie las puede creer.

¿Algo más…?

Sí, un mensaje a los jóvenes, son ellos los protagonistas del cambio, son las mayores víctimas del sistema. Hijos, hermanos de hombres que murieron en guerras ajenas en África y otras partes del mundo, de hombres y mujeres que murieron y mueren en las cárceles, de balseros que perecieron en el mar. Son ellos los que no pueden vivir una juventud plena, de gozo total, como cualquier joven.

Les animo a que no se dejen enajenar por el consumismo y otras cuestiones banales, que no abandonen su patria. Son ellos los que deben impulsarnos a todos. Es a ellos a los que les va a tocar reconstruirla como una casa nueva.


« Anterior12Siguiente »