Actualizado: 23/04/2024 20:43
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China

A fuego lento

Pekín ampara la propiedad privada y termina con los campos de reeducación, pero aumenta el gasto militar.

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China vive en estos días un proceso para "institucionalizar" los profundos cambios que ha sufrido su economía, desde que en 1978 el entonces máximo dirigente del Partido Comunista, Deng Xiaoping, comenzara el proceso de transformaciones. Actualmente están reunidos los casi 3.000 miembros de la Asamblea Nacional Popular (ANP). Una de las leyes a debate se refiere a la protección de la propiedad privada, motor impulsor del "milagro chino".

El portavoz de la sesión anual de la ANP, Jiang Enzhu, negó recientemente que el proyecto de ley de la propiedad incumpla los principios de la Constitución y destacó que se han de proteger por igual las propiedades públicas y privadas, ya que en ambas se debe disfrutar de los mismos derechos. El diario británico The Guardian consideró "poco socialista" este estatuto de igualdad.

De no ser así, se "limitaría la iniciativa del pueblo para crear y acumular riqueza, el poder nacional y la armonía social", añadió Jiang, quien por su alto cargo refleja las opiniones de la dirección del Estado.

El proyecto de ley de la propiedad fue debatido por primera vez en 2002, como parte de un borrador de código civil, pero fue retirado ante los temores de que la primera ley específica dedicada a la protección de la propiedad privada socavara la base legal del sistema socialista de China, informó la agencia oficial Xinhua. Este es un paso trascendental para que exista el marco legal adecuado para proteger la iniciativa privada, según el oficialismo.

El proyecto actual, revisado el pasado agosto, estableció la propiedad estatal como núcleo del sistema económico y añadió medidas para prevenir las adquisiciones y las fusiones falsas de activos estatales.

¿Fin de las detenciones arbitrarias?

También la ANP se propone reformar el sistema de detención administrativa conocido como "reeducación por el trabajo", según anunció la prensa oficial. Adoptado en 1957 —ocho años después del ascenso al poder de Mao Zedong—, permite a la policía encarcelar hasta por cuatro años a personas sospechosas de delitos menores, sin necesidad de pasar por un juez (cualquier parecido con la denominada "ley de peligrosidad predelictiva" que existe en Cuba, no es pura coincidencia).

El sistema vigente ha sido criticado por Naciones Unidas, varios gobiernos occidentales y organizaciones de derechos humanos, que afirman que representa una grave violación del derecho de cualquier acusado a contar con un juicio justo.

"La inadecuada protección de los derechos civiles que otorga el sistema, así como la falta de protección de jurisprudencia, lo han colocado cada vez más en desacuerdo con el progreso que ha experimentado el país en la salvaguardia de los derechos humanos", señaló en un editorial el diario oficialista China Daily. "Ésta es una gran injusticia que debe ser resuelta", agregó.

Algunos antecedentes

Nada de esto se produce en China de manera sorpresiva, sino que forma parte de un proceso de cambios estructurales que se cocinan a fuego lento. Tan lento, que algunos analistas dan un plazo de 100 años para la total transformación democrática del gigante asiático.

La reforma económica de Deng se basó en modernizar cuatro ámbitos: agricultura, industria, ejército y tecnología. En 1978 permitió a los campesinos vender parte de su cosecha en el mercado libre, cuando antes estaban obligados a venderlo todo al Estado a precios preestablecidos.


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