La opción Uribe
Amplio apoyo internacional y masiva intención de voto: El presidente de Colombia despeja el camino hacia la reelección.
El presidente de Colombia, Álvaro Uribe, tiene en estos momentos dos motivos de satisfacción. El primero, que la Corte Constitucional avaló, el pasado 20 de octubre, la reelección presidencial inmediata, lo que prácticamente despeja el camino para que el mandatario pueda inscribir su nombre para las elecciones del próximo año. En segundo término, conseguir que en la reciente Cumbre Iberoamericana de Salamanca se haya usado el término "terroristas" para calificar a los grupos armados que desestabilizan ese país suramericano.
Aunque parezca inconcebible, los gobiernos de Caracas y La Habana se negaron durante el foro iberoamericano a que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) fueran mencionadas como un grupo terrorista y proponían utilizar el eufemismo de "irregulares". Finalmente, en la resolución especial aprobada sobre la situación en Colombia, se menciona a "grupos armados ilegales que cometen actos terroristas".
Otro aspecto apoyado y saludado por los mandatarios iberoamericanos fue el proceso de desmovilización de las fuerzas paramilitares de derecha, que promueve el gobierno de Uribe. La resolución aprobada es clara y terminante: "Los presidentes reconocieron que para el éxito del proceso de desmovilización, desarme y reinserción, así como el de la verificación, se requiere del concurso de la Comunidad Internacional. En este contexto, expresaron su interés en apoyar esta Misión, con el propósito de que pueda concluir de manera integral su mandato e invitaron a los países miembros de la Conferencia Iberoamericana, en lo que corresponda, a estudiar la forma en que se pueda materializar dicho apoyo".
Ninguno de estos hechos fueron reflejados en la prensa oficial cubana, para la cual Colombia —prácticamente— no existe como país, o sólo se menciona desde la óptica del presidente venezolano, Hugo Chávez, quien no profesa ninguna simpatía por Uribe.
Apoyo a la 'mano firme'
En lo que se refiere a la reelección de Uribe, todavía falta que la Corte Constitucional se pronuncie acerca de la llamada Ley de Garantías, que establece que el Estado financiará el 80 por ciento de las campañas electorales y el 20 por ciento restante podrá completarse con recursos del sector privado, así como el tiempo que tendrán los candidatos para su propaganda en radio y televisión, además de otros aspectos aprobados desde 2003.
Recientemente, el influyente diario colombiano El Espectador comentó en un editorial que se daba "por descontado" que la alta instancia judicial también avalará esta ley, porque, caso contrario, tendría que volver al Congreso para nuevas discusiones y entonces se atrasaría el proceso electoral.
Consultado por Encuentro en la Red, un alto funcionario del Ministerio colombiano de Asuntos Exteriores, dijo que "Uribe ni necesita hacer campaña electoral. Su tarea es seguir gobernando y eso es lo que hará".
En realidad, todas las encuestas otorgan a Uribe entre el 70 y el 80 por ciento de las intenciones de voto. Horacio Serpa, el probable candidato del Partido Liberal, aparece en un segundo puesto con un magro 7 por ciento.
Uribe tiene prácticamente la reelección garantizada, porque ha gobernado "con mano firme", comentó la misma fuente diplomática, y eso "es lo que le ha garantizado el apoyo de la mayoría de la población".
El presidente colombiano obtuvo otra victoria en una reciente visita a Ecuador, donde se entrevistó con el mandatario de ese país, Alfredo Palacio. A propósito del conflicto entre las FARC y las Fuerzas Armadas colombianas, los nuevos gobernantes ecuatorianos emitieron primero una declaración de "neutralidad".
Luego, durante la visita de Uribe, un periodista preguntó a Palacio acerca de su opinión sobre las FARC y este respondió: "Sin que ese haya sido un tema oficial de esta reunión, en varias ocasiones le he presentado al señor presidente Uribe el respaldo total en materia política para la solución inmediata, con pasos firmes, para combatir esa lacra que existe en Colombia. Esa es la posición del Ecuador, total solidaridad con el pueblo y todo lo que esté a nuestro alcance para ayudarlos".
Esta declaración no debe haber caído nada bien en el Palacio de Miraflores, de Caracas. Chávez ha estado tratando de cortejar al gobierno ecuatoriano, con la compra de parte de su deuda externa y ofrecimiento de petróleo, en momentos en que el gobierno de Quito ha tenido algunas dificultades en el proceso de extracción del crudo.
Uribe se ha convertido en una piedra en el zapato de Chávez, en esos megalómanos proyectos bolivarianos que comparte con Fidel Castro. Por lo que no se pueden descartar maniobras para intentar desestabilizar al gobierno colombiano.
Está claro que no se pacifica un país haciendo concesiones a los terroristas de las FARC. En esa ardua tarea anda el presidente Álvaro Uribe, sin consignas populistas, mostrando eficiencia y dedicación en su gestión gubernativa.
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