Chávez da marcha atrás y ahora corteja a petroleras extranjeras

Hace no mucho, el gobierno de Hugo Chávez rechazó a las grandes empresas petroleras acusándolas de ser agentes del "imperialismo". Hoy, ante la pronunciada baja de los precios del petróleo, está tratando de cortejarlas de nuevo, a fin de reanimar a una industria que en los últimos años se ha dedicado a financiar los programas sociales abanderados por el populista presidente, reporta la AP.

Venezuela está ahora abriendo licitaciones de empresas como Chevron Corp. y la francesa Total para que les ayuden a extraer el crudo pesado que yace en la Faja del Río Orinoco. El proceso, que comenzó el año pasado y que durará hasta mediados de 2009, refleja que el gobierno de Chávez está urgido del financiamiento y de la pericia de las grandes petroleras a pesar de su retórica contra ellas.

La estatal Petróleos de Venezuela SA (PDVSA) carece hoy en día de las inversiones que necesita para apuntalar su tecnología y producción, opinó RoseAnne Franco, analista de la PFC Energy en Washington.

"Las compañías petroleras internacionales están en mejores condiciones para ello, porque tienen mayores recursos económicos a la mano", dijo Franco.

El gobierno de Chávez ha usado la vasta riqueza petrolera de su país para financiar un modelo que él califica de socialista, pagando amplios programas sociales que lo han convertido en un "héroe" para los pobres. Pero han bajado mucho los precios del petróleo desde mayo de 2007, cuando Chávez nacionalizó los últimos campos petroleros en la Faja del Orinoco — gritando "¡Abajo el imperialismo!"— mientras sobrevolaban aviones de guerra de fabricación rusa.

El gobierno asumió el control mayoritario de esos proyectos, aunque permitió que las empresas privadas permanecieran como socios minoritarios. Algunas empresas, como Exxon Mobil y ConocoPhillips, optaron por salirse del todo, aunque otras como Chevron se quedaron y gozan de buenas relaciones con el gobierno de Chávez.

La negligencia es evidente en la industria petrolera venezolana, especialmente en la costa oriental del Lago Maracaibo. Algunas torres extractoras siguen funcionando, pero muchas permanecen inmóviles. En esta tierra petrolera —donde yacen 78.000 millones de barriles del crudo venezolano más accesible— se ve maquinarias y tubos oxidados entre la maleza en las lodosas vías adyacentes al lago.

Muchos analistas dicen que se está estancando la capacidad productora venezolana y que parte del problema es la excesiva burocracia de PDVSA, que ha gastado mucho dinero en los proyectos de Chávez, en vez de en mantenimiento y exploración.

PDVSA insiste en que su producción se mantiene estable con promedio de 3,3 millones de barriles diarios. Pero, según la Organización de Países Exportadores de Petróleo, a la que Venezuela pertenece, la producción ha descendido 16% desde que Chávez ganó las primeras elecciones en 1998 y ahora se sitúa en un promedio de 2,4 millones de barriles diarios.

La nómina de PDVSA se ha abultado en más de la mitad desde 2002 a 70.400, y Chávez ha usado a la empresa para cosas que no tienen nada que ver con el petróleo. Su departamento de desarrollo urbano construye viviendas y otro departamento se dedica a vender leche, pollo y frijoles en estaciones del tren subterráneo y en las plazas. Chávez además ha dado a PDVSA la orden de entrenar a atletas para las olimpiadas.

Los analistas aseguran que PDVSA se encuentra en serios problemas, especialmente porque los precios del petróleo han perdido más del 70% de su valor desde julio.

"No hay en el horizonte la posibilidad de un financiamiento internacional para Venezuela", declaró Heliodoro Quintero, analista y director de la empresa venezolana HQ Consultores. "Lo único que queda para llevar a cabo estos proyectos... es la cooperación de estas empresas".

El crudo venezolano en la Faja del Orinoco es difícil de extraer y es muy costoso llegar a él. Cuando los precios del petróleo estaban altos, era fácil financiar esa producción. Ahora, es mucho más difícil.

Venezuela abrió las licitaciones en noviembre para participaciones minoritarias en contratos para la explotación de cuatro zonas del Orinoco que en total deberían producir 400.000 barriles diarios.

Diecinueve compañías —incluyendo Royal Dutch Shell y la brasileña Petrobras— han adquirido informes de datos sobre esos campos petroleros por dos millones de dólares cada uno y PDVSA dice que, debido al alto interés, aumentó a siete las zonas en cuestión.

Chávez ha preferido hacer tratos con compañías de países como Irán, China y Rusia, pero "ellas no tienen las credenciales financieras que las empresas occidentales sí tienen", dijo Russell Dallen, director de BBO Financial Services en Caracas.

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