Rehén de las FARC escapa con la ayuda de un insurgente

El ex congresista Oscar Tulio Lizcano, secuestrado por las FARC hace ocho años, fue encontrado el domingo por militares en medio de la selva, tres días después de fugarse junto al jefe insurgente del campamento en que permanecía cautivo, informó la AP.

"Quiero hacer... el agradecimiento, ante todo, a la persona que tuvo la valentía, el valor de salir conmigo... me encontraba muy enfermo... también (agradecer) al ejército. La presión (de los militares en la zona) fue mucha", dijo Lizcano en breves declaraciones a periodistas al llegar a la ciudad de Cali, unos 300 kilómetros al suroeste de Bogotá, tras ser trasladado en un helicóptero militar desde el remoto paraje selvático en Chocó, al oeste del país.

"Me volé, me volé" (me escapé), dijo Lizcano, de 62 años, con la voz entrecortada al hablar con su esposa por teléfono celular tras recuperar su libertad.

El presidente colombiano, Álvaro Uribe, garantizó al insurgente, alias "Isaza" el pago de una recompensa y su salida a Francia, cuyo gobierno ofreció a fines de 2007 aceptar en su territorio a miembros de las FARC que escaparan con rehenes, un gesto para ayudar a Bogotá en la liberación de secuestrados.

"Esa recompensa la pagamos y queremos invitar a todos los guerrilleros que se desmovilicen", dijo Uribe en Cali.

El ex congresista fue secuestrado cuando hacia campaña electoral regional en el noroeste del país, en agosto del 2000, dijo su esposa Martha Arango.

El mayor de los dos hijos varones de Lizcano, el representante Mauricio Lizcano, dijo tras reunirse con su padre en una clínica en Cali donde es atendido que le narró algunas experiencias de su largo cautiverio. "Esto realmente es más atroz" de lo que se pudiera imaginar.

Su padre, quien durante todo su cautiverio estuvo solo, aislado de otros rehenes, en algún momento puso nombres a tres palos en la selva y les hablaba, comía osos hormigueros y monos o micos, estuvo días a dieta de agua con sal porque faltaban provisiones en el campamento insurgente y algunos de los rebeldes le hostigaban diciendo que podían fusilarlo, señaló Mauricio Lizcano.

Para escapar requirieron tres largas jornadas de caminata donde el insurgente, quien contaba con un fusil, un radio y una linterna, le ayudó a avanzar por la selva que conocía, mientras los seguían otros miembros de las FARC que intentaban detenerlos, dijo Lizcano hijo al noticiero de televisión RCN.

El ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, dijo en entrevista telefónica que la recompensa para los insurgentes podría ser de unos 1.000 millones de pesos (unos 419.000 dólares), y que el miembro de las FARC ahora sería enviado a una localidad del oeste colombiano, que no mencionó por razones de seguridad de éste y su familia, con la cual se reuniría.

Las autoridades han pagado en el pasado montos similares e incluso superiores a personas que aportaron datos que llevaron a ubicar a jefes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

El insurgente, de 28 años y cuyo verdadero nombre no fue revelado, fue presentado al lado del mandatario. Tenía el ojo izquierdo cubierto con una venda porque hace cinco años lo perdió en un combate con el ejército.

"Los invito de todo corazón a que se desmovilicen y se reintegren a la vida civil como lo han hecho muchos y lo hice yo; es la mejor salida para volver a vivir", dijo alias "Isaza".

Añadió que tomó su decisión de escapar y llevarse a Lizcano porque la presión de los militares, acechando el desplazamiento de los guerrilleros, era mucha y algunos compañeros habían comentado la oferta del gobierno de pagar recompensas a aquellos insurgentes que desertaran con rehenes.

"Se siente la presión del ejército, se siente hambre... además el doctor Lizcano está muy enfermo", dijo.

Lizcano afirmó que el asedio militar al cual se vieron sometidos sus captores recientemente hizo que en las últimas semanas sólo comiera retoños de palma.

La clínica Fundación Valle del Lili en Cali emitió un breve comunicado indicando que Lizcano ingreso con signos de deshidratación y desnutrición y que sería sometido a distintos exámenes.

El ministro Santos indicó que a comienzos de este mes un miembro de las FARC comunicó a las autoridades la ubicación del ex congresista, lo cual desató su búsqueda.

Lizcano comentó que no le era permitido hablar con sus captores —al menos 18 insurgentes, según dijo Isaza—, con lo que se excusó porque sus palabras no fueran del todo coherentes.

Animó a los rehenes que quedan en poder de las FARC: "Si yo hice este esfuerzo tan grande... yo sé que ellos van a salir, van a gozar de la libertad".

Con una barba blanca, una camiseta negra sucia de barro y pantalones oscuros, Lizcano habló en una base militar antes de partir rumbo a la clínica.

Santos explicó que desde julio, por reportes de inteligencia, el ejército comenzó a cercar a unidades insurgentes en la región del Chocó, donde estaba Lizcano, restándoles movilidad y el acceso a alimentos.

Isaza y el ex congresista se toparon con miembros de la Brigada XIV del ejército el domingo por la tarde.

Las FARC aún retienen a por lo menos una veintena de militares, policías y ex políticos.

© cubaencuentro.com