Querella criminal contra Fidel Castro

Texto íntegro de la demanda judicial presentada el 14 de octubre de 2005 por la Fundación para los Derechos Humanos en Cuba ante la Audiencia Nacional de España.

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Testimonio de Don LÁZARO SALCEDO FARINAS, miembro del Comité de Paz, Progreso y Libertad de la Coalición Democrática Cubana, en la sala Carbó Serviá y René Vallejo del Hospital Psiquiátrico de Ciudad Habana (antiguo Mazorra). Fue detenido en 1978. Conducido al referido Hospital fue internado en la sala Carbó Serviá no aceptando ser recluido en la misma, le tuvieron amarrado de pies y manos. El Sr. Mederos le aplicaba electrochoque, haciéndole ingerir grandes dosis de calmantes causándole secuelas como impotencia, insomnio y pérdida de memoria. El Sr. Mederos iba acompañado de presos por delitos comunes que le ayudaban a practicar todo tipo de torturas. Se acompaña testimonio como Doc. nº45.

DOÑA ESTHER REMOLINA, refirió con fecha 28 de octubre de 1993 a la Fundación el asesinato de su hijo DON LUIS QUEVEDO REMOLINA (de 23 años de edad y con dirección en la calle Agramonte nº 486 entre Agustín García y Miyar, Regla) y otros 7 más, ocurrido en la localidad de Regla.

Al parecer, en día 13 de octubre de 1993, salieron a las 7,00 horas de la madrugada ocho personas en una balsa. Se echaron al mar ese día, y la guardia guardafronteras en Bacuranao los estaba esperando, concretamente entre Bacuranao y Tarará. Los ametrallaron a todos.

Esther Remolina menciona cómo a su hijo lo cogieron en la costa. Él, ante esa situación, dijo: "no disparen, no disparen" y se entregó. Fue entonces cuando fue salvajemente golpeado. Le golpearon con la culata de la metralleta. Las lesiones fueron tremendas entonces: le reventaron los testículos, le rompieron la mandíbula, le partieron toda la boca, le golpearon fuertemente en la barriga con la culata de la metralleta… Después comentarían a Esther Remolina que había muerto de un disparo.

Pese a indicar que había muerto de un tiro, lo cierto es que cuando Esther Remolina fue a la funeraria a vestirlo para enterrarlo, no tenía ningún disparo en ningún sitio; simplemente lo habían reventado a golpes.

Eran al parecer 8 muchachos los que aquel día se echaron al mar. Luego de que dispararan sobre ellos, cuatro se dieron a la fuga y los otros se encontraban en Villa Marista al momento de relatar los hechos.

En Villa Marista se encontraba precisamente D. Luis Abel Rodríguez Aguilera en Estrada Palma 304 entre Apodaca y Textuán (Guanabacoa). Este estaba brutalmente golpeado. Tenía una herida en la espalda y golpes en la cabeza a consecuencia de los culatazos de metralleta que le produjeron. Cuando su madre se dirigió al cuerpo de Seguridad del Estado para verlo, no se lo permitieron.

El 15 de octubre de 1993 enterraba Esther Remolina a su hijo Luis. Aquel día la reacción del pueblo fue extraordinaria. Según menciona la propia Esther, todo el pueblo se unió en manifestación a la comitiva funeraria, coreando gritos de "abajo Fidel, abajo la dictadura, abajo el comunismo, abajo el fascismo". El conductor de la ambulancia se negaba a pasar delante de la estación de policías, y entonces se procedió por la propia comitiva fúnebre a sacar el ataúd de la misma, portándolo a hombros. El pueblo entero permanecía detrás de la comitiva dando gritos de "abajo Fidel, abajo la dictadura". Los policías, justo cuando pasaban por delante de ellos, dijeron: "sigan, sigan, que cuando pase todo esto nosotros los vamos a palear a todos ustedes". Pese a ello una enorme multitud siguió tras el cadáver, el pueblo casi completo se unió a tan triste desfile…

El testimonio que con fecha 28 de octubre de 1993 hiciera Esther Remolina relatando estos hechos, se encuentra en la cinta nº 899 en poder de la Fundación. Se acompaña el mencionado testimonio como Doc. nº46.

Sin embargo no es el único testimonio reseñable, ya que también aparecen los de Madelyn, hermana del asesinado Luis Quevedo. Ella explica cómo a raíz de los hechos ya expuestos por su madre, procedió a indagar en varias unidades policiales y en medicina legal sin obtener resultados. La víctima agonizaría en un hospital y no informaron a la familia hasta 15 horas más tarde.

Otro testimonio que también aparece en la cinta, es el de Dª. Marta Aguilera, la madre de uno de esos ocho muchachos que fue salvajemente golpeado, Luis Abel Rodríguez Aguilera, quien luego de enterarse de lo ocurrido se dirigió rápidamente a Villa Marista con el propósito de ver a su hijo. Convencida de que se encontraba seriamente herido insistió en verlo, haciendo mención a la muerte de su amigo Luis Quevedo, quien compartió su intento de escapada en balsa. La respuesta que obtuvo fue una amenaza de encarcelamiento por difamación. Tuvo que marcharse sin poder ver a su hijo.

Esta lista referida, es meramente enunciativa. No es posible hacer una relación exhaustiva y detallada de todos los hechos acaecidos. Se acompaña lista de torturados y asesinados, como Documento nº47.

SEXTO.- Describimos a continuación las torturas y vejaciones de las que ha sido víctima DON EUGENIO RODRÍGUEZ CHAPLES y su esposa DOÑA LÁZARA BÁRBARA HERRERA, residentes en Madrid, que presentan demanda Mundial por Genocidio y Crímenes contra la Humanidad contra Fidel Castro y sus cómplices ante la Fundación para los Derechos Humanos en Cuba. Sometidos a torturas físicas y psíquicas, interrogatorios diarios, encarcelación en celdas con delincuentes comunes agresivos, privación de sueño, confiscación de la comida y limitación de visitas. Se acompañan las denuncias de estos hechos como Docs. nº48 y 49.

Tuvieron que huir del país amenazados por el continuo asedio de las autoridades cubanas. Con fecha 10 de mayo de 1997, Don Eugenio Rodríguez Chaple presentó denuncia ante la Comisaría de Distrito del Cuerpo Nacional de Policía de Vallecas manifestando que entró en España el 5 del julio de 1996 con su mujer y sus dos hijos, con el carácter de asilo político; Que cuando residía en Cuba su actividad era de periodista y presidente del Grupo de Derechos Humanos "Bloque Democrático José Martí" y fue por ello encarcelado en distintas ocasiones. Desde el inicio de su estancia en España ha sido objeto de amenazas telefónicas de muerte tanto él como su esposa y extensivas a sus dos hijos por parte de autores desconocidos aclarando que en ocasiones el autor de las llamadas decía que era Galindo (que significa para él y el resto de los cubanos que están vigilados en sus actividades y ritmo normal de vida). Se acompaña la denuncia como Doc. nº50.